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Los secretos del maestro zen de Nadia Podoroska: cómo reconstruyó su mentalidad con una filosofía conectada a la neurociencia

Pedro Merani dedicó toda su vida deportiva al bowling y desde hace más de una década vive en Qatar. Desde Medio Oriente, el coach mental de la deportista argentina revelación del 2020 habló con Infobae sobre el proceso de reconstrucción cognitiva que logró con la rosarina

Todo cambió para Nadia Podoroska a principios del 2019. Después de cortar una larga relación con Carlos Rampello, el entrenador que la acompañó desde los 9 años, la rosarina decidió que algo tenía que cambiar. Así fue como Juan Pablo Guzmán y Emiliano Redondi llegaron a su vida deportiva y se convirtieron en sus nuevos coaches. Con la llegada de ambos, también apareció una persona clave en el proceso exitoso que llevó a la tenista rosarina a pasar de ser la número 130 del ranking de la WTA a introducirse entre las mejores 50 raquetas del mundo.

Por recomendación del propio Redondi, que trabajó con él después de sufrir una dura lesión en su etapa como jugador, Nadia conoció a Pedro Merani, una eminencia dentro del bowling en Argentina. Hombre clave para el desarrollo y la evolución de la disciplina, hace una década que se convirtió en el entrenador de la selección de dicho deporte en Qatar. Pero además de ser un experto en el arte de tomar los bolos y derribar los pinos en una pista brillante, esta persona se convirtió en un factor clave para el crecimiento de Podoroska como su coach mental.

“Todo comenzó en enero del año pasado cuando me llamó Emiliano (Redondi) y me dice ‘Mirá necesitaría que trabajes con una de las jugadoras que más talento le vi en los últimos años en la Argentina’”, relata Merani  desde Qatar, su lugar de residencia y desde donde se conecta cada vez que la mejor tenista argentina de la actualidad lo requiere.

En la parte final de un año que Podoroska nunca olvidará, nos propusimos hacer un viaje al cerebro de la persona que, gracias a la filosofía zen y su conexión con la neurociencia, fue un bastión imprescindible para que la rosarina pudiera superar los obstáculos que la alejaban de ser protagonista del circuito profesional del tenis femenino.

“Con Nadia nos quedamos dos horas hablando. Ella siempre estaba realmente comprometida. Ella estaba buscando la salida. Y lo que yo le ofrecí, le cerró”, agrega Pedro, que fue campeón argentino y sudamericano por equipos de bowling, y que durante casi dos décadas fue la persona que lideró a la selección argentina en la disciplina y que la introdujo al alto rendimiento antes de llevar su conocimiento sobre el deporte por otras partes del mundo.

Con los problemas que le impedían evolucionar en su carrera sobre la mesa, Podoroska y Merani se pusieron a trabajar. Con el bompu zen como eje, la rama de la cultura que aplica la meditación sin un sentido religioso o filosófico convirtiéndola en la práctica pura de la filosofía, se inició el proceso para solucionar los conflictos recurrentes de Nadia en una cancha de tenis. ¿Y cómo lo lograron? Cambiando la mentalidad. O haciendo una “reconstrucción cognitiva”, como explica Merani.

«Vos vas a enfrentar un partido, y empezar a pensar el partido. Entonces, en el momento que vos pensás, lo que hacés es iluminar circuitos dentro de tu cabeza. Así funciona el cerebro: yo tengo un pensamiento, se empieza a iluminar el cerebro porque empieza a buscar la información. Entonces, el cerebro, para dar resolución a ese problema, busca lo que tiene guardado como experiencia. Ese pensamiento, al iluminar esa ruta, por así decirlo, tiene lo que viviste antes. Te puede llevar a lugares, a gente, pero más que nada te lleva a tener los mismos pensamientos que tuviste, porque es la misma ruta, las mismas emociones, los mismos sentimientos, y acá es donde yo pongo mucho énfasis: tu cuerpo responde exactamente igual. Lo que pasa es que como no estamos conscientes, nos olvidamos del cuerpo y lo dejamos afuera y en realidad, el cuerpo es muy importante en este caso. Porque como el cuerpo lo ha hecho tantas veces, porque vos lo pensaste, lo sentiste, y el cuerpo estuvo detrás de eso tantas veces, que hay un momento en donde el cuerpo sabe cómo se debe sentir ante esas situaciones que son las que generaban el problema «.

“Si vos no le das al cerebro una alternativa, el cerebro sigue usando todo lo del pasado. Esto lo dice ahora la neurociencia. Y lo decía el zen hace 800 años, pero ahora la neurociencia lo prueba, demostrar cómo es la neuroplasticidad, que vos tenés la capacidad de crear nuevos circuitos y hacer débiles los circuitos que tenías antes”, suma en la charla el coach mental de Podoroska.

¿Qué hizo entonces Pedro para ayudar a Nadia? A través del método, creó un espacio donde la visualización se transformó en un aspecto vital para mejorar su visión en las diferentes situaciones de juego que se pueden presentar a lo largo de un partido.

“La diferencia que tengo yo con lo que hacen los demás, o de algunas cosas que hacen los demás, es que yo creo firmemente en el cuerpo. ¿Por qué? Cuando la gente habla del zen empieza con la perorata de hablar del zen, el zen no es hablar nada. El Zen es sentarte frente a la pared, respirar y observar tu mente. Eso es zen: es ir y sentarse a meditar. Yo eso lo tengo muy incorporado, entonces yo se que el que tiene que entender todo esto es el cuerpo. El Zen dice que la mente no puede solucionar los problemas que genera la propia mente, eso dice el Zen. Buscamos la manera de salir de eso. Entonces, lo primero que busco es la respiración, la respiración abdominal, por eso el deportista se engancha conmigo, porque pongo mucho del cuerpo”, cuenta el coach mental desde Qatar.

“Primero les enseñas a respirar, una vez que aprendes a respirar se aprende la parte de relajación. Y una vez que empezamos a trabajar con los ejercicios de relajación pasamos a la visualización. Todo busca tener conciencia de tu cuerpo. La primera cosa que uno le enseña es estar consciente de uno mismo, poder observarte. Porque si no sabés quién sos vos, no sabes lo que necesitas cambiar”.

Podoroska sabía que tenía que cambiar para crecer. Y así lo hizo. Rápidamente, los resultados comenzaron a llegar. En julio del año pasado, la rosarina logró el hito de coronarse campeona de los Juegos Panamericanos en Lima. Superó a las mejores preclasificadas, y en la definición por la dorada ante la estadounidense Caroline Dolehide, mostró una recuperación total: tras perder 6-2 el primer set se repuso y ganó el segundo parcial por 6-3. Ya en el tie break del tercero, arrancó 0-4, pero se quedó con siete puntos consecutivos para ganar algo más que un título panamericano. También casi que abrochó la posibilidad de ser olímpica por primera vez en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 que se postergaron para el año próximo.

Pero para llegar a ese éxito en la capital de Perú, por ejemplo, Merani tuvo que trabajar con Nadia. “Ella tenía miedo de jugar en polvo porque venía de jugar en cemento”, cuenta su entrenador mental. Entonces, ¿cuál fue la solución? “Le dije: ‘En el avión y los días previos a que empieces a jugar, vas a visualizar que jugas en clay’. Después de ganar en la primera ronda, me respondió: ‘Me deslicé, no tuve ningún problema’”, recuerda Pedro.

De esta manera, Podoroska reaccionó rápido a la propuesta de trabajo mental que le hizo Merani. Claro, ella hizo su parte. “La parte mental es tan importante como tu físico y tu técnica. Eso fue lo que rápidamente reconoció Nadia. A ella le gustó, es una chica que le gusta leer, la filosofía. Esto entró en un momento de su vida que le sumó”.

Después de perder en la qualy de un torneo en Praga, Nadia ganó en Saint-Malo para llegar al puesto 130 del ranking mundial. Eso fue antes de dar el gran paso. Uno histórico en Roland Garros. Pasó la clasificación y cruzó la línea para sumarse al cuadro principal. Una vez adentro, la rosarina empezó a escalar. Ganó y ganó. Superó grandes obstáculos. Uno de ellos fue vencer en poco más de una hora a la ucraniana Elina Svitolina, que llegaba al cruce como la mejor preclasificada que quedaba en el polvo de ladrillo de París.

Podoroska creyó en ella. Tal vez más que nunca en su joven carrera. Gracias a las charlas con su entrenador mental, comprendió el concepto de cómo llegar a la victoria gracias a esa reconstrucción cognitiva que alcanzó gracias al método zen. Así lo ejemplifica Merani en la charla

La gente piensa que ganar te da confianza y no. Lo que te permite ganar es la confianza. Pero, ¿cómo adquirís confianza? Cuando vos empezás a resolver problemas. Entonces, en esta situación, hace dos meses atrás, el partido terminaba. Ahora no, me di cuenta que si hago esto y esto, puedo cambiar la situación del partido. Cuando tenés varias soluciones posibles, eso te hace jugar el partido distinto. Por ganar no tenés confianza, porque no hay nada más impermanente que ganar. Por eso, si vos dejas de lado eso, y te quedas con el aprendizaje, porque Nadia lo que va a poder repetir es el camino, lo que no va a poder repetir es el resultado. Ella puede ganar Roland Garros o puede quedar afuera en cuartos de final, no lo sé. Pero el camino que ella hizo, que trabajo hizo, que ejercicios hizo, cómo se habló ella misma, que entendió, cómo leyó los partidos, eso lo va a poder volver a repetir”.

La historia en el Abierto de Francia para Podoroska llegó las semifinales. Ahí se topó con la estrella polaca Iga Swiatek, que fue la encargada de vencer a la argentina. La superó, pero ese resultado negativo no fue tal. Sólo fue el cierre de un proceso que, a partir de su excursión por el Grand Slam, cambió su carrera. ¿Eso es bueno o malo para Nadia y su relación con esta nueva realidad?

“Nada debería cambiar. Es el ego el que puede tener problemas ahora. Que empiece a hacer números, cuentas. Y eso hay que sacárselo de encima. Si ella llegó a este lugar con una forma de trabajar, lo único que hay que hacer es seguir trabajando de la misma manera. ¿A dónde puede llegar? No lo sé. Pero ella tiene que seguir trabajando de la misma manera, si no, entrás en esta, como yo le digo a ella, el inconsciente colectivo del tenis. Los que tiran estos juicios, estos pensamientos, y te los compras”, analiza Pedro.

Para Merani, introducirse en el zen fue un antes y un después en su vida. Una vez que adoptó la filosofía y la combinó con la neurociencia, su método tomó otro vuelo. Se potenció por los avances que, día a día, genera la ciencia en una cultura milenaria. Su primer maestro personal fue Yoshihiko Uchiumi, director del Instituto Argentino Japonés. Tiempo más tarde, Susana tomó ese lugar. Ambos fueron los únicos condecorados en el país por el Emperador japonés, gracias a su aporte a la cultura.Nadia Podoroska y una postal inolvidable de su paso por Roland Garros en 2020 (REUTERS/Gonzalo Fuentes)Nadia Podoroska y una postal inolvidable de su paso por Roland Garros en 2020 (REUTERS/Gonzalo Fuentes)

“Ella me puso los pies sobre la tierra”, recuerda. Casi como un acto transitivo, Pedro asistió a Podoroska para que Nadia pudiera comprender su valoración al momento de ingresar a una cancha de tenis. ¿Cuál es el futuro para la tenista argentina mejor posicionada en mucho tiempo? “Puede hacer un lío bárbaro esta chica. Si tiene el potencial, de la manera que está trabajando, va a ser una cuestión de tiempo. Todo requiere tiempo. Este nuevo proceso también requiere tiempo. Son todas cosas nuevas. Los estímulos exteriores van a despertar muchas cosas”, define.

La aceptación y la tolerancia son dos de los conceptos centrales para Podoroska, según el propio Merani. Como un guiño del destino, la llegada como entrenadores de Guzmán y Redondi además impulsó que Pedro y Nadia se conocieran. Y a partir de ahí se logró una conexión laboral inmediata entre ambos. Los éxitos ya llegaron. Ahora será el momento de continuar adaptando el cuerpo y la mente para que esa chica de Rosario siga haciendo historia grande para el deporte argentino.

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