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Fraser-Pryce se convierte en la segunda mujer más rápida de la historia tras Flo-Jo a sus 34 años

La jamaicana, doble campeona olímpica de los 100 metros lisos y madre en 2017, corre el hectómero en 10,63s en Kingston, lo que la convierte en la mujer viva más rápida del mundo, solo tras Griffith-Joyner

A sus 34 años y después de haber sido madre de Zyon en agosto de 2017, la jamaicana Shelly-Ann Fraser-Pryce invitaba a pensar en haber dejado atrás sus mejores momentos. Después de haber sido doble campeona olímpica de los 100 metros lisos en Pekín 2008 y Londres 2012, la velocista podía seguir siendo una campeona, como demostró ganando el oro mundial en Doha 2019, pero no correr más. Fraser-Pryce desmintió este sábado esa idea. Aún puede correr más que nunca. 100 metros en 10,63s con 1,3 m/s de viento a favor.

La marca de Shelly-Ann Fraser-Pryce le convierte en la segunda mujer más rápida de la historia tras la plusmarquista mundial, la fallecida y siempre sospechosa de dopaje estadounidense Florence Griffith-Joyner, que en su mágico 1988 corrió en 10,49s, el imposible récord mundial, 10,61 y 10,62 segundos. La cuarta marca de la historia es, por supuesto, récord de Jamaica y la carrera más rápida de los 100 metros lisos femeninos en los últimos 33 años.

Fraser-Pryce es apodada ‘Pocket Rocket’ o cohete de bolsillo por su escasa estatura de 1,60 metros que le obliga a correr con una altísima frecuencia de zancada, todo lo contrario a su compatriota Usain Bolt, quien le robó el protagonismo con sus récords. 13 años después de su primer oro olímpico parece dispuesta a hacer historia en busca del tercero en Tokio. Su marca personal de 10,70s en 2012, también en Kingston, cuando parecía en su plenitud, era la plusmarca jamaicana compartida con la última campeona olímpica Elaine Thompson.

Hace una semana, Fraser-Pryce ya avisó de su buen estado de forma ganando los 100 metros de la Liga de Diamante de Doha con 10,84s. Su victoria se interpretó como un serio aviso al nuevo fenómeno de la velocidad, la estadounidense Sha’ Carri Richardson, una joven de 21 años de feos modales, tan presuntuosa a sus 21 años como para pedir respeto en Twitter tras correr este año en 10,72s, ir a correr a Ostrava y asegurar que no volverá a la ciudad checa porque le parece que no hay nada que merezca la pena allí o atribuir al efecto de su marca el éxito de este sábado de Fraser-Pryce. «Mi presencia en la pista está haciendo historia, no es necesario que me deis las gracias», escribió minutos después de los 10,63s de la jamaicana.

El duelo entre la veterana jamaicana y la joven estadounidense está servido para Tokio. Las dos se enfrentaron hace dos semanas en la Liga de Diamante de Gateshead, bajo la lluvia y un gran viento en contra de 3,1 metros por segundo y ninguna venció. Se impuso en casa Dina Asher-Smith, quizá más acostumbrada a esas condiciones con 11,35s. Richardson hizo 11,42s y salió escaldada. Pronto abandonó su gira europea y se volvió a Estados Unidos. Fraser-Pryce llegó 4º con 11,51s, pero cinco días después en Doha demostró que no había que tener en cuenta aquella carrera bajo el temporal.

La rivalidad puede hacer de los 100 metros femeninos una prueba más atractiva en los próximos Juegos Olímpicos que la carrera masculina. El hectómetro de mujeres ha sufrido siempre la sombra de Flo-Jo, que mató la prueba con un récord imposible…y que seguramente no debería ser tal. En sus 10,49s del 16 de julio de 1988 en Indianapolis el viento oficial registrado fue de 0,0 m/s, la ausencia total, algo que desmentían las propias imágenes y los registros de los anemómetros de pruebas que se celebraban al mismo tiempo en el estadio, como explica bien este artículo. Ahora, tras Griffith-Joyner y su sombra solo corre Fraser-Pryce, la mujer más rápida viva del universo.

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