Si al momento de sacar a pasear a nuestro perro implica estrés y un calvario de difícil solución, es necesario tener en cuenta algunos tips para evitar que no tiren de la correa y hacer que sea un momento calmo y de placer, tanto para el dueño como para la mascota.
Si nos ponemos a analizar la situación, el mal rato afecta a tutores y a perros ya que el animal no está feliz, tirando permanentemente tratando de vencer una resistencia agotando su bienestar emocional y físico. Enseñarla a no tirar de su corra será beneficioso para todos y ahí está la clave de un buen paseo.
Hay que tener en cuenta que tirar es un impulso natural de los perros, por lo tanto, nuestra lucha es contra lo ancestral, lo instintivo y por ello no será fácil. La alegría en un perro se traduce en querer correr por que responde a sus impulsos. Al correr querrá tirar de la correa.
Con paciencia y tiempo, podemos lograr esa enseñanza que implique la comprensión por parte del perro. Los especialistas recomiendan que antes de salir de paseo es mejor jugar para agotar emocional y físicamente su resistencia.
QUÉ PASA CON LOS COLLARES
El modelo Halti, que enlaza un medio bozal sobre el hocico es un buen auxiliar para el aprendizaje. Al ponerle el collar, como premonitorio de una salida, lo más probable es que empiece a ladrar y a saltar. Entonces lo aconsejable es quedarse quieto, en silencio e inducir la calma.
Otro de las sugerencias es enseñarle a base de recompensas, suele ser útil llevar rodajas de salchicha o golosinas para perros, se lo podemos dar cada 3 o 4 pasos si camina junto a uno, cumpliendo lo previsto. De esta manera, la atención del perro se está centrando en el guía que tiene la recompensa y se desvía del entorno.
Además, las caricias y las felicitaciones deben ser un recurso fundamental, con el tiempo, si todo va bien hay que espaciar las recompensas tangibles con las muestras de afecto y consideración.
QUÉ PASA SI VUELVE A TIRAR DE LA CORREA
Una vez que aprendió el comportamiento básico cada vez que se adelante y tire de la correa, debemos pararnos de golpe y obligarlo a sentarse.
Cada vez que vuelva a quedarse junto hay que felicitarlo y seguir, logrando de ese modo que el perro aprenda que si mantiene el ritmo tardará menos en llegar a donde quería.
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