Hay una serie de factores ambientales y de exposición a los que estamos sometidos a lo largo de nuestra vida que tienen un impacto en nuestra salud y determinan el 80% del envejecimiento de la piel. Repasamos cuáles son y te brindamos algunos consejos para lidiar con ellos.
Intentar frenar, retrasar o evitar las marcas de la edad lleva a que probemos muchas alternativas hasta dar con el remedio ideal. Pero la clave está en conocer los siete factores ambientales que inciden directamente, para saber cómo trabajar con ellos.
Se denomina «exposoma» a la totalidad de factores ambientales y de exposición a los que estamos sometidos a lo largo de nuestra vida. Son factores externos que tienen un impacto que actúa sobre nuestro genoma, que determinan el 80% del envejecimiento de la piel:
1-Radiaciones solares: radiación ultravioleta, luz visible e infrarroja.
2- Contaminación del aire.
3- Humo del tabaco.
4- Tipo de nutrición.
5- Nivel de estrés.
6- Falta de sueño.
7- Uso de productos cosméticos.
Por eso, mantener una alimentación equilibrada, hidratar nuestro cuerpo, ser constante con el deporte, evitar el alcohol, estar relajados y dormir bien nos ayudarán a cuidar la piel. Además, los productos cosméticos también forman parte del exposoma, y su formulación y uso marcarán sus beneficios en nuestra piel.
El uso de cosméticos adecuados va a ayudar como barrera frente a las agresiones externas, protegiéndonos por ejemplo de la exposición solar, la deshidratación o la contaminación. Para ello es fundamental tener en cuenta la correcta limpieza de la piel, así como la de los diferentes objetos que entran en contacto con ella, como las brochas de maquillaje.
Qué hacer
La limpieza facial: por la mañana y por la noche, es el pilar de toda rutina de belleza. Pero para aumentar sus beneficios, por la noche se recomienda la doble limpieza, que consiste en aplicar dos productos en lugar de uno: primero, un producto con textura de aceite o leche, que eliminan con mayor eficacia el maquillaje, y un segundo producto en espuma o gel, con el que barre con todo rastro de suciedad.
La hidratación: es fundamental para mantener la función de barrera que cumple la piel, que desempeña un papel protector ante el ambiente externo. Cuando la piel está seca esta función se desequilibra, causando efecto piel apagada y dando una textura áspera. Debemos utilizar cremas hidratantes e incluir antioxidantes, productos que contengan Vitamina C, Ácido Ferúlico. Vitamina E, Niacinamida o Resveratrol.
La radiación solar: es uno de los factores del exposoma más estudiados ya que es el responsable de hasta el 80% del envejecimiento cutáneo. Además, estamos expuestos a diario sin darnos cuenta, y debemos proteger nuestra piel de las radiaciones. La fotoprotección es fundamental para mantener la juventud de la piel y aquí la clave es usar buenos productos y no sólo en el verano, sino durante todo el año.
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