Curiosidades

Formas curiosas de festejar el día de San Valentín por el mundo

Existen muchas maneras de celebrar el amor, más allá de los tópicos de siempre. Te dejamos una lista con seis destinos que tienen formas curiosas de festejar el día de San Valentín.

Taiwán

En Taiwán la clave está en la cantidad de rosas que uno regala a su pareja. Concretamente, regalar una rosa roja significa “eres mi único amor”. Once rosas representan que “eres mi favorita”. Noventa y nueve, “lo nuestro es para siempre”, y ciento ocho indican “¿quieres casarte conmigo?”.


Nueva York

En Estados Unidos también celebran el amor a su modo. La prueba de ello es que el emblemático Empire State Building ofrece la oportunidad de que diez parejas puedan casarse en el mirador de su planta 86. Se trata de un acontecimiento único, ya que es el único día del año en el que se pueden celebrar bodas en el edificio e incluso la lista de afortunados se publica en los periódicos.


Japón

En este país también se celebra el amor de una manera un tanto peculiar, y es que las mujeres son las que tienen que regalar chocolate a los hombres. Curiosamente, no solo tienen que ofrecer el dulce a sus parejas sino que también a sus amigos y compañeros de trabajo varones.


Alemania

La tradición de Alemania es todo menos convencional. Las parejas enamoradas que quieren celebrar el día de San Valentín tienen que regalar a sus respectivos cerditos que ofrecen flores y corazones de chocolate.

Allí el cerdo simboliza la suerte y dependiendo de su postura también puede significar lujuria. Por suerte para ellos, el cerdo no tiene que ser de verdad sino que un dibujo o una figura sirven.


Finlandia

Para los que aborrezcan el día de San Valentín si uno va a Finlandia no tendrá que celebrarlo, ya que en este país lo han cambiado por el día de la amistad. Lo llaman “Ystävänpäivä” y los amigos se regalan pequeñas cosas o cartas para demostrar su amor.


Dinamarca

En Dinamarca las absolutas protagonistas son las flores, concretamente unas llamadas “campanillas de invierno”, pequeñas flores blancas que brotan muy temprano y que se envían a los seres queridos.

Para los jóvenes la cosa cambia, ellos se regalan poemas de amor cuya peculiaridad reside en que sus autores no pueden incluir su nombre sino que en su lugar tienen que escribir unos pequeños puntos, tantos como letras tenga su nombre. Si la persona que reciba la carta adivina el nombre, recibirá un huevo de pascua ese mismo año.