Estas son las enseñanzas filosóficas y sociales que brinda, a través del karate, la historia que es hoy número uno entre los argentinos, en la plataforma de streaming.
“No hay malos alumnos, sólo malos maestros”. Esta enseñanza engloba a las constantes lecciones del karate, aplicables a la vida cotidiana, que brinda la serie Cobra Kai. Su tercera temporada se lanzó el 1º de enero en Netflix y es furor en Argentina no sólo por sus patadas voladoras o por las luchas recurrentes -no sin cierto humor- entre dos sensei veteranos y sus exaltados discípulos juveniles. ¿Qué frases y reflexiones, traídas del karate, deja Cobra Kai para ser mejores personas a nivel individual y social?
A la par de su trama sin respiro, esta comedia de acción con calculadas coreografías de artes marciales reflotó para las novísimas generaciones el amor por la saga Karate Kid, nacida en 1984. Así, Cobra Kai tiró de hilo de la antigua rivalidad entre dos míticos personajes en senderos opuestos -y complementarios- del bien y del mal. El humanista y algo jactancioso Daniel LaRusso (Ralph Macchio), y el resentido y machista Johnny Lawrence (William Zabka), con un asomo afectivo que Cobra Kai supo explorar y acentuar.
Sacarles brillo a los antihéroes no es sólo un placer de los cínicos, sino un rasgo clave de muchas de las series más exitosas por TV tradicional y por streaming. Y esta nueva temporada de Cobra Kai también explora esas tensiones morales entre los aprendices de Daniel y Johnny, tras la terrible pelea de karate afuera de las aulas de West Valley High School, en Los Ángeles, en el fin de la temporada anterior. Aquí, un repaso por varias de las enseñanzas y frases magistrales en Cobra Kai.
Mundos e intenciones enfrentadas son el corazón de Cobra Kai, la exitosa serie de Netflix.
Atención, si no viste la serie, esto está lleno de spoilers.
1) “Los errores del pasado no tienen por qué condicionar tu futuro”
Cobra Kai surgió en YouTube Red en 2018, pero explotó en 2020 cuando pasó a Netflix y fue de las más elegidas durante la pandemia de coronavirus. Ya desde sus primeras escenas, la ficción reflotaba los rencores remanentes de Johnny Lawrence, un perdedor y alcohólico sexista, violento y contrario a los inmigrantes (como un reflejo tardío de los ’80 o de la propia ética de Donald Trump).
La serie fue poniendo en contradicción el resentimiento de Johnny contra Daniel LaRusso, y lo hizo dudar de su afición por el karate abusivo del bando Cobra Kai. Si en el primer filme de la franquicia, en 1984, el joven Johnny había encarnado el rol del villano por la mala influencia de su sensei John Kreese (Martin Kove), Cobra Kai hizo que pudiera reconstruirse -un poco- cuando el joven ecuatoriano-norteamericano Miguel Díaz (Xolo Maridueña) le rogó que le enseñara karate para defenderse de quienes lo agredían.
Enemigos íntimos. Johnny Lawrence (William Zabka) y Daniel LaRusso (Raplh Maccio) son los senseis de los dojos Cobra Kai y Miyagi-Do. Aunque el primero abandonará el suyo en busca de caminos diferentes. Foto Netflix.
Por eso Johnny reabrió el dojo de Cobra Kai. Ahora, con más de cincuenta años, vio que podía ser mejor persona y un sensei inspirador para los aspirantes adolescentes del karate. ¿En la buena senda o en la oscura versión que le enseñó John Kreese?
2) “Si insistís y seguís avanzando vas a llegar a lugares que nunca soñaste”.
Es lo que siempre aplica Daniel, evocando al emblemático Sr. Miyagi (Pat Morita), su maestro ya fallecido, e incluso en su recorrido profesional a la par del karate. Es un exitoso dueño de una concesionaria de autos con eslóganes marciales: “Pateamos a la competencia”.
Daniel transmitió a su hija Samantha LaRusso (Mary Mouser) su amor por el karate, pero no pudo esquivar el pasado cuando Johnny reapareció para sacarlo de su zona de confort. Y su enemistad se replicó en la de sus aprendices en sectores opuestos: Miguel y Robby Keene (Tanner Buchanan), el hijo de Johnny, quien fue un padre ausente y poco afectivo.
Otra lección deja su huella: “Una mala filosofía se te vuelve en contra”. Para graficarlo, la serie hizo volver episodios atrás a John Kreese. En esta tercera temporada, él irá más allá en su manipulación de adolescentes sin oportunidades económicas, como la karateca Tory (Peyton List).
Miguel Díaz (Xolo Mariueña) fue víctima de una pelea feroz entre los Cobra Kai y los Miyagi-Do. Foto Netflix
Cuando Miguel Díaz salga perjudicado por sus mismas oscilaciones morales, Johnny va a cuestionar los axiomas fundacionales de Cobra Kai: “Strike First, Strike Hard, No Mercy” (“Golpear primero, golpear fuerte y sin piedad”).
3) “La única forma de acabar con una rivalidad es superarla”
Y la vía para dejar atrás ese odio puede ser aliarse por un bien o interés común. Lo aprenden Daniel y Johnny, en el segundo episodio de la flamante temporada, al unirse para buscar a Robby Keene, quien huyó de All Valley, Los Ángeles, tras haber dejado en coma a Miguel Díaz (Xolo Maridueña) en la pelea de la escuela, en el remate de la segunda temporada.
Los discípulos de Cobra Kai y los de Miyagi-Do (el dojo de LaRusso) replicaron sin medir consecuencias el antagonismo histórico entre Daniel y Johnny. Y si Robby Keene había esquivado un destino de criminal juvenil aprendiendo karate con Daniel (quizá para llamar la atención paternal de Johnny), le pegó una patada extrema a Miguel, que se golpeó la espalda con la baranda de una escalera y terminó luchando por su vida en el hospital.
Daniel LaRusso y Johnny Lawrence dejan de lado sus diferencias para buscar a Robby, el hijo de Johnny. Pero las cosas no salen como las esperaban en Cobra Kai. Foto Netflix
Entonces, Daniel y Johnny suspenden momentáneamente sus desconfianzas y emprenden una pesquisa para hallar a Robby Keene (antes de que lo encuentre la policía). Y cuando vean qué trama Kreese, sabrán que siempre hay un mal mayor contra el que batallar.
4) “No detenerse, no conformarse, no rendirse. Debemos hacer lo que sea para mantenernos a flote”
Robby Keene deberá decidir qué lugar le corresponde como luchador de karate, mientras Johnny busca modificar la mala imagen como padre que él mismo edificó, al dejar de lado a su hijo y preferir cerveza sin parar.
Johnny estaba violentamente celoso de Daniel, quien había ocupado el rol de mentor de Robby en Miyagi-Do, pero la presencia maligna de John Kreese termina siendo un factor desestabilizador para todos. ¿A quién decidirá seguir Robby al final, tras pagar el precio por las heridas de Miguel?
Ante todo, Cobra Kai demuestra que la disciplina mental y física ayuda a curar los afectos ausentes, pero cuando hay falta de amor el karate deviene en una simple herramienta de venganza. Miguel tendrá un dilema afín. ¿Cómo puede Johnny infundirle autoestima si él mismo está cargado de rencor?
Samantha LaRusso (Mary Mouser) también se paralizó por el pánico en Cobra Kai, pero deberá salir de allí. Foto AFP
En tanto que Samantha LaRusso tratará de vencer sus miedos y hasta sufrirá ataques de pánico, sin que su madre, Amanda LaRusso (Courtney Henggeler), la entienda del todo. Pero como le dice Daniel a enseñándole a Sam: “El verdadero karate está en la mente”. Y los miedos no nos deben paralizar.
5) “No seas arrogante. Siempre hay más que aprender”
Daniel LaRusso se volvió un sensei tras los ejemplos fundamentales del recordado Sr. Miyagi: reconocer las limitaciones en el interior y visualizar el futuro para poder hacerlo realidad. Pero Daniel se ve superado por sus inseguridades en la tercera temporada.
Paradójicamente, o no, el peligro de perder lo material (su negocio de venta de autos), lo lleva a buscar respaldo con una corporación japonesa y recobra su senda espiritual y física donde nació el karate, en la isla de Okinawa, donde transcurrió el filme-secuela Karate Kid 2 (1986).
Kumiko en «Cobra Kai 3», la actriz Tamylin Tomita de «Karate Kid 2» volvió a la serie con un rol fundamental. Foto Netflix.
Allí, Daniel se va a reencontrar con Kumiko (Tamilyn Tomita), de quien se enamoró tras romper con Ali Mills (Elisabeth Shue), y con otro personaje central de Karate Kid 2. En Okinawa esperan ciertos secretos afectivos de Miyagi, y Daniel va a internalizar que el peor rival a enfrentar es uno mismo y que su saber del karate estaba incompleto.
Los sucesos de Okinawa transcurren en los episodios cuarto y quinto de esta temporada. Más adelante habrá una nueva reaparición del primer Karate Kid para entender mejor al pasado.
6) “Los discípulos también son los maestros”
Durante dos temporadas y una parte de la actual, Johnny aplicó el karate como una continuación de los castigos que pregonó siempre John Kreese. Recién pudo ver los efectos de esa forma distorsionada del deporte cuando vio que la desenfrenada guerra juvenil hizo que Miguel quedara al borde de la parálisis. “Sensei, yo era un chico latino que sufría bullying y Ud. me transformó en un campeón de karate”, le dice Miguel a Johnny, quien se ve proyectado en aquél. Y si el rubio veterano comenzó a cambiar y se cansó de proclamar su fidelidad por Cobra Kai, John Kreese aprovechó sus flaquezas para poner a sus estudiantes en su contra.
Ralph Macchio en una escena de «Cobra Kai». «Contenerser es más poderoso que agredir». Foto Netflix.
Ahora los alumnos de Cobra Kai sólo piensan en destruir a sus enemigos. Cara a cara con Kreese, Johnny piensa en las heridas de Miguel, en las propias, eleva los puños y le dice a Kreese: “Hay una diferencia entre la piedad y el honor”. Esas palabras se relacionan con la visión del karate que Daniel aprendió del Sr. Miyagi, y que comparte con su hija Sam: “Contenerse es más poderoso que agredir”. Pero cuando las heridas arden, remarca: “Nunca descuides tu defensa”.
Fuente: clarin.com
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