Veamos cómo detectar el breadcrumbing, un tipo de manipulación que se da en relaciones de pareja.
Las redes sociales lo han cambiado todo, y las relaciones de pareja no son una excepción. Con la aparición de chats de mensajería instantánea y aplicaciones para ligar son varios los fenómenos virtuales nuevos concernientes al mundo sentimental.
Ghosting, orbiting, stalking… muchos anglicismos han sido usados para describir particulares dinámicas relacionales, en su mayoría tóxicas, que han cambiado el panorama de las relaciones amorosas. Hoy vamos a hablar de un fenómeno que bien se traduce como dar migajas emocionales: el breadcrumbing.
¿Qué es el breadcrumbing?
Hermano del “ghosting”, el “orbiting” y otros extranjerismos propios del mundo virtual, el “breadcrumping” es otro vocablo en inglés aplicado al mundo de las relaciones sentimentales en un mundo en el que todo pasa por las redes sociales. Proviene de la palabra “breadcrump”, que en el idioma de Shakespeare significa “miga de pan”. La podríamos definir como la táctica que usan aquellas personas que envían las señales mínimas a su pareja, demostrando que siguen ahí, dando esperanzas a la otra parte de que sigue en una relación amorosa, pero que no se quiere implicar con mayor compromiso.
Si bien el breadcrumbing ha nacido y crecido en las redes sociales, se ha trasladado a nuestro mundo real. Se puede dar en las relaciones donde ya se han tenido citas físicas, en las que se trata a la otra persona con amabilidad pero sin llegar a nada más, nada concreto ni de mayor intimidad. Se limita a dar lo justo para mantener la relación, aunque sea a mínimos. Es ir dejando migas de pan emocionales, creando esperanza en la otra pero sin ir más allá.
La otra parte vive en una situación paradójica. Por un lado, como su pareja le está dando esas migajas emocionales, alberga la esperanza de que un día irá a más. Por el otro, es consciente de que su pareja no se implica más porque no quiere, no está dispuesto a ir a nada más, pero como no está segura de si romper o no, la persona que es víctima del breadcrumbing mantiene la relación abierta atrapada en el pensamiento de “quizás un día dé un paso más”. Reciben señales equívocas, señales que un día sugieren que el “breadcrumber” quiere ir a más y que, al día siguiente, no quiere tener tanta intimidad.
Encontrarse en esta situación, en la que por un lado se tiene la esperanza de ir a más pero se sabe racionalmente que no va a ser así porque la otra parte no está dispuesta, es sumamente doloroso para la persona que lo único que quiere es sentirse amada. El dolor y la frustración de haberlo intentado todo y no haber conseguido nada ni haber podido convencer al breadcrumber destroza a la otra persona que sí quiere vivir en una relación plena, sana y funcional.
Causas: ¿Por qué lo hacen?
De acuerdo con la doctora Kelly Campbell, profesora de Psicología en la Universidad Estatal de California, las personas que practican el breadcrumbing lo hacen porque su autoestima depende mucho de cuánta atención consiguen de los demás. A pesar de que las razones exactas de su comportamiento varían mucho, hay algunos patrones psicológicos que la dra. Campbell que explicarían por qué las personas que nos lanzan migas de pan emocionales lo hacen.
1. Para sentirse mejor
Los breadcrumbers lanzan migas para sentirse mejor. Cuanto más interés consiguen de los demás, mejor se sienten.
2. Buscan la validación de los demás
Las personas que practican el breadcrumbing necesitan validación de los demás. No se sienten cómodos ni confiados a menos que los demás les digan constantemente que son dignos o valiosos, y la atención que reciben por parte de los demás con sus acciones es una buena forma de recibir tal validación.
3. Son narcisistas
A menudo, las personas que hacen breadcrumbing tienen rasgos de personalidad narcisista, o incluso presentan el trastorno narcisista de la personalidad. No se sienten culpables por manipular a los demás ni jugar con sus emociones.
¿Cómo saber si nuestra pareja es breacrumper?
El breadcrumbing es una forma de manipulación psicológica, altamente dañina para la salud mental de la víctima. Vivir en una relación de pareja en la que el otro solo nos da migajas emocionales no es amor, más bien roza el maltrato psicológico. Es por esto que es importante conocer si estamos siendo víctimas de este tipo de tácticas manipuladoras para poder frenarlas lo antes posible y, en caso de que sea necesario, romper una relación que no nos ofrece nada.
Para saber si somos víctimas de breadcrumbing es necesario fijarse si se dan las siguientes conductas.
1. Pareja poco clara y concisa
Si nuestra pareja es una persona poco clara y concisa cuando se relaciona con nosotros, tenemos motivos para sospechar. Esto es especialmente notorio en situaciones como plantearle planes. Si en ese escenario solo nos da respuestas ambiguas como “ya veremos” o “tal vez”, pero nunca llega a concretar cuándo, nos está haciendo breadcrumbing.
2. Da señales de vida cada bastante tiempo
En una relación de pareja, en donde los dos se quieren mucho, lo normal es que se mantenga la comunicación con cierta frecuencia. Si estás saliendo con alguien, tiene sentido saber qué hace o dónde está, al menos una vez al día, sin incurrir en comportamientos obsesivos ni controladores.
Pues bien, los breadcrumbers dan señales de vida cada bastante tiempo, perfectamente solo una vez a la semana. Puede darse el caso de que pasen semanas sin saber nada de aquel individuo que se supone es nuestro novio. No han roto con nosotros, pero tampoco están presentes ni demuestran que siguen ahí con frecuencia. Dejan la puerta entreabierta, acaban volviendo para hacer su papel de novio, pero no intensifican la comunicación ni hacen que la relación sea más seria.
En este sentido, podemos decir que el breadcrumbing se relaciona con el “ghosting” y el “orbiting”, solo que sin llegar a tales extremos. El ghosting implica desaparecer de golpe, no dejar rastro alguno y romper de forma pasiva, mientras que el orbiting no se diferencia demasiado de esto a excepción del hecho de que la otra persona sí da señales de seguir existiendo, en forma de “me gusta” en las redes sociales, por ejemplo.
En el breadcrumping la desaparición no es total como en el ghosting ni tampoco se interactúa de forma tan superficial como en el orbiting, además de que tampoco se da una ruptura. En teoría, se sigue saliendo con el breadcrumper, solo que la relación se mantiene a unos niveles mínimos, con la interacción justa para que el otro pueda decir que tiene una relación de pareja.
3. Prefieren la interacción online
Los breadcrumbers prefieren la interacción online y evitan la relación física, aunque no siempre es así. Dentro de sus tácticas se encuentra el flirteo virtual, aplicado en forma de un “tira y afloja” que les sirve para mantener a la otra persona pendiente, pero nunca dan el paso de ir más allá.
4. Comportamiento errático e incongruente
Los breadcrumbers son personas que pueden hacernos sentir de maravilla pero, si analizamos más a fondo su comportamiento, empezamos a ver que hay lagunas, que hay algo que no cuadra. Para colmo, son expertos en hacernos creer que esas extrañezas son cosas nuestras, percepciones de que quizás los que nos comportamos de forma incoherente somos nosotros.
5. Nunca se abren emocionalmente
Para los breadcrumbers, nunca es el momento para hablar de sentimientos. Eso es algo demasiado intenso para ellos, pues implica alcanzar un grado de intimidad que no les interesa. Prefieren vivir en una relación donde obtengan la atención suficiente por parte de su amante pero sin que se vuelva tan seria como para adquirir mayor compromiso. Para evitarlo, ponen todo tipo de excusas, todo lo necesario para evitar hablar de lo que sienten.
Fuente: www.psicologiaymente.com
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