Psicología y coaching

¿Cómo salir de una relación que no funciona? 7 ideas clave

¿Cómo salir de una relación que no funciona? Aunque seguramente la mayoría de nosotros habrá tenido que enfrentarse a una situación así, no por ello resulta una tarea sencilla.

Y es que las relaciones de pareja son complicadas de por sí, y muchas veces nos ponen ante situaciones que nos exigen tomar decisiones, a veces muy dolorosas.

En este artículo encontrarás varias pautas sobre cómo salir de una relación que no funciona, que en ningún caso pretenden ser una guía para todos los casos, sino más bien un pequeño apoyo al que acudir si nos vemos obligados a afrontar una situación así.

Cómo salir de una relación que no funciona

A través de estas 7 pautas que te proponemos en relación a cómo salir de una relación que no funciona, iremos reflexionando por las diferentes fases en las que es probable que transitemos desde que dudamos de nuestra relación, hasta que decidimos terminarla y afrontamos el tan temido proceso de duelo.

1. Plantéate bien lo que quieres

Antes de averiguar cómo salir de una relación que no funciona, es conveniente estar más o menos seguros de esta decisión. Si bien es cierto que la mayoría de veces, cuando dejamos a alguien, no lo tenemos 100% claro, muchas veces lo que sí tenemos claro es que no queremos seguir así. Así que, antes de decidir nada, piensa bien lo que quieres en tu vida.

Para ello, realiza este pequeño ejercicio; visualízate a ti dentro de unos años… ¿te ves con esa persona? ¿Es realmente el futuro que quieres? Estas preguntas no tienen fácil respuesta, pero por ello hemos de intentar pensar qué es lo que queremos, sin dejar que el miedo a la soledad o la dependencia influyan en nuestra decisión.

2. Analiza tu situación actual

Para llegar a saber qué es exactamente lo que queremos en nuestra vida (o algo que se le acerque…), debemos analizar nuestra situación actual, en este caso, con nuestra pareja. ¿Somos felices con ella?

O por el contrario, ¿vivimos esperando siempre que algo cambie? Es normal pasar por etapas de dudas en cualquier ámbito de nuestra vida, no únicamente con nuestra pareja. Sin embargo, cuando estas dudas nos bloquean y se alargan en el tiempo, esto ya no lo es tanto.

Plantéatelo así: algo va mal si piensas más en lo que te falta que en lo que tienes… ¿será que lo que tienes no te hace feliz realmente? No debes tener miedo a afrontar este sentimiento, ya que es un sentimiento lícito.

Por otro lado, si después de analizar la situación actual con tu pareja (cómo te sientes con ella, qué echas de menos, si eres feliz realmente, si te compensa la relación o si sufres más que disfrutas, etc.), te das cuenta de que algo falla desde hace demasiado tiempo (algo que quizás ya habéis intentado resolver, sin éxito), es hora de actuar.

Y es que, ya lo decía Albert Einstein… “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.

3. Toma una decisión

Si después de pasar por el paso anterior, te das cuenta de que realmente la situación actual con tu pareja no es la que quieres, llegados a este punto puedes tomar dos direcciones: seguir en la relación y luchar por algo que en el fondo, sabes que no funciona, o dar por terminada la relación.

La segunda opción seguramente es la más difícil de tomar, pero también la más liberadora, en el caso de que te encuentres en una relación que en realidad no te hace feliz.

4. Sé firme con la decisión

Bien, has tomado la decisión de finalizar la relación, pero ahora toca la parte más difícil… mantenerla.

En este paso sobre cómo salir de una relación que no funciona, te proponemos que seas firme en tu decisión, sobre todo en los primeros momentos, cuando todo es más reciente y cuando seguramente estás más vulnerable emocionalmente.

¿Y si me he equivocado?

Si pasados los primeros días (o semanas, todo depende de la persona…) no tienes claro haber escogido el camino que te hacía feliz, replantéate tu decisión. ¿Te arrepientes de haber finalizado la relación?

No te presiones ni te culpes por ello; como seres imperfectos que somos (¡gracias a Dios!) nos equivocamos, y nunca es tarde para rectificar. Cambia de dirección si así lo sientes.

5. Retoma tu vida

¿Cómo salir de una relación que no funciona? Empieza retomando tu vida. Si ya has transitado por el punto anterior, y te has dado cuenta de que realmente tomaste la decisión acertada, es hora de volver a tomar las riendas de tu vida.

Las rupturas suelen ser dolorosas, tanto si dejamos nosotros como si nos dejan, así que primero de todo tendrás que asumir que el dolor estará ahí (al menos al principio), y que debes afrontarlo.

No tenemos por qué esconderlo o reprimir… estamos dolidos, pero toca seguir. Así que, intenta volver a tu rutina y a tu vida, céntrate en ella pero también busca actividades que te motiven y que te “saquen” un poco del día a día, queda con tus amigo/as…

El objetivo no es evitar el dolor, o no afrontarlo, sino mantenerte activo/a para que poco a poco recuperes cierta sensación de calma y normalidad.

6. Sé flexible contigo mismo

El sexto paso (o pauta) sobre cómo salir de una relación que no funciona es el siguiente: sé flexible contigo mismo/a. Esto quiere decir que no debes culparte por lo sucedido; sencillamente, asume que así han ido las cosas.

Ser flexible también implica darse momentos para descargar esa tristeza, esos nervios o esa ansiedad… Es decir, darse “permiso” para estar mal, para estar bien cuando empieces a remontar, para tener momentos de debilidad… Es probable que, en determinados momentos, te vuelvan las dudas: “¿Hice lo correcto”?

Es normal que de vez en cuando aparezcan estos sentimientos, pero piensa que lo que decidiste lo decidiste por alguna razón, que está ahí, y que no hay decisiones correctas o incorrectas, tan solo personas que, intentando ser felices, lo intentan, aciertan, se equivocan, se arrepienten, luchan…

7. Cuídate y escúchate

Siguiendo con las etapas de la ruptura, si te encuentras en este punto, otro consejo útil es que te cuides y te mimes, y que te des espacios y momentos para autorreforzarte.

Todos hemos pasado por una ruptura (y si no, algún día la pasaremos), y aunque puede resultar un momento realmente duro y complicado, el camino se hace más ameno si nos cuidamos, hacemos cosas que nos gustan, comemos y dormimos bien, hacemos algo de deporte, hablamos con familiares y amigos sobre lo que nos ocurre…

Además, cuidarse también significa escucharnos; escuchar tanto nuestro cuerpo como nuestro estado anímico (y es que, muchas veces van ligados): ¿qué nos apetece realmente? ¿Estamos descansando suficiente? ¿Nos estamos dando el amor que nos merecemos?

Todo lo que sea apostar por nuestro bienestar, tanto físico como mental, implicará pequeños pasos hacia nuestra recuperación y sanación. No olvidemos que todo lo que empieza, acaba, y que por ello es importante disfrutar del presente sin añorar en exceso el pasado ni proyectar demasiado en el futuro, ya que lo único que existe es el hoy. Como decía el sociólogo y filósofo Zygmunt Bauman: “Mientras está vivo, el amor está siempre al borde de la derrota.”