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¿Se puede acelerar el metabolismo con dieta y ejercicio?

Si bien mantener un peso saludable es bueno para la salud y debería ser un objetivo sin estacionalidad, a medida que se acerca el verano, las consultas aumentan. En ese sentido, el mundo de la alimentación y el deporte se encuentra repleto de mitos e ideas erróneas relacionadas a la manera en que comemos y ejercitamos para mejorar nuestra composición corporal, vernos y sentirnos mejor. Y el metabolismo y la posibilidad de «acelerarlo» o «activarlo» para bajar de peso es una de las cuestiones que siempre aparece. ¿Puede lograrse? ¿Influyen la alimentación y la actividad física?

«El metabolismo es la energía mínima que necesitamos para mantener las funciones vitales del cuerpo sin pensar en alguna demanda extra que pueda llegar a tener el cuerpo (respirar, que la sangre circule, que el corazón bombee, que la orina se forme, hacer la digestión, entre otros). Se calcula teniendo en cuenta el peso y altura y como resultado arroja las calorías por hora que necesitamos para vivir», explica la licenciada en Nutrición Guillermina Llana (MN4179/ MP 775), docente de la Universidad ISALUD.

Las cuestiones que influyen en el aumento o disminución del metabolismo son múltiples y variadas: La nutricionista enumera: «La raza negra, que tiene un metabolismo basal aumentado; los hombres, que por un tema entre hormonal y mayor presencia de masa muscular tienen el metabolismo más elevado que las mujeres; la masa muscular, que es metabólicamente activa, es decir que las personas que tienen más masa muscular pueden tener un leve aumento de la tasa metabólica basal; la superficie corporal (altura); los climas calurosos que aumentan la sudoración o fríos que la aumentan porque el cuerpo necesita mantener la temperatura corporal y cuando el afuera es mucho más frío el cuerpo tiene que hacer más esfuerzo; también alguna patología o momento específico como el crecimiento en los chicos o en las personas embarazadas, porque están con más procesos anabólicos y construyendo tejido, lo cual genera un gasto»..

Asimismo, la docente destacó que el metabolismo basal es indirectamente proporcional a la edad, es decir que a medida que envejecemos esa tasa metabólica va bajando. Por eso suele pasar que el descenso de peso cada vez cuesta más.

¿Puede acelerarse el metabolismo con el ejercicio? «El metabolismo no puede activarse o desactivarse. Eso es un mito. En realidad, cuando uno habla de lo que gasta una persona o la cantidad de calorías que necesita, el 60% a 70% está compuesto por el metabolismo basal. Yo no puedo regular si tengo más hormonas o menos, como para que ese metabolismo basal aumente», sostiene Llana.

No obstante, aclara: «Nosotros nacemos con un determinado metabolismo basal, pero podemos tener una pequeña incidencia en el 30% que representa el gasto calórico, que es la energía que se necesita para hacer un movimiento extra: no es que aumenta el metabolismo sino que, a través de la actividad física, se puede hacer la diferencia e incidir, aumentando el gasto calórico a través de la generación de masa muscular que es metabólicamente activa».

La "cuota" de actividad física diaria puede fraccionarse: todo suma.

La «cuota» de actividad física diaria puede fraccionarse: todo suma.

Moverse más

Cabe destacar la importancia del movimiento, independientemente del objetivo que se persiga. «La OMS recomienda todos los días 30 minutos de actividad física como mínimo, incluyendo ejercicios de fuerza (para población general). Para tener mejores resultados, se recomienda duplicar ese valor y de esta manera poder tonificar un poco más la musculatura», dice la nutricionista.

No hace falta cumplir con la cuota de ejercicio de un tirón. «La actividad física fraccionada produce cambios metabólicos desde el minuto uno, entonces esos 30 minutos se pueden dividir a lo largo del día y obtener los mismos resultados. Todo lo que se pueda complementar siempre suma. Los beneficios no son sólo el gasto calórico y aumento de las calorías que se consumen, también mejoran la circulación y respiración, se liberan endorfinas, aumenta el sistema inmunológico y sobretodo producen una mejor relación del paciente con su cuerpo y con la comida, que hace que se tomen mejores decisiones», concluyó Llana.

Fuente: clarin.com

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