Las jugadoras cobrarán lo mismo que el equipo masculino en los Juegos Olímpicos pero no en el Mundial
Las reivindicaciones de las mejores futbolistas del mundo se van traduciendo en cambios incluso en un país tan poco igualitario como Brasil. Marta y el resto de las jugadoras de la selección cobrarán lo mismo que Neymar y la canarinha masculina en concepto de dietas y premios, según anunció este miércoles el presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Rogerio Caboclo.
La noticia de la igualdad salarial entre los mejores futbolistas del país quedó opacada por el anuncio de que dos mujeres coordinarán la selección femenina, bastante abandonada incluso en los últimos tiempos. Las autoridades brasileñas, las del fútbol y las políticas, han mimado poco el fútbol femenino pese a que en sus filas juegan las veteranas Marta, durante muchos años la mejor jugadora del mundo, Cristiane o Formiga, que a sus 41 años es una de las jugadoras más longevas con siete Mundiales a sus espaldas.
“Desde marzo de este año, la CBF paga la misma cantidad en términos de premios y de dietas diarias al fútbol masculino y el femenino. Es decir, las jugadoras ganan lo mismo que los jugadores durante las convocatorias. Lo que reciben ellos, lo reciben también las mujeres. Lo que cobrarán ellas por ganar (medalla) o pasar eliminatorias en los Juegos Olímpicos el año que viene será lo mismo que recibirán los hombres”, reveló el presidente.
Marta, votada por la FIFA seis veces como la mejor del mundo, siempre ha sido peor pagada que sus compatriotas varones. En los últimos años también se ha unido a las futbolistas que exigen el fin de la discriminación: “La igualdad es necesaria. Necesitamos luchar para que las próximas generaciones de niñas tengan unas condiciones laborales mejores y más justas”, afirmó hace unos meses en un evento la también embajadora de ONU Mujeres.
Las diferencias salariales en el fútbol brasileño eran inmensas. Las dietas por día de convocatoria eran distintas, pero no solo eso según las cifras de hace tres años que Folha de S.Paulo recuerda ahora. Cuando jugaban en el extranjero, ellas recibían la paga en reales y ellos, en dólares. Por cada jornada de entrenamiento en Brasil, ellos cobraban hace tres años 500 reales (80 euros, 95 dólares); ellas, la mitad. Pero cuando iban al extranjero, ellas, los mismos 250 reales de Brasil; mientras ellos una cantidad 34 veces mayor y en dólares (1.600; 1.351 euros).
El ejemplo de Ada Hegerberg
La equiparación no afecta, sin embargo, al premio más jugoso, la Copa del Mundo. Brasil pagará proporcionalmente a sus mujeres y hombres por ganar eliminatorias y conquistar la copa, pero no lo mismo porque las cantidades con las que la FIFA premia a uno y otro género son dispares.
La decisión de Ada Hegerberg, Balón de Oro en 2018, de no jugar el último Mundial en protesta porque las condiciones en las que los internacionales de ambos géneros no se han igualado aún en la igualitaria Noruega -aunque sí los salarios- y la batalla judicial emprendida por la selección de Estados Unidos, que cosecha mucho más éxitos que los hombres, han colocado la cuestión de la discriminación salarial en la agenda del fútbol.
La Confederación Brasileña de Fútbol ya había dado algunos pasos para ir cerrando en los últimos años la brecha salarial entre sus mejores jugadores de ambos géneros. En el Mundial femenino de Francia ellas recibieron unas primas inéditas, pero menores a las de los varones. Sudáfrica o Nueva Zelanda son otros países que han dado pasos para eliminar las diferencias salariales. Brasil es uno de los países con más feminicidios del mundo y con menos mujeres diputadas: son solo el 15% pese a las cuotas que deberían favorecer una mayor presencia.
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