BLUSH
Con el rubor como protagonista, la clave está en empezar con una sombra rosada en el párpado e ir esfumándola hacia las mejillas. Para generar tridimensionalidad, sumá tonos anaranjados y texturas satinadas tanto en ojos como en pómulos. Completá el look con máscara de pestañas y labial nude de textura mate.
GRÁFICO
Llevá luz al lagrimal intensificando esa profundidad con una sombra de color (en este caso, amarillo). Luego, con una sombra metalizada y un pincel liner, podés jugar con un delineado gráfico sobre el párpado. En este caso, se hizo un cat-eye clásico en el que la «colita» gira sobre sí misma, siguiendo la línea de la ceja, pero 1 cm más abajo. La piel se trabajó previamente con una base liviana y un highlighter cremoso y se completó con rubor cremoso en labios y mejillas.
BOCA DÚO
En los labios, jugá con los tonos rosas y amarillos para generar un efecto desteñido. El amarillo se concentra en el arco de Cupido para dar luz.
LILA
Con foco en los ojos, este make up genera un efecto luminoso y de misteriosa profundidad. Para lograrlo, aplicá sombra lila y luego esfumalo tanto en el párpado como en la línea inferior con una sombra del mismo tono pero satinada. Completá con mucha máscara de pestañas, una base liviana acompañada de un contorno sutil y gloss en los labios.
ARCOÍRIS
Comenzá peinando tus cejas hacia arriba para emprolijarlas. Clave. Luego, elegí cuatro tonos que quieras combinar, cuanto más colorido, mejor: es tiempo de jugar. Para este, se usaron los tonos del arcoíris en su gama más pastel. Una vez elegidos, los vas aplicando desde el lagrimal hacia afuera, uno detrás del otro, esfumándolos siempre con pincel de sombra. Podés agregar un rubor sutil, máscara de pestañas y un gloss livianito.
Fuente: ohlala.com
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