Durante algunos años se recomendó limitar su ingesta porque se lo vinculaba al aumento del colesterol. Ese es el más común, pero hay otros.
El huevo es un compañero en nuestra alimentación desde los comienzos de la cocina. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación es uno de los alimentos más nutritivos de la naturaleza, no solo por ser una excelente fuente de proteínas de alto valor biológico, sino por el importante aporte de nutrientes esenciales para la salud, por su versatilidad y accesibilidad.
Pero en torno a su consumo circulan algunos mitos que van más allá del más conocido sobre su vínculo con el colesterol elevado, que la médica especialista en nutrición Virginia Busnelli contribuye a despejar.
Mito 1: Comer huevo aumenta el colesterol
El colesterol es un componente fundamental de la membrana celular y de procesos de síntesis de determinadas hormonas y ácidos biliares, por lo que es importante dejar de tildarlo como un villano, afirma la directora del Centro de Endocrinología y Nutrición Crenyf. El problema aparece cuando sus niveles están elevados a causa de una alimentación poco saludable y/o de otros factores como el estilo de vida, estrés y sedentarismo.
Aunque la yema es un alimento rico en colesterol, el mito instalado de que el huevo aumenta el colesterol sanguíneo ya no tiene sustento alguno, pero fue lo que hizo que en 1973 la Asociación Americana del Corazón recomendara limitar su consumo a 3 huevos por semana.
Actualmente numerosos estudios han demostrado que el efecto que genera en sangre el colesterol consumido en los alimentos no es tan grande como se creía y que hay factores que interfieren en la absorción del colesterol del huevo. Todo esto hace que el consumo de huevo no eleve el nivel de colesterol en sangre y no suponga riesgo añadido para padecer enfermedades cardiovasculares. De hecho, hay estudios que corroboran que el consumo del huevo puede estar relacionado con el aumento del colesterol HDL, el famoso «colesterol bueno».
El huevo debe consumirse cocido. Foto Shutterstock.
Mito 2: El huevo crudo tiene más proteínas que el cocido
Este no es de los mitos más conocidos, pero sí de los más peligrosos, dice Busnelli. El contenido proteico de un huevo crudo y uno cocido es similar, pero, comer huevo crudo aumenta el riesgo de contraer enfermedades como la salmonelosis. Es importante aclarar que el organismo es capaz de absorber mas proteínas cuando el huevo esta cocido. La recomendación es siempre cocinar el huevo antes de consumirlo.
Mito 3: Es mejor comer solo la clara
No se puede discutir que el mayor contenido proteico del huevo se encuentra en su clara, pero, no por ello, hay que descartar su yema. La yema también posee proteínas, aunque en menor medida, y, su consumo junto con la clara aumenta el valor biológico de estas, explica la nutricionista. Además, en la yema se encuentran los micronutrientes propios del huevo, como ser vitaminas B1, B2, A, D y E, y minerales como potasio, fósforo y hierro. Separar la yema de la clara es un error.
Mito 4: El huevo engorda
Ningún alimento engorda por sí solo. En promedio, un huevo posee unas 75 calorías, esto más su alta densidad nutricional, lo hacen un alimento ideal y adaptable a cualquier tipo de alimentación, incluso a aquellas destinadas a la pérdida de peso. Su elevado contenido proteico hace que tenga una gran capacidad saciante, por lo que, acompañado de una alimentación balanceada y un estilo de vida favorable, es un gran aliado en el descenso de peso.
La calidad del huevo no depende del color de la cáscara. Foto: archivo
Mito 5: La calidad del huevo depende del color de la cáscara
El color de la cáscara solo es un indicador del tipo de gallina que lo puso, no determina si son más o menos nutritivos.
«Gracias a los avances científicos se han podido desmentir muchos mitos que rondaban al huevo, lo que hace que hoy la recomendación sea de uno por día, la cual puede modificarse en base a cada situación individual. El huevo es un alimento completo, un gran aliado en la alimentación saludable y una excelente opción para incluir en cualquiera de nuestras comidas», concluye Busnelli.
Fuente: clarin.com
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