Conocida posteriormente como ‘Rosie the Riveter’, es probablemente uno de los símbolos de empoderamiento femenino a nivel mundial
Rosie es un personaje que nació en 1942, apareció en un momento difícil para los estadounidenses, y dio herramientas a las mujeres para encontrar la igualdad al lado del género masculino, ya que invitaba a las mujeres estadounidenses a unirse a los trabajos tradicionalmente pensados para hombres, en las fábricas de armamento o vehículos bélicos.
La imagen, creada por el artista J. Howard Miller, se trata de una mujer con su brazo derecho flexionado y el puño cerrado para sacar fuerza, con un rostro firme y la frase “We can do it (podemos hacerlo)” como título.
¿Quién es la mujer que aparece en este ícono del feminismo?
El cartel está basado en una fotografía en blanco y negro de un servicio de cable, tomada a una trabajadora de una fábrica de Michigan llamada Naomi Parker Fraley que fue quien realmente inspiró la imagen, aunque se pensó durante décadas que la modelo era Geraldine Doyle por atribución de la imagen por parte de ésta.
Naomi Parker Fraley nació un 26 de agosto de 1921, en Tulsa (Oklahoma), y falleció un 20 de enero del año 2018, a los 96 años de edad, en la ciudad de Longview, en el estado de Washington (Estados Unidos). Era la tercera de ocho hijos del matrimonio formado por Joseph Parker (ingeniero de minas) y su mujer, Esther Leis (ama de casa). En diferentes momentos de su vida, Fraley vivió en Nueva York, Missouri, Texas, Washington, Utah y California, antes de que su familia se estableciera en Alameda (California).
En la base aérea, Naomi y su hermana ocuparon sendos puestos en la zona de reparación de aviones. Fue allí donde un fotógrafo de la agencia Acme capturó a Fraley con el pelo atado en un pañuelo rojo. Cuando se publicó la fotografía, Fraley la recortó del periódico y la guardó durante décadas.
Después de la guerra, trabajó como camarera en Doll House, un restaurante en Palm Springs, California. Fue en la década de los 80 cuando la imagen salió de nuevo a la luz. «No lo podía creer. Sabía que en realidad era yo en la foto», afirmó Fraley al ‘Oakland Tribune’ en 2016.
Precisamente, poco después de su descubrimiento, Kimble visitó a Fraley, quién le mostró la foto del periódico que había guardado. «No hay duda de que ella es la ‘mujer del torno’ en la fotografía», exclamó al ver la imagen.
«Las mujeres de este país en estos días necesitan algunos iconos», añadió Fraley en la entrevista a People cuando se descubrió su identidad, en la que añadió: «Si creen que soy uno, estoy feliz».
«No quería la fama ni la fortuna. Pero sí quería mi propia identidad», aseguró Fraley a la revista People en 2016 ya que su historia fue eclipsada por otras mujeres estadounidenses que fueron identificadas como la modelo que inspiró el cartel del artista J. Howard Miller.
En su momento, en 1943, se usó para representar a las mujeres que trabajaron en fábricas y astilleros durante la Segunda Guerra Mundial, muchas de las cuales produjeron municiones y suministros de guerra, así como para levantar la moral de los trabajadores, pero en la década de los 80 fue redescubierta y, rebautizada como ‘Rosie the Riveter’, se utilizó como icono feminista.
Fue el profesor James J. Kimble quién comenzó a buscar a la verdadera ‘Rosie the Riveter’ en 2010, una búsqueda que lo llevó a Fraley. La mujer trabajó en la base aérea de Alameda, en el estado de California, cuando tenía 20 años de edad, junto con su hermana Ada, desmontado la creencia que circuló durante años de que fue Geraldine Hoff Doyle la mujer que inspiró a Rosie.
La investigación de Kimble, a través de libros, periódicos viejos y archivos fotográficos, lo llevó a una copia de la foto de Fraley de la estación naval. En el pie de foto figuraba: «La bonita Naomi Parker parece que podría atrapar su nariz en el torno de la torreta que está operando».
Historia de la imagen
El mundo atravesaba la Segunda Guerra Mundial, y muchos hombres tuvieron que dejar sus hogares para defender al país. Así es como el gobierno tuvo que crear ideas para incentivar a las mujeres a reemplazarlos en las fábricas, apelando a su deber patriótico y a otros factores que las beneficiarían, como conseguir su propio sueldo y sentirse orgullosas de ser esposas, al estar insertas en el mundo laboral para “proteger” a sus maridos. Pensamiento que reinaba en aquellos tiempos.
Era muy común la utilización de las mujeres con fines propagandísticos. De hecho, las chicas pin-up, tradicionales imágenes de mujeres bonitas y sexys que habían surgido en los años ´20 como rupturistas de los esquemas de la opresión patriarcal, fueron reutilizadas en los ´40 para servir de amuletos patrióticos a las tropas estadounidenses a través del Nose Art. Las fetichización del cuerpo femenino, representado por las pin-up eran el incentivo del gobierno para sus tropas, a quienes se les instruía para exponer en sus cubículos esas imágenes que “elevaban” la moral de los soldados, los “incentivaba” a combatir. Incluso era muy común que los fuselajes de los aviones incluyeran estas imágenes. En un sentido similar otro póster de la época luego resignificado por la cultura pop es Manten la calma y sigue adelante (Keep Calm and carry on), en cuyo caso se trata de una producción del Reino Unido pensada para los ciudadanos que tenían a sus familiares en la guerra.
La invitación al empoderamiento femenino tuvo buenos resultados, aumentando en un 10% la cantidad de mujeres trabajadoras en 4 años. No obstante, este papel era sólo por un tiempo, ya que al terminar la guerra las mujeres tuvieron que volver a ser amas de casa, sin imaginarse que la imagen que las motivó a tomar las riendas del mundo laboral sería un ícono incluso hasta 70 años más tarde.
El póster tomó fuerza nuevamente entre la década del 70 y 80, principalmente con fines feministas, popularizándose mundialmente hasta como lo conocemos hoy.
Sin embargo, la imagen tiene un trasfondo mucho mayor. Las Rosies eran miles, y fueron las obreras de la guerra, que trabajaron en silencio y con orgullo por estar dando un paso impensado en la historia del feminismo: el asumir un rol preferentemente masculino, aunque fuera un poco forzado, por la partida de los hombres al frente de combate.
“We Can Do It!”, también conocida como “Rosie the Riveter”, es una imagen simbólica que inspiró a millones de mujeres a lo largo de los años y está presente aún en la memoria colectiva como un ícono de la cultura popular
Fuente: oyememagazine /biobiochile
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