En la sinopsis de Cómo criar hijos no sexistas (Vergara), el libro de Liora Gomel y Ariel Dorfman, los autores cuentan que son pareja y que participan activamente de la crianza de sus hijos. Profesionales ligados al mundo de la comunicación, encabezan la fundación Encontrarse en la Diversidad, especializada en comunicación con enfoque de derechos. Después de muchos años de trabajo en escuelas y empresas, ambos concluyeron que los hogares son un espacio clave en donde se construyen y reproducen concepciones machistas. Por eso, decidieron escribir un libro con reflexiones, consejos y estrategias para familias.
¿Machista se nace o se hace?
Ariel Dorfman: Definitivamente, se aprende y se enseña: por eso confiamos en que todo esto que está pasando, que estamos haciendo las organizaciones y personas, va a transformar y transformarnos, a fortalecer la perspectiva de género y de igualdad en cada lugar donde sigue siendo necesario habilitar matices, diversidades… no hay ningún elemento en nuestra genética, en nuestra sangre y ni siquiera en nuestros órganos genitales que determine qué podemos hacer, pensar, decir, qué espacios podemos ocupar y cuáles no. El machismo no es algo de mujeres o varones sino que tiene que ver con relaciones de poder, de construcción de vínculos y de resolución de problemas donde como ya venimos viendo en los medios este verano, la violencia es protagonista.
¿De qué manera se les inculca el machismo a chicos y chicas? ¿Me podrían dar algunos ejemplos?
Liora Gomel: En cada ejemplo de la vida cotidiana donde siempre sean ellas las que sirven la comida y ellos ni siquiera se levanten, o cuando ellos se junten con sus amigos y ellas siempre se queden con los chicos, cuando ellos en el recreo siempre usen el patio y ellas siempre se queden quietas charlando, cuando les decimos que los varones no lloran y cuando a ellas les pedimos que siempre estén impecables y bellas. Cuando ellos despliegan y ellas se retraen, cuando ellos exploran y ellas solo imaginan, cuando solo hay dos opciones.
¿Cómo incide en todo esto el entorno social, escolar y cultural?
AD: Como el machismo y la discriminación se aprenden, el entorno, la cultura y la escuela son los encargados de reproducir (o no) este forma de pensar que algunos son mejores y merecen más que otros. Cuando la sociedad, la familia y la escuela dejan de ser comunidad, de trabajar en conjunto para que las cosas sean más justas y para que todos tengan lugar, perdemos cada uno de nosotros. El machismo es un contingente (es así pero podría haber sido de otra manera), por lo tanto si sostenemos la inercia y no hacemos nada, ni decimos nada, ni elegimos nada, todo va a seguir tal como ahora: machista. Estamos en un momento donde empezamos a ver, todavía falta construir la alternativa, pero ya contamos con algunos ejemplos.
¿Cómo se manifiesta el machismo en los más chicos?
LG: Igual que en los más grandes: a las piñas, sin dialogar, dejando afuera, pensándose mejores que otros, en forma individual y no colectiva…
¿Qué pasa cuando lo que dicen los padres (en contra del machismo) contradice lo que hacen?
AD: Hay una relación entre el decir y el hacer, si uno propone un discurso y en la práctica no lleva nada de eso adelante, es claro que los niños y niñas aprenden mucho más de lo que ven que de los que les decimos; cuanto más compartida es la relación entre el decir y el hacer, se logra un refuerzo del aprendizaje, pero nuestras hijas e hijos viven en sociedad y verán otros modelos y otros vínculos… y para eso también hay prepararlos.
¿Por qué es importante inculcarles desde pequeños esta clase de valores alejados del modelo machista hegemónico?
LG: Estamos pensando en criar hijos que respeten la diversidad y la igualdad entre todas las personas, estos son valores que se aprenden mas fácil para todos. Porque es una alternativa para vivir mejor en un mundo injusto, porque es mejor sentirse respetado que humillado, porque es mas seguro que todos coman, no tengan frío y puedan ir al medico si se sienten mal. porque todos nosotros somos otros.
Imagino que a partir del libro habrán tenido contacto con padres. ¿Cuáles son las preocupaciones o inquietudes más frecuentes sobre este tema?
AD: Lo primero es el reconocimiento de que hay distintos modelos de familias, y que no ser parte de lo esperable por el machismo en cualquiera de sus formas tiene costo, un costo que es mas sencillo o mas fácil de afrontar y a veces hasta irrelevante, si lo hacemos en comunidad. Muchas familias compartieron sus experiencias desde el dolor, acoso escolar, violencia obstetricia, no aceptación de la familia de origen. Otras compartieron sus hallazgos, sus estrategias, sus miedos y en la mayoría de los casos compartimos que lo hegemonía no es necesariamente lo mejor . Que romper la inercia requiere energía y como ya dijimos siempre es mejor hacer todo acompañados
¿Qué ocurre con la adolescencia? ¿Es más complicado «desprogramarlos»?
LG: Con mucha frecuencia podemos ver cómo los jóvenes rompen tabúes de género o de temáticas vinculadas a la diversidad sexual, pero también, muchas veces sin darse cuenta, refuerzan discursos de discriminación por cuestiones de tallas o de orígenes nacionales. Cualquier generalización es un un error: incluso la que acabamos de decir. ¿Un truco? Cada vez que afirmamos que todos los x son y, estamos cayendo al barranco de la discriminación: todos los adolescentes, las mujeres, los varones, etc… Por eso también, cada persona tiene la oportunidad en cada momento de su vida de revisar discursos, prácticas y mandatos, y de transformar esas afirmación en palabras y acciones que no segreguen ni excluyan. Estamos de los dos lados del mostrador: discriminamos y somos discriminados. Lo aprendimos y lo enseñamos. Y va a seguir así hasta que revisemos, hasta que nos revisemos. La adolescencia tiene a favor el caudal de preguntas que nos hacemos, los tiempos que tenemos para escuchar, conversar y encarar temas difíciles. Los adultos que acompañamos tenemos que estar atentos para no favorecer que las lluvias de reflexiones se conviertan solo en lluvias de consignas.
Un niño no machista, ¿qué clase de adulto podría llegar a ser?
AD: Un adulto que verdaderamente sea grande: responsable por los demás, que opte por el diálogo y la confianza, que cuide y pueda sentirse cuidado. Que busque otras formas de resolver los problemas que bajarse del auto y cagarse a trompadas o hablar mal la mujer que ahora es su jefa. Que entienda esa forma de vincularse donde el respeto y la calidez construyan una verdadera alternativa y como decía Lohana Berkins, que la lucha no es por la victoria sino hasta la ternura, siempre.
Fuente: nota de Lorena Oliva para www.lanacion.com.ar
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