Se hace en sesiones cortas a muy alta intensidad, lo cual hace que el cuerpo busque compensarse recurriendo a las reservas de energía y, por lo tanto, quemando grasa incluso horas después de haber finalizado.
El HIIT (High Intensity Interval Training) o entrenamiento en intervalos de alta intensidad se está poniendo cada vez más de moda porque apenas requiere de 25 minutos de tiempo, ya que hace perder grasa durante más de 24 horas. ¿Es mejor que el cardio? ¿Cómo es que es posible que el cuerpo reaccione de esta manera?
Numerosos estudios avalan que este entrenamiento consigue los mismos resultados que el ejercicio de cardio de larga duración, aunque con una gran ventaja: en lugar de necesitar de 45 a 50 minutos por sesión, unos 15 ó 25 serían suficientes. Además, el cardio se realizaría varias veces cada semana, mientras que con un único entrenamiento interválico de alta intensidad bastaría para estar en forma.
La entrenadora Marina Durán Parejo, Branch Manager de Ritual Gym, explica que: «Tras una sesión de HIIT continuás quemando calorías durante horas. Es lo que se conoce como afterburn effect o EPOC. En español, una deuda de oxígeno post entrenamiento, que produce un efecto de quema calórica prolongada».
Al realizar una sesión intensa, el cuerpo tiene un déficit de oxígeno aunque sólo hayamos entrenado durante unos minutos. «Esto provoca que aumente su metabolismo basal, provocando una quema de calorías durante las 48 horas después del entrenamiento, buscando una recuperación», afirma Marina. Este sería el motivo, si comparamos un entreno de cardio con el HIIT, prosigue la especialista, por el que «terminamos quemando más calorías y grasa durante horas».
Sin entrar en la parte más técnica, nuestro cuerpo utiliza la energía mediante dos sistemas: el aeróbico y el anaeróbico. «El primero se emplea cuando realizamos una actividad moderada o de baja intensidad y utilizamos oxígeno para poder acceder a las fuentes de energía de nuestro cuerpo. En el segundo caso, cuando hacemos ejercicios de intensidad elevada durante poco tiempo, como cuando corremos un sprint o hacemos pesas hasta el fallo, mejoramos la musculatura porque el organismo accede directamente a la energía sin utilizar el oxígeno. Es muy rápido y por eso aplica las reservas, es decir, la grasa acumulada del cuerpo».
El HIIT es una actividad que emplea el sistema anaeróbico y por eso produce esa quema de grasa prolongada tras realizar el entreno. Aunque, desde el punto de vista de la profesional, lo ideal es combinar ambos tipos de ejercicios. «Hay que trabajar ambas resistencias, pero si tuviera que elegir, el entrenamiento de alta intensidad es muy completo porque los 30 minutos te llevan al límite. Sin embargo, no es tan fácil llegar hasta este nivel, hay que estar muy preparado mentalmente y en buena condición física, así que finalmente, lo que hace la gente cuando va bajando la intensidad es combinar ambos y eso es eficiente también».
El recuento calórico puede ser mayor en una carrera, si medimos la quema durante la actividad con un pulsómetro, pero todo el tiempo que viene después será mayor con el HIIT. «Al final suma más que en el primer caso, porque esas calorías que se queman posteriormente deberían formar parte del entreno también».
El efecto post combustión requiere mucha utilización de oxígeno tras la actividad física para que el cuerpo vuelva a su estado normal de reposo. «Es como si estuvieras entrenando todavía, y puede durar de 24 a 48 horas, han demostrado varios estudios. Dependerá de la persona, del metabolismo y la intensidad a la que trabaje».
Queda claro que un HITT pone el cuerpo a tope, expulsando y quemando. Por eso, algunos continúan transpirando después de la ducha.
Fuente: parati.com.ar
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