Para crecer y desarrollarse el feto necesita energía, cuya única fuente es el adecuado aporte de calorías por parte de su madre. Conviene aceptar, entonces, que durante el embarazo el peso va aumentar. Sin embargo, es preciso que este incremento no exceda los valores considerados “normales”, para evitar que se transforme en grasa acumulada y sobrepeso. Y ahí es cuando surge la pregunta del millón: ¿cuántos kilos debería aumentar en el embarazo?
Por qué se sube de peso
El incremento del peso se debe a los productos de la gestación (feto, líquido amniótico y placenta) sumados al aumento de los tejidos de la madre: mayor volumen de sangre y edema, crecimiento del útero y de los pechos, y depósitos maternos de energía.
Cómo se distribuye el aumento de peso
-Bebé: 3 kilos
-Placenta: 700 gramos
-Útero: 1 kilo
-Líquido amniótico: 1 kilo
-Pechos: 800 gramos de más
-Sangre: 1,5 kilos debidos al incremento del volumen
-Reserva de grasa: 3,5 kilos
Los kilos del embarazo
No es fácil determinar cuál es el incremento “ideal”, ya que depende -en gran parte- de la contextura física y de las características de cada mujer. El peso al inicio del embarazo, así como los antecedentes de la mujer al respecto, suelen tener una gran influencia sobre el peso posterior. No obstante, en líneas generales, se estima que no debería superar los 12 a 14 kilos en todo el embarazo.
En qué momentos se va ganando el peso
Estos kilos no se ganan en forma pareja a lo largo de los nueve meses sino que se van sumando en forma progresiva. Es decir, hay momentos donde el aumento es considerable y otros en los que es casi nulo.
Al comienzo de la gestación el incremento suele ser muy leve: no más de 1 o 2 kilos, porque a pesar de que en el primer trimestre se produce la organogénesis (formación de los órganos del bebé), el feto es aún muy pequeño. Además, muchas mujeres este período padecen de vómitos y náuseas, por lo que hasta pueden llegar a perder algunos kilos.
Por el contrario, hay mamás que -a pesar de las molestias típicas- empiezan a comer más apenas se enteran de que están embarazadas, algunas en forma desmedida, y cualquier “antojo” es buena excusa para darse el gusto. Lo peor del caso es que, la mayoría de las veces, ingieren alimentos de escaso valor nutritivo pero de alto contenido calórico, lo que se traduce en kilos innecesarios.
Durante el segundo y tercer trimestre es cuando el incremento de peso es verdaderamente significativo. Hay que tener en cuenta que, en las primeras 20 semanas de gestación, el peso del bebé es de apenas 500 gramos, pero en las siguientes 20 semanas su peso se incrementa en 2,5 a 3 kilos.
Cómo aumenta el peso a lo largo de la gestación
-Hasta la semana 10: 65 gramos por semana
-Entre las semanas 10 y 20: 335 gramos por semana
-Desde la semana 20 a la 30: 450 gramos por semana
-A partir de la semana 30: 335 gramos por semana
Ni de más ni de menos
El control de peso en las consultas puede favorecer una adecuada conducta alimenticia. Muchas mujeres, conscientes de que van a subir de peso, no pueden evitar pensar que -redonda por redonda- mejor redonda sin hambre, que con hambre. Así comienza el círculo vicioso de alimentación inadecuada y sobrepeso. Y obviamente, cuantos más kilos haya aumentado durante la gestación, más costará quitárselos de encima luego del parto.
En el otro extremo, cuando el incremento de peso es escaso, el crecimiento fetal puede verse perjudicado, con el riesgo de dar a luz un bebé de bajo peso. Y no solo eso: un aporte calórico insuficiente podría afectar también el crecimiento y la función de la placenta.
Por eso, una futura mamá debe alimentarse bien, eligiendo los alimentos adecuados, en cantidades moderadas, y privilegiando la variedad y la calidad. De esta manera, no solo beneficiará su figura sino que además -y muy importante- evitará posibles e indeseables complicaciones.
No es fácil determinar cuál es el incremento de peso “ideal”, pero en líneas generales se estima que no debe superar los 12 a 14 kilos.
¿Cuántas calorías más?
La dieta de una persona adulta sana debe aportar aproximadamente 2.000 calorías diarias. Y si bien durante el embarazo es preciso reforzarlas, el aumento no tiene que exceder las 300 calorías extra por día. Pero además de la cantidad, a la hora de considerar las calorías debe tenerse en cuenta su calidad: no es lo mismo consumir 300 calorías de alfajores que no tienen valor nutricional alguno (calorías vacías), que incorporarlas por medio de frutas, verduras, o un vaso de leche descremada.
Si se quiere evitar el sobrepeso es mejor elegir alimentos descremados o reducidos en calorías, que provean los nutrientes indispensables sin atentar contra la balanza.
Prohibido hacer dieta
Si bien la recomendación es no aumentar de peso en forma desmedida, eso no implica que debas hacer régimen. El embarazo no es el mejor momento para ponerte a dieta. Hay que tener en cuenta que una alimentación muy restringida puede privar al bebé de los nutrientes -proteínas, hidratos de carbono y grasas- necesarios para su crecimiento y desarrollo.
Por otro lado, las mujeres que hacen régimen suelen reducir drásticamente el consumo de hidratos de carbono, y muchas veces ni siquiera realizan las cuatro comidas diarias. Ambas situaciones provocan una mayor producción de cuerpos cetónicos (sustancias tóxicas derivadas de la combustión de grasas), que -por su toxicidad- pueden afectar la salud del bebé, especialmente su desarrollo.
Asesoró: Dr. Mario Sebastiani, Médico obstetra
Fuente: Todos los derechos reservados a Ahora Mamá ® 2020
Add Comment