En 1956 Earl Nightingale, un escritor, orador y autor, llamado en los años 50 el «decano del desarrollo personal», se atrevió a dar la razón por la que sólo el 5% de la población era exitosa: el establecer metas.
En su libro The Strangest Secret, Nightingale aseguró que la principal diferencia que existe entre las personas exitosas y el resto es que los primeros definen su vida profesional, y también personal, en el establecimiento de metas. En un ejemplo muy claro, el autor habló de un barco en el que el capitán tiene perfectamente trazado el plan de viaje y sabe hacia dónde se dirige y esto lo compara contra un capitán sin plan de viaje: “Sólo zarpará el barco y sabrá dios a donde irá”.
Suena muy lógico, pero Nightingale cita que el 95% de la población no tiene metas en su vida y/o trabajo, ni a corto, ni a mediano y mucho menos a largo plazo. Inclusive en el libro lanza un reto; si te enfocas en una meta y descartas todas las distracciones y pensamientos negativos que te bombardearán, lo más seguro es que consigas tu meta o por lo menos tu mentalidad cambiará para siempre.
Siguiendo este pensamiento, expongo a continuación seis elementos para definir una meta y darle seguimiento hasta su irremediable cumplimiento.
1. Definición de la meta
Una meta puede ser de carácter personal, económica o laboral. Confieso que cuando empecé a tomar en cuenta metas en mi vida, la primera vez me costó mucho trabajo; quizás por miedo a no alcanzarla o por otras diferentes razones, pero una vez que estás seguro de lo que quieres, lo pones por escrito, lo decretas y te focalizas para que se cumpla. Uno de los errores más comunes en la definición de las metas, desde mi punto de vista, es el factor tiempo.
Muchos definen metas a muy largo plazo y al cabo de un tiempo se desaniman por no verlas cumplidas con cierta rapidez. Mi consejo aquí es tratar de poner metas a corto/mediano plazo, que vayan ligadas a una meta “macro” que sea a largo plazo. Siempre conseguir las metas a corto y mediano plazo nos animan a seguir con la dinámica y a estar positivos.
2. Focalización
Una vez que tengas definida tu meta, es esencial que estés concentrado y focalizado a cumplirla. Algunos autores sugieren que la escribas en algún lugar donde la puedas ver todos los días, en diferentes ocasiones. Puede ser una tarjeta en tu cartera o un recordatorio en tu calendario. El objetivo es que esa meta te sea recodada y que no la pierdas de vista hasta que se cumpla. Mientras más focalizado estés en tu meta, más probabilidades tendrás de cumplirla y se reducirá el tiempo en que la lograrás.
3. Congruencia
Es muy importante que, aunque estés focalizado, tus acciones diarias tengan congruencia con la meta. Por ejemplo, si tu meta es convertirte en un escritor, si no estás escribiendo con frecuencia, difícilmente se logrará tu meta. Asegúrate que estás en el camino correcto para alcanzarla y si no lo estás, siempre estás a tiempo para corregir el rumbo. Recordá que tu meta te da seguridad hacia dónde vas y para ello debes de realizar acciones que te den un rumbo hacia ésta.
4. Fe
La fe no sólo juega un papel en lo divino; también es muy importante en lo humano. Si no estás completamente seguro de que vas a lograr tu meta, lo más probable es que no la logres. Para tener fe, mi consejo es tratar de no preocuparse y eliminar todos los pensamientos negativos que nos atacan y nos dan mil razones por las que no alcanzaremos nuestra meta.
Necesitamos mantenernos positivos y pensar que no hay forma posible de no alcanzar nuestra meta. La focalización en la meta y los pensamientos positivos diarios hacia ésta son el arma perfecta para eliminar la negatividad.
5. Logro
Si nos mantenemos firmes, focalizados y positivos, inobjetablemente después de un cierto tiempo, alcanzaremos nuestra meta. Este punto es el de mayor satisfacción en el proceso. Eso que parecía inalcanzable ya es nuestro. Ahora es tiempo de empezar de nuevo.
6. Redefinición de la meta
Y ahora el ciclo vuelve a empezar. ¿Qué querés lograr ahora? ¿Cuál es tu nueva meta? Si lograste la anterior, es muy probable que ésta también la logres.
Una vez que se entra en esta dinámica cíclica, con la práctica será cada vez más fácil lograr las metas. Estoy seguro de que muchos de los grandes inventos y logros de la humanidad se obtuvieron con algunos (o varios) de los elementos aquí mencionados.
Y vos, ¿ya tenés tu próxima meta?
*Escrita por Giancarlo Milanesi, para www.weforum.org.es
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