Los quistes de ovario se pueden detectar ante la presencia de síntomas como dolor o presión en el abdomen o en la pelvis, aunque hay mujeres que no presentan síntomas. En los casos asintomáticos, los quistes suelen ser hallazgos casuales que se encuentran en una exploración ginecológica y la práctica de la ecografía ginecológica.
Las mujeres con síntomas, como decimos, suelen experimentar dolor o presión en la parte inferior del abdomen en el lado del quiste, un dolor que puede ser sordo o agudo, constante, o ir y venir. También se pueden sentir calambres en la parte inferior del abdomen.
En cambio, si se rompe un quiste ovárico, una mujer puede experimentar un dolor agudo repentino, que puede ser importante. Mujeres con una torsión de un ovario pueden sentir dolor junto con náuseas y vómitos. Si el quiste maligniza, se puede acompañar de hinchazón abdominal, pérdida del apetito y de peso, así como acumulación de líquido a nivel abdominal.
Prevalencias
Los quistes se pueden dar en ovarios de mujeres de cualquier edad. Se considera que las mujeres premenopáusicas pueden desarrollar al menos 1 quiste folicular pequeño casi todos los meses. La prevalencia de los quistes de ovario es de alrededor del 8% en las mujeres premenopáusicas. En la menopausia, la prevalencia alcanza el 15% y, entre el 30% y el 50% de los quistes ováricos en estas mujeres persisten durante años.
Los quistes de ovario no siempre tienen una misma causa. Las causas de estos quistes dependen del estado hormonal de la mujer. Pueden aparecer tanto en los años en los que la mujer tiene sus períodos menstruales, como cuando se encuentra en la etapa de la menopausia. En mujeres fértiles, con periodos menstruales, las causas más comunes son los quistes “funcionales” que se desarrollan cuando un folículo crece, pero no ovula correctamente. El líquido del folículo se queda enquistado, y estos quistes generalmente se resuelven sin tratamiento.
Otros quistes posibles durante la vida fértil son:
• Quistes dermoides o teratomas de ovario: pueden contener restos de células embrionarias como dientes, cabello o grasa. La gran mayoría de ellos son benignos, aunque alguno excepcional puede ser canceroso.
• Síndrome de ovario poliquístico: pueden tener muchos quistes pequeños.
• Endometriosis: son un tipo de quiste ovárico llamado endometrioma o “quiste de chocolate”.
• En el embarazo puede aparecer un quiste ovárico al principio de la gestación para ayudar a mantener el embarazo hasta que se forma la placenta.
En las mujeres postmenopáusicas, los quistes de ovario se deben estudiar para descartar cualquier patología maligna, a pesar de que esta no sea muy frecuente.
El cáncer es una causa poco común en quistes ováricos en pacientes fértiles premenopáusicas. Menos del 1 por ciento están relacionados con el cáncer de ovario, y este es más probable en las mujeres que tienen una predisposición genética a este tipo de cáncer, como pueden ser los antecedentes familiares. Los quistes de ovario complejos, con tabiques y papilas en su interior, se relacionan más frecuentemente con cáncer que aquellos simples, con contenido líquido en su interior sin ninguna otra imagen.
Tratamiento
Ante la sospecha de un quiste de ovario de aspecto benigno, de tamaño reducido y sin complicaciones, lo más habitual es realizar controles periódicos. Si el quiste es algo más complejo,además de la exploración ecográfica ginecológica, el estudio se puede completar con otras técnicas de imagen como un TAC pélvico o una resonancia magnética nuclear.Los análisis de sangre también pueden ayudar a clasificar el tipo de quiste, algunos de los cuales precisan de tratamiento quirúrgico para sacarlo.
Los quistes benignos asintomáticos no tienen porqué tener repercusión. Sólo aquellos de gran crecimiento pueden implicar un tratamiento quirúrgico más precoz para prevenir complicaciones o daño al resto del ovario sano.Algunos de los quistes dan presión o dolor abdominal.
Fertilidad
Los quistes malignos sí que pueden repercutir de manera importante en la calidad de vida de la mujer, al tener que realizar tratamientos combinados de cirugía y oncología.
La aparición de quistes ováricos benignos no suele repercutir en la capacidad reproductiva, excepto algunos que pueden acompañarse de una inflamación pélvica como son los endometriomas. A pesar de ello, no siempre dan problemas reproductivos. Sin embargo, un quiste de gran tamaño, o una complicación como es la torsión del ovario asociada a un quiste,sí puede comprometer la capacidad reproductiva del ovario afectado. Si el ovario restante está sano es suficiente para mantener la fertilidad.
La prevención de los quistes no siempre es fácil y tampoco se ha demostrado el beneficio de un programa de cribado para su prevención o detección. Algunos quistes funcionales y otros que dependen de las hormonas pueden prevenirse bloqueando la funcionalidad natural de los ovarios tomando anticonceptivos hormonales. Otros, como los quistes dermoides, no son prevenibles. Pero en el caso de una predisposición familiar al cáncer del ovario, esta podría justificar el sacarlos llegados a una cierta edad para prevenir el cáncer.
Complicaciones
Uno de los riesgos son las complicaciones de los quistes, como su rotura o la torsión del ovario por culpa del quiste. En ocasiones, la inflamación que producen puede comprometer otras estructuras como las trompas de Falopio y consecuentemente la fertilidad. Un ejemplo sería casos de endometriosis severa. El peligro también radica en los quistes complejos o complicados. Estos tipos de quistes pueden asociarse con mayor riesgo de cáncer de ovario.
Una vez que se trata eliminando o sacando el quiste no se requerirán más pruebas por imágenes, si no se tienen síntomas.Aunque algunos tipos de quistes ováricos tienen más probabilidades de reaparecer que otros. Esto incluye endometriomas y quistes ováricos funcionales. Si una paciente es premenopáusica y le preocupa que el quiste recurra, puede tomar una píldora anticonceptiva u otra medicación hormonal para ayudar a prevenir el desarrollo de los quistes ováricos.
Como ya hemos señalado, los quistes ováricos no siempre requieren tratamiento. En mujeres premenopáusicas, los quistes ováricos a menudo se resuelven por sí solos en uno o dos meses, sin tratamiento. En el caso de pacientes posmenopáusicas, los quistes ováricos tienen menos probabilidades de resolverse.Si un quiste es grande, causa dolor o parece sospechoso de cáncer, el tratamiento generalmente implica cirugía para extirpar el quiste o todo el ovario.
Según el tipo de quiste, el ginecólogo recomendará el seguimiento concreto a realizar. Es frecuente realizar una monitorización seriada, aunque los intervalos de tiempo puedan espaciarse si se descarta la sospecha de malignidad.Si el quiste se extrae, las revisiones posteriores suelen ser las habituales, pudiendo ser a los 6 meses y hasta un control anual.
En cuanto a hábitos alimentarios y estilo de vida, no existe una evidencia científica para la prevención de la aparición de los quistes de ovario, pero una vida saludable basada en una buena alimentación, así como el ejercicio regular siempre contribuyen a un mejor estado de salud.
Fuente: mundodeportivo.com
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