1. Bien situado
Antes de empezar a poner orden es preciso hacerle sitio. Encontrar hueco para el armario es más sencillo (en el pasillo, junto al baño, separando zonas…), pero un vestidor requiere bien una estancia independiente, bien una habitación XL. «Aunque el tamaño tampoco es condicionante, ya que un buen vestidor puede adaptarse a cualquier espacio. Eso sí, es conveniente que no adquiera demasiado protagonismo en el dormitorio. Lo ideal es que se encuentre en una zona poco visible y, a ser posible, se convierta en punto de unión, si se trata de una suite, con el cuarto de baño», comenta José Miguel Simón, interiorista y director del showroom Iconno. En esta propuesta , los paneles correderos semitransparentes mantienen cierta intimidad, sin romper la amplitud visual.
2. Distribuye adecuadamente
Tu armario o vestidor debe adaptarse a tus necesidades y condiciones: si es individual, si lo compartes con tu pareja, si tienes mucha ropa de doblar o por el contrario, necesitas una barra lo suficientemente alta, para que no arrastren tus vestidos… Después, establece la distribución con la que te sientas más cómoda. Eso sí, no olvides reservarte un lugar para tus prendas preferidas, para no tener que revolver todo cada día.
3. El principio es lo más difícil
Armarios y vestidores dominan (casi) en solitario la difícil tarea de mantener a raya el orden en el dormitorio. Tenerlos organizados, con las prendas en su sitio y a mano es el sueño de cualquiera. Eso sí todo requiere una preparación previa. De esta manera, si quieres evitar en el temido cambio de armario, nada mejor que «elegir una fecha en el calendario y reservarte dos horas. Tiempo que se irá reduciendo según adquieras práctica», recomienda Montserrat Beltrán, experta en «feng Shui»‘.
4. En busca del orden
El orden nos da la felicidad o, al menos nos acerca a ella, tal y como se desprende del estudio ‘Orden y tiempo’ realizado por Ikea, en el que se establece que dedicamos casi 5.000 horas de nuestra vida a buscar cosas perdidas en casa y que 1 de cada 2 encuestados reconoce que perder algo le produce estrés y ansiedad. Así que ponte manos a la obra y organiza tu ropa (por colores es uno de los trucos más efectivos), de tal manera que puedas verla y encontrarla a la primera. Por cierto, ¿sabías que remeras y buzos son las prendas que más perdemos?
5. Bien iluminado
¿Alguna vez has visto una prenda de un color en casa y de otro en la calle? Es algo habitual y, aunque en muchas ocasiones no tiene demasiada importancia, en otras puede estropearte un ‘look’ que creías perfecto. Por este motivo, la iluminación en un vestidor es primordial. “Solo ante la luz natural (neutra) se percibe el color real de las cosas. Debe ser lineal, para que no aparezcan sombras, estar situada en la parte frontal y contar con la misma cantidad en todo el espacio. Olvídate de usar focos puntuales y elige luminarias de 3.000 grados Kelvin, con un tono de luz neutro, que no modifique las gamas cromáticas”
6. Separa y vencerás
Zapateros; pantaloneros; cajones compartimentados, para cinturones, relojes, pañuelos o anillos; contenedores abiertos, tan útiles como los cajones pero mucho más cómodos porque ves lo que hay dentro… Son tus mejores aliados para mantener la armonía y la organización interior. «Dado que las necesidades cambian con el paso del tiempo, es importante que la distribución interior sea fácilmente modificable, para que puedas transformar tu vestidor siempre que quieras, sin ningún esfuerzo”, . Un, consejo: «olvida las divisiones verticales que generan huecos. Sin ellas tu vestidor parecerá mucho más amplio y de un vistazo podrás abarcar todo lo expuesto».
7. Cuelga todo lo que puedas
Si el espacio lo permite, las perchas son siempre grandes aliadas del orden, ya que hacen que todo se vea más fácilmente, mantienen la forma de la prenda y evitan, siempre que haya cierta distancia entre una y otra, que se arruguen. Un consejo exprés del método ÓSATE ideado por Montserrat Beltrán, siguiendo la filosofía del ‘feng shui’: «Emplea perchas iguales y colócalas en el mismo sentido».
8. La decoración también importa
Tu armario o vestidor no solo debe ser práctico y hacerte el día día más fácil sino que, además, debe tener un interior agradable, con el que te sientas identificada. Coloca algún adorno que te guste, añade algún espejo, para verte desde todos los ángulos, y otorga otra función complementaria a algún objeto de tu vestuario, como un sombrero que hace las veces de jarrón.
9. Sigue las reglas del orden
La base para mantener un vestidor perfecto día tras día es el mantenimiento. No puedes hacer limpieza un día, deshacerte de todo lo que no te pones, crear una distribución interior de ’10’, organizar cada cajón al milímetro y pensar que se mantendrá así hasta el próximo cambio de armario. Las cosas no funcionan así. Se trata de que si al coger alguna prenda, otra se mueve, la coloques al momento; tu cajón no esté lleno de calcetines desparejados o que la ropa doblada no aumente a modo montaña. Pequeños gestos diarios que te harán salir victoriosa temporada tras temporada.
10. No te olvides de los ayudantes
Las cómodas y otros muebles auxiliares con cajones pueden darte mucho juego en tu vestidor. Si tienes hueco suficiente, colócalos en el centro, como si de una boutique se tratase, y úsalos para la ropa doblada, los complementos o las prendas de interior. Si no te sobran centímetros o tu vestidor es de planta rectangular, mejor adósalos a la pared.
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