Vida laboral

¿Cómo desarrollar soft skills en el ámbito laboral?

Las soft skills son un conjunto de habilidades personales con implicaciones prácticas en el rendimiento laboral. Además, con el paso del tiempo, cada vez son más valoradas, y por una buena razón: son una muestra del potencial de los trabajadores. incluso de aquellos a los que aún les hace falta formarse para adaptarse a un contexto laboral.

En este artículo veremos más acerca de qué son las soft skills y el modo en el que pueden ser desarrolladas.

¿Qué son las soft skills?

En un mundo en el que la capacidad para adaptarse a los cambios deviene cada vez más importante en el mundo laboral, los títulos y los diplomas pierden peso a la hora de indicar qué profesionales encajan bien con su trabajo y cuáles no.

Las aptitudes y capacidades personales ya no consisten principalmente en el hecho de memorizar información u entrenar determinadas acciones y protocolos, sino que gana relevancia la habilidad a la hora de gestionar problemas de tipo dinámico y que muchas veces involucran aspectos hasta cierto punto impredecibles. Se siguen requiriendo conocimientos técnicos, pero siendo conscientes de que estos se aplican a un contexto complejo y cambiante, en el que además hay que saber interactuar con los demás.

Es por ello que cada vez se valora más lo que se conoce como “soft skills”, habilidades que nos conectan a una gestión eficiente de los problemas reales que hay que afrontar en el día a día del trabajo, y que no se basan en memorizar informacíon.

Las soft skills son la muestra de que la capacidad de adaptarnos a determinada tarea va más allá de nuestra manera de delimitar teóricamente los conocimientos específicos que distinguen a ese trabajo de otros; tiene que ver con nuestra filosofía de trabajo, la actitud con la que afrontamos problemas y necesidades, y flexibilidad psicológica general, más allá del puesto laboral.

¿Cuáles son sus componentes?

A grandes rasgos, las aptitudes que componen las soft skills pueden ser agrupadas en las siguientes categorías generales, si bien estas se solapan entre ellas en varios puntos.

1. Habilidades sociales y liderazgo

Este grupo de soft skills resultan especialmente importantes en el contexto de las empresas, tanto para trabajar en equipo como para instruir, gestionar conflictos o inspirar.

2. Inteligencia Emocional

La Inteligencia Emocional consiste en las habilidades psicológicas que nos permiten regular nuestras emociones y reconocer tanto las nuestras como las de los demás. Resulta fundamental para adaptarse al trabajo y para evitar la mala gestión de los conflictos.

3. Habilidades resolutivas y de orientación a metas

Los conocimientos y habilidades técnicas no importan si la actitud con la que nos acercamos al trabajo nos lleva a intentar hacer ver que no vemos los problemas que surgen a nuestro paso y nos limitamos a “cumplir” nominalmente con nuestras responsabilidades, a pesar de saber que dejamos inatendidos varios frentes con los que no contábamos.

Las habilidades resolutivas y de orientación a metas incluyen la auto-motivación, la tendencia a no evitar el momento de afrontar problemas, y la gestión del tiempo, entre otras cosas.

4. Creatividad

La creatividad es muy valiosa cuando se trata de poner sobre la mesa soluciones ante necesidades que no habían sido previstas. Puede plasmarse prácticamente en cualquiera de las actividades que tienen lugar en una organización.

¿Cómo desarrollar soft skills?

Estas son algunas ideas clave para desarrollar soft skills.

1. Aprende de quienes ya tienen práctica

Como las soft skills se demuestran sobre el terreno, lo más recomendable para favorecer que estas crezcan en nosotros es rodearnos de personas que las apliquen en su trabajo y que tengan experiencia a la hora de afrontar retos variados en su contexto laboral.

2. Modifica el entorno para organizarte mejor

Apoyanos en elementos externos a nosotros es lo más recomendable para desarrollar organización, disciplina y buena gestión del tiempo, si es que flaqueamos en ese aspecto. Creando rutinas y horarios claros, empezaremos a transitar por esa senda de trabajo efectivo, y una vez nos acostumbremos a ella, cada vez dependeremos menos de esas ayudas en forma de agendas, calendarios, alarmas, etc.

3. Enriquece tu manera de expresarte

Muchos malentendidos evitables vienen de la falta de preparación a la hora de expresar ideas complejas. Si bien tener un buen vocabuilario ayuda, desde la perspectiva de las soft skills esto no es tan importante como acostumbrarse a dominar la escucha activa, a emplear los recursos del lenguaje no verbal, y a mantener flujos de comunicación constantes con quienes trabajan contigo.

4. Aprende detectar tus propios vicios

Por otro lado, para desarrollar soft skills es necesario conocer nuestro punto de partida, y eso pasa por reconocer la existencia de defectos en nosotros. Para ello, es importante acostumbrarse a analizar errores frecuentes en los que caemos, como por ejemplo llevar mal control de las horas de trabajo y mezclarlas con las de ocio, no comunicar errores, asumir que un choque de intereses equivale a un enfrentamiento y a un ambiente hostil, etc.

Algo que puede ser útil es llevar un diario e ir anotando estos pensamientos y lo que ocurre en los momentos en los que caemos en errores recurrentes.

5. Divide objetivos en sub-objetivos

Esta es una manera muy eficaz de potenciar nuestra capacidad de orientarnos a las metas a largo plazo, que son aquellas con mayor capacidad de aportarnos beneficios a meses y años vista, haciendo que aumenten las probabilidades de que nuestros proyectos sean viables. Tener mini-objetivos por delante que pueden ser alcanzados con facilidad nos motiva a seguir avanzando.

Fuente: www.psicologiaymente.com