La cebolla es un alimento que muchos aman y otros odian, por su textura, por su sabor o su impregnante olor. Lo cierto es que es uno de los indispensables en la cocina por su versatilidad y generalmente se usa como condimento para dar sabor a los platos, aunque son pocos los que conocen sus beneficios para la salud.
Por si no lo sabías, la cebolla contiene un alto porcentaje en agua. Además, se destaca por su bajo contenido en calorías, unas 40 por cada 100 gramos de cebolla, según explica Ana Molina Jiménez, licenciada en Farmacia y dietista y nutricionista en AM Nutrición Integral.
Además, contiene un polifenol llamado quercetina, que se asocia con un mejor rendimiento físico y mental, así como con un menor riesgo de infección. Y como si esto fuera poco, estimula el sistema inmunológico, también por sus propiedades antiinflamatorias y antivirales. Cuando el virus llega al cuerpo, se produce una inflamación en la membrana que conecta la nariz y la garganta, esto causa dolor de garganta.
Adicionalmente, las cebollas contienen vitamina C, aportando el 13 % de la dosis diaria recomendada. La vitamina C juega un papel muy importante en el funcionamiento del sistema inmunológico, según el Instituto Nacional de Salud.
Beneficios de la cebolla para la salud
Es diurética: Por su riqueza en potasio y escaso sodio es diurética y ayuda en casos de hipertensión, edemas y piernas pesadas.
Es un alimento prebiótico: Es rica en fructo-oligosacáridos, prebióticos que estimulan el crecimiento de bifidobacterias en el intestino e inhiben el desarrollo de bacterias patógenas. Así, este equilibrio en la flora intestinal reduce el riesgo de cáncer de colon.
La cebolla contribuye a la salud digestiva: Previene la presencia de hogos, parásitos, el estreñimiento y la fermentación intestinal. Además, alivia las digestiones pesadas y la flatulencia, pero no hay que exagerar su consumo si se suele sufrir de acidez.
Es antioxidante: Otro de los beneficios de la cebolla es que contiene quercitina, un flavonoide de propiedades antialérgicas, protectoras al cáncer y antiinflamatorias.
Es antidiabética: Ayuda a reducir el nivel de azúcar en la sangre en las personas diabéticas Gracias a su riqueza en cromo, que forma parte del FTG (factor de tolerancia a la glucosa) y también a la glucoquinina, que estimula el páncreas.
Es anticancerígena: Varios estudios demuestran que su ingesta habitual previene el cáncer. Quienes la comen regularmente presentan, un riesgo un 40 % menor de desarrollar cáncer de estómago.
Es una hortaliza cardiosaludable: Gracias a sus componentes azufrados, el consumo de cebolla previene la agregación plaquetaria y la formación de trombos, así como los triglicéridos altos y el colesterol.
Remedios caseros: Para la gripe: se dejan macerar cuatro cebollas durante 24 horas en un litro de agua tibia. Se toma una taza entre las comidas y antes de acostarse.
Para la diabetes: la preparación anterior, y se debe tomar una taza al día por la mañana en ayunas, este té ayuda a reducir el nivel de glucemia.
Para piernas hinchadas: se ralla finamente 150 gramos de cebolla y se pone en una botella con su mismo peso en alcohol de 90º. Se deja macerar 10 días removiendo cada día. Luego se cuela exprimiendo bien. Se toman 3 o 4 cucharaditas al día, (mejor con agua). Se recomienda hacerla durante un mes.
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