De fibras naturales, sintéticas o de lana, un accesorio que vale en todas las estaciones. Claves y consejos para elegirlas y usarlas de la manera más conveniente en tu casa.
¿Quién dijo que las alfombras son un accesorio deco exclusivamente del invierno? Definitivamente, falso. Si se las sabe elegir son un recurso de decoración que se lleva bien cualquiera sea el clima y súper vigentes para personalizar un ambiente durante toda la temporada.
Por supuesto, que hay géneros más afines al verano, como las de fibras naturales, lo más nuevo y usado en los últimos tiempos en cuestión de alfombras «atemporales».
Las de yute trenzado, por ejemplo, son perfectas porque aportan calidez y textura, pero además son muy suaves al tacto. ¡Qué placer caminar descalzas sobre ellas!
«Las alfombras aportan calidez, estilo y confort«, asegura Victoria Kon, la estilista y diseñadora industrial de @interiorness.ba.
Para tener en cuenta, una alfombra bien ubicada delimita visualmente el espacio. «Las de colores más claros aportan luz y amplifican el ambiente», puntualiza la creadora de @vk.home.
La importancia del color de las alfombras
Para decidir el tono de la alfombra es importante tener en cuenta más que cualquier otra cosa la tonalidad dominante del piso, y la clave es que se tiene que despegar visualmente.
Así como el contraste es la regla, también piso y alfombra pueden estar engamados. Por eso las alfombras claras van muy bien en pisos de madera.
Y si es un cemento alisado o un porcelanato bien claro se puede jugar con colores más oscuros que hagan contraste con el piso.
Las de colores neutros son una buena idea porque armonizan con el resto de los accesorios y no cansan.
El tamaño y material de las alfombras importa
No hay reglas en cuanto al tamaño y la forma porque siempre depende del espacio que se quiera resaltar. Pero hay que saber que una alfombra pequeña «achica visualmente» el espacio.
Si es importante saber que, en el living, el sillón es determinante en su combinación con la alfombra. La alfombra debería ser entre 20 y 40 centímetros más larga que el sofá y las patas de adelante de los sillones deben quedar sobre la alfombra.
A la hora de pensar en los materiales es clave conocer quiénes y cómo se viven los lugares: si hay bebés, niños mascotas, así como definir en qué lugares solemos comer o las zonas de mayor tránsito en la casa. Nuestros hábitos definen la elección.
Y el material de la alfombra elegida tiene que adaptarse a nuestro estilo de vida.
«Si el espacio es de alto tránsito o hay mascotas, es mejor ir por alfombras de yute o lavables con fibras acrílicas. Si sos de sacarte los zapatos al entrar a tu casa y caminar descalza, una alfombra de lana que aporte textura y calidez es una linda elección», explica Kon.
Las de acrílico se pueden lavar directamente con agua y jabón mientras que las de yute o lana requieren más mantenimiento.
Como siempre, la manera de habitar el hogar, define la deco.
Fuente: parati.com.ar
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