Ingredientes activos de origen natural, packaging reutilizables o con materiales reciclables y la ausencia de testeos en animales: la cosmética toma cada vez más conciencia de cómo lograr sus productos de maneras que resulten amigables con el medioambiente. Antes parecía algo propio de las marcas de cosmética orgánica o natural, que ahora están comenzando a implementar las grandes firmas.
La cosmética es una de las industrias más vastas del mundo, con niveles de producción que no siempre se caracterizaron por armonizar con la salud y con el cuidado del medioambiente. Con el correr de los años, estos conceptos se modificaron, y mucho: se dejaron de lado ingredientes que quizás resultaban muy efectivos pero que, a la larga, podían desencadenar enfermedades.
Hay ciertas marcas que dejaron de lado componentes por ser su manera de producción agresiva con el ecosistema, lo que es la idea fundacional de la cosmética sustentable: producir pero cuidando el aprovisionamiento de las futuras generaciones.
Esta expresión fue en aumento en los últimos años y dio paso a una manera alternativa, natural y orgánica, de elaborar diferentes productos para el cuidado de la belleza facial y corporal: desde cremas, hasta shampoos y acondicionadores, y también maquillajes, sólo por mencionar algunos de ellos.
Un producto puede ser considerado ecológico mientras respete los lineamientos y normas específicas establecidas internacionalmente en todas las fases de producción, elaboración y distribución.
La cosmética sustentable integra varios factores que se deben tener en cuenta a la hora de desarrollar las fórmulas de los productos, como utilizar ingredientes activos de origen natural o biodegradables, preservar las fuentes naturales como bosques y selvas, así como pensar también el packaging, que debe ser producido con materiales reciclables y no contaminantes.
Reemplazos naturales
Este nuevo concepto en cosmética tiende a incluir estrictamente ciertos ingredientes y a eliminar o sustituir a otros, en el proceso de elaboración y fabricación de sus productos. Se está dejando de usar es el sulfato (el agente limpiador del shampoo) y se está sustituyendo por otros agentes, como el azúcar. También los conservantes o colorantes, los ingredientes de origen animal, parabenos, alérgenos e ingredientes derivados del petróleo; se están reemplazando por conservantes naturales, como el arándano.
Por otro lado, los que más se están utilizando son la miel, el aceite de coco, las bayas de Goyi, el cilantro, las semillas de sésamo o el pomelo, un astringente natural y se emplea en productos para una limpieza profunda y para reducir la tendencia a la gratitud en el cabello. Hay un boom de productos elaborados a base de arcilla, que es muy efectiva tanto para la piel como para el pelo.
La utilización de componentes naturales en lugar de sustancias químicas hacen que la cosmética natural aporte amplios beneficios, al ser menos invasiva y agresiva que los cosméticos convencionales, tanto para nuestra salud como para el medio ambiente.
No por ser de origen natural los ingredientes son menos efectivos. Hay que tener en cuenta que se someten a un proceso de industrialización que extrae de ellos sus propiedades de manera concentrada. Los productos naturales están testeados y el resultado final está a la altura de un producto tradicional.
Además, en la cosmética natural no se utilizan materias primas derivadas de animales o que se hayan probado en ellos, lo cual las marcas que lo respetan se ocupan de aclaralo en los packagings.
Vía: parati.com
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