Ni la mente más pesimista y retorcida podría haber imaginado los desastres naturales y sociales que convertirían el año que se va en uno de los peores que recuerda la humanidad. Uno que Netflix despide con su sarcástico documental falso Muerte al 2020.
Doce meses que en unos pocos días quedarán atrás, pero que serán difíciles de olvidar por las catástrofes que reunieron. Una pandemia todavía en descontrol, un Amazonas consumido por el fuego y conflictos sociales, son algunas de sus oscuras herencias.
Un año que, como la misma descripción oficial del nuevo mockumentary aclara, “ni siquiera los creadores de Black mirror pudieron inventarlo… pero eso no significa que no tengan algo que agregar”, teniendo la comedia como el camino para resumirlo.
Pero aunque no lo inventaron, Charlie Brooker y Annabel Jones -las mentes tras Black mirror– ofrecen su mirada a 2020 con un “especial histórico” que reúne a una serie de ficticias personalidades, y gente más normal, para revisar sus principales hitos.
Son sus voces, junto a imágenes de archivo reales, las que van tejiendo un catártico relato que tiene su punto de partida en las solitarias oficinas del periódico New Yorkerly, donde uno de sus reporteros, Dash Bracket (Samuel L. Jackson), entregará su opinión.
Expertos y ciudadanos frente a la crisis
Pero él no será el único, porque Muerte al 2020 también incluirá la visión de otros expertos, políticos, gente influyente, monarcas, científicos, psicólogos y el ciudadano común, con el actor estadounidense Laurence Fishburne como su narrador detrás de cámara
Todo se inicia el 1 de enero, cuando Australia se vio asolada por graves incendios, como lo hace notar el profesor de historia británico Tennyson Foss (Hugh Grant), quien también se refiere a otro evento de ese mes: la reunión en Davos de los millonarios del mundo.
Entre los cuales se contaba el magnate de la tecnología, Bark Multiverse (Kumail Nanjiani), quien quedó completamente impactado por el discurso de Greta Thunberg y el cambio climático, por lo que arrasó un monte en Nueva Zelanda para construir su búnker.
Pero también la política hacía noticia, con Donald Trump enfrentando su crisis número 407 durante su presidencia en EE.UU. Mientras en Reino Unido comenzaba la cuenta regresiva del Brexit y la reina Isabel II (Tracey Ullman) enfrentaba el alejamiento de Harry y Meghan.
Y de manera paralela en Wuhan, China, aparecían los primeros casos de una misteriosa enfermedad, que “primero desconcierta a los doctores y luego los mata”. Un virus que el científico Pyrex Flask (Samson Kayo) describe como una pelota de básquetbol alienígena.
Entre el Coronavirus y la elección presidencial
Así, entre el ataque mundial del Coronavirus, el hacer hincapié en la ineptitud de Boris Johnson como Primer Ministro y, en especial, las protestas y la elección presidencial en Estados Unidos, Muerte al 2020 hace su sarcástico análisis al oscuro año que se va.
Un documental falso que tiene sus mejores momentos en la mezcla de comedia y realidad, y en las ridículas opiniones de sus expertos, donde no solo se destaca el historiador de Hugh Grant, que tiende a confundir la realidad con Game of Thrones o Star Wars.
También la vocera no oficial interpretada por Lisa Kudrow, para quien no existe Ucrania, y la ciudadana promedio Gemma Nerrick, que, encarnada por Diane Morgan, ahora tiende a congelarse mientras habla, luego de realizar muchas videollamadas.
Espacio que también se da un tiempo para referirse a Netflix como una de las mejores formas de enfrentar la cuarentena, con programas como El piso es lava. Y donde además la reina Isabel II pudo ver una serie que “muestra los conflictos de gente normal”: The Crown.
Todo lo que convierte a Muerte al 2020 en la forma más entretenida de despedirse de 12 meses de enfermedad y conflicto, con la idea de que el 2021 será mejor. En el cual, como lo dice el mockumentary, tal vez todos despertemos de una gran pesadilla.
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