Sexualidad

Por qué ante las disfunciones sexuales es fundamental ir a terapia

El ámbito de la sexualidad es básico en el bienestar psicológico e influye directamente en nuestra capacidad de ser felices.

Pero precisamente por eso, también es capaz de dar lugar a problemas muy significativos en lo relativo a nuestra calidad de vida. De hecho, incluso las personas que son asexuales y que no experimentan deseo de tener relaciones sexuales o de tener pareja pueden llegar a desarrollar formas de malestar en esta faceta de sus vidas: inseguridades, dudas que llevan a los sentimientos de culpa, etc.

Por suerte, en la actualidad se han desarrollado estrategias terapéuticas capaces de ayudar a las personas a superar este tipo de alteraciones. En este artículo nos centraremos en los aspectos psicológicos tras las disfunciones sexuales y veremos por qué es importante ir a terapia para solucionar estas últimas, las disfunciones sexuales.

La importancia de ir a terapia ante las disfunciones sexuales

Las disfunciones sexuales son fenómenos recurrentes que aparecen en el transcurso de las relaciones sexuales y que impiden el disfrute de estas o directamente generan malestar y/o dolor. Además, pueden tener causas físicas, psicológicas o ambas, y es muy frecuente que quien las sufre crea que su problema es de naturaleza orgánica pero que en realidad sea fundamentalmente mental/emocional.

Por otro lado, hay disfunciones sexuales que afectan a ambos sexos, y otras que solo afectan a mujeres o a hombres, al estar vinculadas a su genitalidad. En cualquier caso, muchas de ellas comparten varios aspectos.

Existen dos formas en las que los profesionales de la salud dan tratamiento a las disfunciones sexuales. Por un lado están las intervenciones médicas, que tienen como objetivo dar resolución a los problemas de tipo orgánico, y por el otro, las formas de intervención basadas en lo comportamental y los procesos psicológicos. Aquí nos centraremos en este último tipo de intervención.

Disfunciones sexuales habituales en consulta

Estas son varias de las disfunciones sexuales que son tratadas de manera más habitual en un centro de terapia psicológica, sexual y de pareja como el nuestro, UPAD Psicología y Coaching.

  • Disfunción eréctil
  • Anorgasmia
  • Vaginismo
  • Eyaculación precoz
  • Deseo sexual hipoactivo
  • Depresión post-coito

Por otro lado, no hay que olvidar que existen otras alteraciones psicológicas relacionadas de un modo más indirecto con la sexualidad pero que también son capaces de afectarla mucho (hacia peor). Como veremos, tanto estas últimas como las disfunciones sexuales pueden ser tratados: en el caso de las disfunciones sexuales, a través de terapia sexual, y en el resto de casos, en psicoterapia individual o en terapia de pareja. Los psicólogos podemos estar formados en estas tres áreas, y de hecho, muchos de nosotros lo estamos.

Los diferentes aspectos de la vida afectivo-sexual abordados en terapia

Estos son los principales niveles en los que pueden aparecer problemas o necesidades insatisfechas tanto en el ámbito de la sexualidad como en el de la vida afectiva y las interacciones sociales en el contexto de lo íntimo.

Todos estos elementos pueden participar en la aparición de disfunciones sexuales (a través de dinámicas psicológicas y aprendizajes que interiorizamos y de los que no nos damos cuenta), y por suerte, pueden ser abordados y superados mediante terapia sexual, psicoterapia y terapia de pareja.

1. Falta de información sobre la sexualidad

Este primer punto tiene que ver con un aspecto básico sobre todo durante la juventud: la necesidad de educación sexual. Todas las personas deberían poder contar con información sobre el sexo, sus aspectos positivos y sus riesgos, que vaya en consonancia con los conocimientos obtenidos científicamente y que esté alejada de los mitos y los prejuicios que muchas veces circulan a través de la sociedad.

Además, esta información debe llegar tanto a las personas que en un principio tienen dudas y lagunas de conocimiento, como a los niños, niñas y adolescentes. De este modo, se reducen las probabilidades de que aparezcan miedos infundados y otras formas de ansiedad disfuncional que puedan llevar a problemas en la vida sexual de las personas.

2. Dudas, inseguridades y malestar por la propia identidad sexual

El modo en el que interactúan nuestra propia percepción de nuestra vida sexual, por un lado, con el desarrollo de nuestro autoconcepto (la concepción del “Yo”), por el otro, puede dar lugar a formas de malestar muy dañinas.

Esto ocurre en parte debido a estigmatizaciones históricas dirigidas contra las formas de vivir el sexo que se alejan de lo normativo, y hoy se plasma claramente, por ejemplo, en la discriminación contra los no-heterosexuales, que persiste en menor o mayor medida incluso en sociedades consideradas progresistas.

3. Incapacidad para disfrutar plenamente del sexo

En este grupo de problemas encontramos los propios síntomas de las disfunciones sexuales y de los trastornos psicológicos que interfieren con la sexualidad desde las experiencias vinculadas al dolor o a la falta de disfrute en el acto, como la anorgasmia, el vaginismo o la disfunción eréctil, hasta las parafilias que son capaces de poner a las personas en situaciones de peligro y/o de exclusión social.

4. Problemas en las relaciones amorosas

En muchos aspectos, lo afectivo (referido a las relaciones de pareja) no puede ser desligado de lo sexual. Por eso, es habitual que los problemas en la vida de pareja se manifiesten en ambos ámbitos a la vez. Temas tabú que surgen en las dinámicas relacionales, asimetrías en las expectativas de cada uno, inseguridades con el propio cuerpo frente al otro, miedo a mostrarse vulnerable o imperfecto…

Si estás pensando en ir a terapia para mejorar algún aspecto de tu vida afectivo-sexual, ya sea a través de terapia sexual o de psicoterapia individual o terapia de pareja, ponte en contacto con nuestro equipo de profesionales.

Fuente: www.psicologiaymente.com