Creemos que hay mucha gente que encuentra belleza donde no la hay porque muchas veces funciona como un espejismo engañoso que disfraza la oscura realidad que hay detrás.
Por mucho que seamos seres con capacidad de adaptación y «evolución», hay hechos a las que no deberíamos acostumbrarnos, sobre los que no deberíamos sentir resignación o indiferencia porque estamos actuando contra nosotros mismos.
En el cortometraje animado ‘The Beauty’, se muestra un futuro muy cercano en el que se baraja la hipótesis de que la vida marina se adapta a las cantidades masivas de plástico que recibe a diario mutando su ecosistema.
Dirigido por Pascal Schelbli, ‘The Beauty’ es un viaje poético a través de los océanos, que se muestran deslumbrantes y sucios.
Bancos de chanclas que se mueven como peces, anguilas neumático, peces globo con textura de papel de burbujas o arrecifes de cucharillas y pajitas, llenan de «belleza» ese fondo marino tan desconocido por nosotros.
La reinvención cautelosa de la desenfrenada contaminación plástica que sufre el planeta, pone en evidencia la durabilidad de los residuos para lanzar un devastador mensaje: quizás sean lo único que perdurará en el planeta de aquí a unos años.
Los escasos 3 minutos que dura el cortometraje animado, lleva al espectador por un periplo acuático en el que, por un momento, llega a desaparecer el sentimientos de culpa que se diluye en la belleza de lo que contempla hasta que al final, despertamos y nos damos cuenta de que tenemos que cambiar algo.
No subestimemos lo que no vemos ni infravaloremos lo que no conocemos porque en un sistema que se retroalimenta y funciona como una cadena, lo que va mal abajo al final va a repercutir en lo que pase arriba.
Fuente de la nota: culturainquieta.com
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