Empresas y emprendedores por igual saben que las tarjetas de presentación son indispensables para cualquier negocio. Pueden ser la llave para abrir muchas puertas a clientes, otros emprendedores, aceleradoras de startups y potenciales inversores.
En definitiva son herramientas económicas, directas y perdurables que no se deben desaprovechar. Pero los nuevos tiempos en los que el papel ha sido reemplazado en mayor medida por lo electrónico o virtual, la vieja y añorada tarjeta personal física, está dejando de existir.
Además, la sustentabilidad con foco en el cuidado del medio ambiente está impactando fuerte en muchos de nuestros hábitos de la vida cotidiana. Y la tarjetas no se quedan atrás, después de la eliminación de bolsas plásticas para compras en el súper, o el reemplazo de los tradicionales sorbetes y vasos plásticos por metal y vidrio.Con la sustentabilidad con foco en el cuidado del medio ambiente, el proyecto de no imprimir en papel o cartón cobra fuerza
Hasta aquí, lo que se vislumbra es una vuelta hacia lo tradicional, a lo más clásico. Opciones sustentables que ya existían y a las cuales se vuelve para colaborar con el cuidado del planeta. Pero, ¿qué sucede cuando se echa mano de lo nuevo, de los recursos que la tecnología nos proporciona para colaborar con esa tarea tan noble?
Actualmente, existen empresas y emprendedores cuyo foco está puesto en tomar de los recursos que la tecnología nos proporciona para colaborar con esa tarea medioambiental que cada vez más nos rodea y hasta forma parte de la educación inicial de las nuevas generaciones.
Así nació Linckard, una startup que elabora tarjetas digitales de presentación, que ofrece a las personas la posibilidad de remplazar el clásico cartoncito por una tarjeta animadas e interactiva, con alto impacto en internet y que contiene toda la información personal de manera digital para compartir a un contacto inmediato.La innovadora idea tuvo un empujón inicial de una aceleradora de starups
«En un mundo donde hacer networking y contactar con nuevos clientes o proveedores se hace a través de las redes sociales como Linkedin, nos resultaba inevitable no pensar en un nuevo tipo de tarjeta, adaptada a estos tiempos y con una fuerte impronta de sustentabilidad», explicó Andrés Puebla, CEO y fundador de Linckard.
Quien confió en el proyecto del titular de Linckard y su equipo fue Roni Grosfeld – fundador de inlat – startups go global!, una aceleradora boutique especializada en el crecimiento para startups early stage B2B de alto impacto.
«Desde inlat estamos siempre con el radar puesto en la innovación, está en nuestro ADN. Y así fue que un día me encontré con Andrés quien me confió su idea: ´Quiero cambiar para siempre la forma en que compartimos nuestros datos profesionales a través de medios digitales´, me dijo, e inmediatamente avanzamos para ayudar a que su emprendimiento se catapulte mejor al mercado», aseguró Puebla.
La idea de una aceleradora es la de ocuparse de la rápida expansión de un emprendimiento, ayudando en la optimización de los productos que tienen determinado potencial. Ellos aseguran que el desafío más grande de una empresa pequeña es tener una curva de crecimiento rápida.
«Linckcard es la primera tarjeta digital made in Argentina, la nueva forma de presentarse la cual reemplaza o complementa a la tarjeta personal tradicional», comentó Puebla.
Y agregó: «Además de reducir el impacto ambiental, potencia la viralidad de tu contacto, permite ahorrar gastos importantes de impresión, cuenta con un micro sitio a un costo bajísimo y adaptado a la era móvil y es SEO-ready, es decir que mejora tu posicionamiento en búsquedas de Google, Bing y Yahoo».
Ante este panorama, los actores afirman que lo interesante es resaltar que frente a una idea novedosa por parte de un emprendedor creativo, se produce un match cuando hay del otro lado una aceleradora de empresas, dispuesta a apostar por ese crecimiento, a ayudar en la ¨GloCalización¨ de la misma, como les gusta a ellos llamarle a ese proceso.
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