Llamadas ABC por sus iniciales, las tres pequeñas islas con playas de arena blanca están fuera de la línea de huracanes.
¿Hay playas con buen clima durante todo el año en el Caribe? Sí, en las llamadas islas ABC, a solo una hora de vuelo desde Panamá y cerca de la costa sudamericana. Se trata de tres islas pequeñas y con influencia holandesa cuyas siglas aluden a sus iniciales: Aruba, Bonaire y Curaçao.
Si bien Aruba es la más famosa, tiene mayor infraestructura turística y recibe más visitantes internacionales que sus vecinas, todas comparten sus principales características: se encuentran ubicadas fuera del cinturón de huracanes y cuentan con una temperatura promedio de 28 grados, más de 300 días de sol al año y los refrescantes vientos alisios.
Este triángulo del Caribe sur perteneció a las Antillas Holandesas y hasta 2010 conformaban un Estado autónomo integrado por varias islas del mar Caribe (Saba, San Eustaquio, sur de Sint Maarten, Curaçao y Bonaire) y Aruba (es autónomo desde 1986).
Hay flamencos en una isla privada de Aruba. Foto Shutterstock
En la actualidad siguen siendo territorios independientes en el seno de los Países Bajos, con impronta holandesa en la arquitectura, el idioma y la comida.
Las playas de arena blanca, las aguas cálidas y cristalinas con buena visibilidad y los arrecifes de coral y los naufragios donde abunda la fauna marina dan como resultado una fórmula imbatible para los fanáticos del buceo y el snorkel.
Todo esto se complementa con resorts de lujo, plantaciones de aloe vera y múltiples productos, tiendas internacionales y ferias de artesanías, fachadas coloridas y puertos activos.
Las fachadas de Willemstad, en Curaçao. Foto Shutterstock
Características y ventajas
Los atractivos naturales y culturales coinciden en las tres islas, pero en Aruba se destaca Eagle Beach, que suele figurar entre las mejores playas del mundo; el Parque Nacional Marino de Bonaire es Patrimonio Mundial de la Unesco; y el Canal de Sint Annabaai divide en dos a Willemstad, la colorida capital de Curaçao.
Los idiomas oficiales son el holandés y el papiamento, pero en todas las islas los habitantes hablan también inglés y español.
“Disfrutar de la playa es una de las opciones más elegidas por los viajeros cada año y las islas Aruba, Bonaire y Curaçao tienen algunas de las más bonitas del Caribe. La temperatura, el agua cristalina y la arena blanca las vuelven sitios ideales para visitar en cualquier momento del año”, dice Paula Cristi, gerente general de Despegar para Argentina y Uruguay.
Bonaire, en el Caribe sur. Foto Shutterstock
«Además -señala-, la gran ventaja es que en un solo viaje se puede ir de isla en isla para así conocer los tres destinos y disfrutar las vacaciones al máximo».
Y agrega: “Otro gran beneficio de las islas ABC es que ofrecen una gran variedad de hoteles all inclusive, una opción muy escogida hoy porque es una buena manera de garantizar los precios en pesos«.
¿Por qué? Al elegir alojamientos con todo incluido, «el viajero sabe cuál es el importe y no depende de las variaciones en las monedas extranjeras. Planificar y comprar las vacaciones de manera anticipada es una manera de ahorrar dinero”.
Los árboles divi-divi, típicos de Aruba. Foto Aruba Tourism Authority
Según Erika Schamis, jefa de Product Non Air, Packages & Media de Almundo, “con la apertura internacional de vuelos desde Argentina hacia el exterior, Aruba empezó a tomar mayor relevancia. Dentro de los destinos del Caribe, es un poco menos clásico, pero cada vez se elige más. Tiene una oferta gastronómica única y hotelería para todos los gustos”.
El destino más vendido “es Aruba por lejos, que todo el año mantiene un clima perfecto para disfrutar de sus playas y actividades al aire libre, mientras que Curazao es un excelente destino para conocer con Aruba».
Desde Argentina hay vuelos vía Estados Unidos (con las compañías americanas), vía Panamá (con Copa) o vía Bogotá (con Avianca). Para aprovechar los vuelos se puede combinar Aruba con Miami y Panamá”.
Palm Beach, una de las más famosas playas de Aruba. Foto Shutterstock
Aruba
Hasta en las patentes de los autos se lee el eslogan “Una isla feliz” (en inglés, One Happy Island), un mensaje contundente en esta meca del snorkel y el buceo, siempre con Eagle Beach en el Top 10 de las mejores playas del mundo y varios hoteles all inclusive distinguidos.
Estas playas de arena blanca, libres de sargazo y con típicos árboles divi-divi son el escenario perfecto para escapadas románticas, bodas y lunas de miel.
Pero también atraen a familias y grupos de amigos con muchas actividades al aire libre, deportes náuticos y excursiones, así como bares, restaurantes, casinos y tiendas de marcas internacionales en la capital Oranjestad.
Allí hay edificios emblemáticos restaurados, como el Ayuntamiento y un tranvía conecta la terminal de cruceros con el centro. Quienes tomen el walking tour de 3 horas podrán visitar monumentos y museos con un guía, probar comidas y hasta hacer compras. Sale US$ 39.
Una Isla Feliz, el slogan de Aruba. Foto Aruba Tourism Authority
Nuevos requisitos
Aruba ya no pide la vacuna contra la fiebre amarilla a los argentinos.
En cuanto al Covid-19, la Autoridad de Turismo de Aruba anunció que eliminó todos los requisitos de entrada relacionados con el coronavirus para todos los viajeros internacionales.
Desde el 19 de marzo último ya no se requerirá que los viajeros presenten un resultado negativo de la prueba Covid-19 o un comprobante de vacunación con esquema completo.
Sin embargo, todos los visitantes aún deben completar la tarjeta de embarque/desembarque ED Card antes de la llegada, que es el proceso digitalizado de inmigración y aduanas del país. Ese seguro para visitantes sigue siendo obligatorio para todos, el cual tiene un costo de 15 dólares por persona.
Oranjestad, capital de Aruba. Foto Shutterstock
El Seguro de Visitantes de Aruba es obligatorio y ayuda a proteger a los visitantes respecto de los gastos médicos y no médicos incurridos si dan positivo por Covid-19 durante su estadía en Aruba. Al completar con éxito el proceso de la ED Card, el pasajero recibirá la confirmación de aprobación para el viaje, que debe mostrarse digitalmente o en forma impresa al momento del check-in.
La isla también anunció el levantamiento de los protocolos locales de Covid-19, mientras que el Código de Salud y Felicidad de Aruba sigue vigente, ya que «la salud y el bienestar de los visitantes y residentes sigue siendo una prioridad».
El desierto y las cuevas
Con la pandemia, las actividades al aire libre acentuaron su protagonismo. De manera privada o en grupos chicos, los turistas pueden contratar excursiones para recorrer la isla y visitar el Parque Nacional Arikok.
Es una zona protegida que abarca el 18% de la isla, tiene una vegetación árida y se pueden hacer caminatas. Para entrar se pagan US$ 11, destinados a la preservación, a programas educativos y a los animales que deambulan en estas 4.000 hectáreas.
Plantaciones de aloe vera en Aruba. Foto Shutterstock
En la isla hay cuevas con arte rupestre original de pueblos originarios, estalactitas y estalagmitas.
Los visitantes pueden hacer caminatas guiadas en la naturaleza a través de lechos de ríos secos hasta bahías ocultas, o bien, visitar las ruinas de minas de oro históricas de Miralamar.
La cueva Guadirikiri es famosa por sus dos cámaras iluminadas por el caudal de luz del sol que se cuela por el techo, y en las partes oscuras anidan cientos de murciélagos.
Cueva Fontain en el Parque Nacional Arikok, en Aruba.
Deportes náuticos
El buceo es uno de los deportes preferidos y se puede practicar en diferentes puntos, ya que hay más de 20 naufragios alrededor de la isla.
Las zonas de Palm Beach y Hadicurari son ideales para tomar clases de kitesurf y windsurf o hacer Stand Up Paddle, que se suman a las salidas embarcadas para practicar snorkel gracias a la agradable temperatura y la visibilidad del mar. El alquiler de los equipos de snorkel cuesta desde US$ 10, mientras que un tour en un catamarán, a partir de US$ 50.
Imperdible: la experiencia de hacer yoga en el agua por US$ 50 con instructor. Y por US$ 15 se alquila la tabla para disfrutar del mar calmo.
En Aruba se practica Stan Up Paddleboarding. Foto Aruba Tourism Authority
La isla Renaissance es el hogar de los flamencos rosados. Una excursión de medio día para fotografiarlos en las playas privadas -sin hospedarse en el hotel Renaissance- cuesta US$ 125, incluyendo el traslado.
En el Faro California se puede contemplar la puesta de sol y y admirar la vista de 360 grados por US$ 5.
Más información: www.aruba.com
Bonaire, una de las islas ABC del Caribe sur. Foto Shutterstock
Bonaire
Con más de 22 playas y cuevas para explorar, Bonaire se destaca por sus espectaculares arrecifes justo en la costa. A lo largo de las carreteras costeras se señalan los puntos de buceo y snorkel con piedras amarillas pintadas.
En la más agreste de las islas ABC los resorts tienen tiendas originales, pero es en el centro de Kralendijk -la capital, con su pintoresca arquitectura- donde está la mayoría de los negocios. Pero los turistas que hacen compras también llegan por las actividades al aire libre, los deportes náuticos y los tratamientos de spa, que ofrecen masajes de todo tipo, faciales y exfoliaciones con sal local.
Parque Marino
El buceo deportivo de Bonaire se remonta a 1962, con la llegada del capitán Don Stewart, quien escribió en su bitácora: “Parece ser una isla fantástica bajo el agua”. No solo impulsó el desarrollo del buceo en la isla sino que jugó un papel importante en la formación del Parque Marino de Bonaire y la conservación de los arrecifes.
Bonaire, meca del buceo y el snorkel. Foto Shutterstock
El lugar ofrece más de 85 sitios de buceo y es el hogar de más de 57 especies de coral y más de 350 especies de peces, por lo que los usuarios del Parque deben pagar un fee para ayudar a la preservación y protección: US$ 25 para los buzos y US$ 10 para los demás visitantes. Bonaire es famosa por su galardonado buceo de costa de fácil acceso.
Los sitios Ramsar de Bonaire -relativo a los humedales, en especial como hábitat de aves acuáticas- son Lac, Pekelmeer, Klein Bonaire, Gotomeer y Slagbaai Lagoon. Allí se reproducen y alimentan miles de flamencos y otras aves, y anidan tres especies de tortugas marinas.
Para tener en cuenta a la hora de organizar visitas y excursiones: el Parque Washington Slagbaai, Bara di Karta, el Santuario de los Burros y las Salinas. En la isla, la producción de sal se redujo con la abolición de la esclavitud en 1863, pero en 1960 se revitalizó la industria. Enormes montículos de cristales de sal se pueden ver al sur de Bonaire, junto al Reservorio de Flamingos.
Las salinas de Bonaire. Foto Shutterstock
Para ingresar a la isla, el Departamento de Salud Pública pide que se complete un formulario con PCR o test de antígenos, además de las vacunas recibidas y el alta médica para quienes tuvieron Covid en los últimos 6 meses.
Más información: tourismbonaire.com
Willemstad es la capital de Curaçao. Foto Shutterstock
Curaçao
Entre Aruba y Bonaire, la isla de Curaçao se distingue por su capital Willemstad, que está dividida por la Bahía de Santa Ana.
De un lado se encuentra Punda (punta), la parte comercial más antigua, con su icónica hilera de casas de colores vibrantes.
Como una mini Amsterdam, la gran postal del lugar consiste, precisamente, en esta sucesión de fachadas del período colonial holandés ubicadas en la calle Handelskade, a orillas del canal. Las llamativas casonas no solo fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad, sino que son fotografiadas por los turistas a toda hora y desde todos los ángulos.
El puente flotante y peatonal en Willemstad, capital de Curaçao. Foto Shutterstock
En la otra margen, Otrobanda (otro lado) es el distrito residencial, más moderno y más grande. Ambos barrios están conectados por el puente vehicular Juliana y el puente flotante y peatonal Queen Emma, que se mueve varias veces al día para otorgarles el paso a los cruceros y los buques.
Playas y experiencias
Hay más de 35 playas en la isla. A quienes les gustan las playas concurridas y con muchos servicios pueden ir a Jan Thiel Beach y Mambo Beach.
Para vacaciones instagrameables, las mejores son Kenepa Grandi, Cas Abao, Playa Jeremí o Porto Marí. En cambio, si se busca una experiencia local, hay que visitar Piskadó, Santa Cruz, Director’s Bay y Daaibooi.
A los típicos deportes náuticos caribeños se le suman los paseos en un pequeño submarino, la posibilidad de nadar con los delfines, visitar un criadero de avestruces o una plantación de aloe vera, y aprender sobre los remedios herbales locales.
Curaçao, un destino ideal para bucear en el Caribe sur. Foto Shutterstock
Según el tiempo que cada uno tenga en el destino, se recomienda disfrutar del arte callejero en Ser’i Otrobanda, almorzar en el Mercado Viejo, conocer el museo local o el acuario, y hacer una visita a la destilería del licor Curaçao.
Explorar sitios como Williwood, el Parque Nacional Shete Boka y Kas di Pal’i Maishi resulta tentador, como también ir a bucear desde la costa o practicar snorkel en Tugboat Beach.
Curaçao tiene opciones de alojamiento variadas, desde apartamentos vacacionales y Airbnb, hasta hoteles all inclusive.
Los visitantes que estuvieron en las antiguas Antillas holandesas no tienen que hacer un test de Covid-19 para viajar, pero quienes estuvieron en otros países en los últimos 14 días deben realizar un PCR con 48 horas de margen.
A su vez, para ingresar a la isla se completa la tarjeta digital de inmigración (dicardcuracao.com) y se llena la de localización de pasajeros (PLC) 48 horas antes. Ya no se requiere la prueba de antígenos del tercer día después de llegar a Curaçao. Pero siempre conviene chequear los requisitos porque pueden cambiar.
Fuente: www.clarin.com
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