Psicología y coaching

Para luchar contra la soledad debemos regresar a la Sabiduría

Un reciente estudio decidió intentar responder a estas dos preguntas: ¿por qué muchos de nosotros nos sentimos solos y qué podemos hacer para remediarlo? Luego de entrevistar a varias personas, los investigadores descubrieron algo valioso: cuanto más sabios eran los consultados, menos solitarios se sentían.

Anna comenzó a sentirse cada vez más sola durante el confinamiento por COVID-19. “Mi trabajo es más bien solitario y a pesar de que amo lo que hago, necesito el contacto social. ‘Veo’ amigos por Zoom, y ocasionalmente me encuentro con personas para dar un paseo con el debido distanciamiento social. Pero me siento tan desesperada por tener interacción social que estoy tentada de quebrar todas las normas de seguridad solo para tener un poco de compañía“.

Los hijos de Dave* ya estudian en la universidad pero han estado en casa más tiempo de lo habitual en los últimos meses debido a la pandemia. “Ya han vuelto a la universidad”, dijo. “Y mi esposa y yo nos dimos cuenta de lo tranquila que está la casa ahora, lo desolada que está sin ellos”.

Anna comenzó a sentirse cada vez más sola durante el confinamiento por COVID-19. “Mi trabajo es más bien solitario y a pesar de que amo lo que hago, necesito el contacto social. ‘Veo’ amigos por Zoom, y ocasionalmente me encuentro con personas para dar un paseo con el debido distanciamiento social. Pero me siento tan desesperada por tener interacción social que estoy tentada de quebrar todas las normas de seguridad solo para tener un poco de compañía“.

Incluso antes de la pandemia, la soledad ya era considerada una preocupación creciente en todos los grupos etarios alrededor del mundo. Los investigadores han descrito a la soledad como “la última epidemia con serias repercusiones en la salud” que puede incluir una salud general pobre, una mala calidad del sueño y sentimientos generalizados de infelicidad. La soledad, o el sentimiento de tristeza por encontrarse desconectado de los demás, es diferente a estar solo. Uno puede estar solo y no sentirse solitario, o estar con personas y sentirse solo.

Si te has sentido solo, aislado o sin conexiones personales valiosas, no estás solo. Pero, ¿qué puedes hacer al respecto?

Un estudio decidió intentar responder a esta pregunta enfocándose en la soledad en dos grupos de personas muy diferentes: uno en una región rural del sur de Italia y otro en un condado urbano/suburbano de Estados Unidos de América. Los grupos poseían distintos idiomas y antecedentes históricos, educativos y socioeconómicos, de acuerdo al investigador principal, Dr. Salvatore Di Somma.

El estudio reveló que a pesar de dichas diferencias, ambos grupos mostraban evidencia estadística significativa que cuanto más sabiduría individual mostraban, menos solitarios se sentían.

Pero, ¿acaso la sabiduría no viene con la edad, el tiempo y la experiencia? ¿Cómo te ayuda esto en este momento de tu vida? Decidí llevar a cabo una investigación no científica por mi cuenta para intentar descifrar de qué manera estos hallazgos pueden ayudar a vencer la soledad. Esto es lo que descubrí.

Mi amiga Brenda, que tiene más de 90 años de edad y ha sido viuda por muchos años, dijo: “Nunca me siento sola. Amo el tiempo que paso sola y me dedico a leer, escuchar música, dar un paseo o solo estar. Pero también amo el tiempo que paso con mis amigos, con mis hijos y nietos, con las personas que conozco en la calle. Estar conectada con el mundo evita que me sienta sola”.

Jack, un hombre de casi 70 años, que mantiene una relación duradera con Arthur*, quien tiene más de 60 años, dijo que a veces se siente solo, pero que ese sentimiento no dura mucho. “Tengo muchas actividades que consumen mi tiempo”, dijo. Jack y Arthur perdieron a muchos amigos durante la epidemia del SIDA y están profundamente comprometidos a educar a los hombres sobre los riesgos actuales del sexo sin protección. “Se podría decir que la misión de nuestra vida evita que nos sintamos solos,” me dijo.

Betty, Jack y Arthur reflejan el aspecto de la sabiduría que los investigadores describen como la herramienta más poderosa contra la soledad: la habilidad de considerarse como persona dentro de un contexto más amplio. Ese contexto puede variar mucho de una persona a otra, y también durante las diferentes etapas de nuestras vidas. No hace falta tener más amigos o llevar a cabo proyectos sociales importantes para luchar contra la soledad. La sabiduría implica simplemente expandir tu base.

En su libro Timeless: Nature’s Formula for Health and Longevity, Louis Cozolino, profesor de psicología en la Universidad Pepperdine, menciona que las investigaciones muestran que nuestros cerebros están cableados para tener conexiones. Esto significa que maximizar las interacciones con otras personas puede mantener nuestros cerebros activos y ocupados. Y esto ayuda a combatir la soledad.

Sin embargo, no es necesario estar rodeado de amigos y familiares para tener un cerebro conectado. De hecho, de acuerdo a Ursula M. Staudinger, autora de A Psychology of Wisdom: History and Recent Developments, Research in Human Development, la sabiduría incluye aspectos como “el buen juicio”, “moderación”, la capacidad de realizar interacciones complejas de conocimiento y duda, la capacidad de encontrar un “camino moderado entre los extremos”, un “desapego suficiente con respecto al problema en cuestión” que ayuda a solucionar dicho problema de manera acertada, y “una coordinación equilibrada de la emoción, motivación y pensamiento.”

Todas estas cualidades de la sabiduría implican una capacidad para ser auto-reflexivos y proactivos, dos habilidades que se materializan en los comentarios que recibí sobre la soledad por parte del pequeño grupo de personas que considero sabios. Estos son algunos de los detalles específicos que dijeron:

No te definas en base a un momento específico ni a un período de tiempo. “La soledad es un momento en el tiempo, un punto en el radar. No quiere decir que soy malo o desagradable. No se trata sobre mí y no es permanente. Siempre puedo hacer algo al respecto”.

Construye pequeñas relaciones. “No me siento sola porque siempre estoy conectada. Incluso cuando no estoy hablando con nadie que amo o que me interesa, sé que siempre puedo encontrar a una persona con la que puedo relacionarme, aún si es un desconocido en un autobús”.

Haz una acción amable o compasiva por otra persona. “Cuando me siento sola, pienso en lo egoísta que es. Podría estar contribuyendo al bienestar de otra persona. Y tan pronto como hago algo amable por alguien, aunque simplemente sea saludar o preguntar cómo está, toda la soledad que puedo sentir se va”.

Adopta acciones positivas. “Existen personas en el mundo que, debido a razones emocionales o físicas, no pueden acercarse a otras personas. Esa es la verdadera soledad. Yo vivo sola, pero no me siento sola. Tengo demasiadas cosas para hacer como para sentirme sola”.

Enfócate en una visión más general. “Si comienzo a sentirme sola, pienso en la dirección de la carta de la obra ‘Nuestro Pueblo’. Comienza con el nombre y dirección de una persona, pero va más allá de eso. La memoricé porque me recuerda que todos nos encontramos en un contexto más grande. Esta persona se encontraba en su pueblo, en Estados Unidos de América, luego en el Continente de América del Norte, en el Hemisferio Occidental, en la Tierra, en el Sistema Solar, en el Universo, en la Mente de Dios. No soy una persona religiosa, no es que la Mente de Dios sea importante para mí. Es la idea de ser parte de un universo inmenso. En cuanto comienzo a pensar en ello, ya no me siento sola”.

Según los investigadores, la sabiduría incluye la capacidad de ser reflexivo y meditativo en cuanto a cualquier experiencia. También incluye la capacidad de alejarse y ver que las cosas no solo en cuanto me atañen a mí mismo, sino verlas dentro de cierto contexto y cierta situación. Por último, también implica la capacidad de considerarlas como complejas, polifacéticas y con frecuencia contradictorias, y a partir de allí abordar dichas contradicciones con cierto grado de flexibilidad.

Estoy segura de que conocemos numerosas personas de edad avanzada que no poseen estas habilidades, lo que quiere decir que la sabiduría no siempre se adquiere con la edad. Existen muchos jóvenes que poseen estas habilidades y, claramente, muchos adultos que no las poseen.

Debemos desarrollarlas por nosotros mismos a la edad que podamos. Cuando le planteé esta idea a Anna, por ejemplo, ella me dijo: “No lo había pensado de esa manera. Sin embargo, cuando me observo a mí misma en un contexto más amplio, puedo ver que ya poseo numerosas conexiones; mi tarea consiste simplemente en encontrar maneras de volver mis interacciones más dinámicas sin romper las reglas ni poner a nadie en peligro. Ayuda mucho recordar que existe un contexto más grande. Hoy leí que el virus está disminuyendo, y solo con pensarlo me hace sentir menos sola”.

 (Los nombres y la información identificatoria de las personas consultadas han sido cambiados para proteger su privacidad)

Fuente: sophiaonline.com.ar / Texto: F. Diane Barth para Psychology Today*. Traducción: Virginia Noto.