Los gobiernos de América Latina enfrentan el gran reto de visibilizar las necesidades que las niñas, adolescentes y mujeres tienen de forma diferenciada para poder elaborar políticas públicas y eliminar leyes que las discriminan.
Ese es uno de los principales resultados del informe “Violencia y discriminación contra mujeres, niñas y adolescentes: buenas prácticas y desafíos en América Latina y en el Caribe”, presentado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
“Vivir una vida libre de violencia es un principio universal. Los datos que tenemos de la región… ha habido avances, no podemos dejar de reconocerlo, pero hay un denominador común en el continente. Las categorías de las distintas formas de violencias se dan en toda nuestra región. Tenemos cifras realmente alarmantes que nos obligan desde la Comisión Interamericana a visibilizar“, ha dicho la relatora especial para los derechos de la niñez, Esmeralda Arosemena.
El informe, ha señalado Arosemena, ha permitido a la CIDH tener “muy claro” que las recomendaciones y los estándares encuentran obstáculos y desafíos para su implementación en cada uno de los países que las han acogido. “Ninguna forma de violencia puede ser ni permitida ni justificada y esa transformación la tenemos que hacer cada uno desde nuestros espacios”, ha mencionado la comisionada.
Y ha agregado que es vital que estos impedimentos se resuelvan para que las niñas puedan participar en la defensa de sus derechos. “El empoderamiento de niñas es la garantía para su propia protección frente a todos los actos de violencia”.
Visibilizar las necesidades de niñas y adolescentes
Entre los principales resultados del informe de la Comisión está la invisibilización de las necesidades específicas de las niñas y de las adolescentes.
“Cuando estamos hablando de los derechos de las mujeres, a veces no consideramos a las niñas. Las niñas son, por supuesto, mujeres y como tales tienen todas las garantías de los derechos de las mujeres. Sin embargo, son mujeres que están en una situación muy particular debido a su edad, a su condición legal y jurídica. Y ese es un aspecto que no podemos dejar de lado”, ha explicado la especialista en derechos de la mujer e igualdad de género, Fernanda Venegas.
Según la investigación, las niñas y adolescentes también son invisibilizadas bajo la categoría de niñez y adolescencia, “que es una categoría que no tiene en cuenta el género ni las problemáticas que enfrentan precisamente por su condición femenina”, ha recalcado la también creadora del informe.
Algunas de esas problemáticas que les afectan por el hecho de ser niñas y adolescentes son el matrimonio infantil y las uniones forzadas. “No podemos olvidar que las Américas, según Unicef, es la única región del mundo en la que los matrimonios infantiles y las uniones tempranas no han disminuido en los últimos 10 años“, ha mencionado.
Estas cifras se han mantenido estables o han aumentado progresivamente, pues en algunos países son una práctica común. En 13 naciones de la región aún se permite el matrimonio de menores de 16 años través de excepciones legislativas (Anguila, Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Belice, Brasil, Guyana, Haití, Estados Unidos – Puerto Rico, República Dominicana, Saint Kitts y Nevis, San Vicente y las Granadinas y Surinam) y 6 países aún mantienen diferentes edades mínimas para el matrimonio en hombres y mujeres.
Los casos de violencia sexual solo aumentan
Otro eje son los embarazos forzados, consecuencia de la violencia sexual. “Las niñas no se embarazan solas, son violadas y es muy importante visibilizarlo”, ha recalcado la investigadora. “Al calificarlo como violencia sexual abre toda una caja de protección para las niñas y adolescentes”.
Para la CIDH es motivo de profunda preocupación que, a pesar de las alarmantes cifras y la gravedad de esta forma de violencia, los datos no reflejan la magnitud real de la problemática debido al importante subregistro existente como consecuencia de la falta de denuncia por las víctimas.
Según las cifras que maneja la Comisión, en Perú, 1 de cada 5 niñas menores de 15 años ha sido víctima de violación de las cuales la Fiscalía solo conoce el 15%. En Ecuador durante la última década, el embarazo en menores de 14 años producto de violación se ha incrementado en un 74%. Mientras que en Guatemala, para el 2018, 5,600 niños y niñas sufrieron violencia física y sexual y en Colombia, una niña es abusada cada hora “superando en mucho, la violencia sexual en mujeres adultas”, se señala en el informe.
De acuerdo con la información recibida por las investigadoras, en Latinoamérica el 80% de las violaciones sexuales de niñas y adolescentes se concentran en víctimas de 10 a los 14 años y el 90% de estos casos involucran un contexto de violación reiterada.
Otras discriminaciones en América Latina
Las niñas y adolescentes también son víctimas de manera diferenciada del trabajo infantil, explotación laboral y la trata.
La Comisión señala que, si bien “este fenómeno constituye una violación de los derechos de la infancia tanto de los niños como de las niñas”, muchas niñas empiezan a trabajar a temprana edad, desde los 6 años incluso, especialmente en las zonas rurales.
En el caso de las niñas y adolescentes, debido a los roles de género, se suelen encargar de las labores domésticas y al cuidado de otros, como los hermanos, personas con alguna enfermedad, personas con discapacidad o personas mayores, especialmente cuando la familia no tiene otros medios para cubrir estas necesidades.
“Hay países donde el trabajo infantil, la explotación laboral, doméstica, y en algunas ocasiones llegando a situaciones de esclavitud doméstica, afecta de manera desproporcionada a niñas y adolescentes. Muchas de ellas de ciertos orígenes y con factores de vulnerabilidad adicionales”, ha destacado Vanegas.
También han detectado que las niñas y mujeres enfrentan violencia y discriminación en el ámbito educativo y en los espacios digitales. Además, que en la región hay prevalencia de desafíos para eliminar factores estructurales de discriminación y que ellas siguen enfrentando obstáculos para acceder a la justicia. “Falta enfoque de género en materia de investigaciones y difusión de datos”.
Con estos resultados, la CIDH espera que los estados puedan hacer los ajustes necesarios para poder garantizar los derechos de las niñas, adolescentes y mujeres.
Vía: efeminista.com / Cristina Bazán
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