La moda sustentable es furor: todo lo que tenés que saber para armar un guardarropas circular.
En el mundo de la moda las tendencias cumplen un mismo ciclo: se instalan, son consumidas con voracidad y desaparecen rápido. Al menos, eso es lo que ocurre en la industria fast fashion. Sin embargo, el concepto de moda sostenible va en aumento y cada día más compañías eligen cambiar sus modelos de producción.
La industria textil se encuentra inmersa, desde hace tiempo, en una controversia. Frente a la crisis climática se comenzaron a cuestionar los modos de fabricación y consumo de indumentaria. Según un estudio realizado por la ONU durante el 2019, esta industria se ubica en el ranking de las más contaminantes del mundo.
De acuerdo a la investigación llevada a cabo por la organización, en aquel entonces cada año la industria de la moda hacía uso de 93.000 millones de metros cúbicos de agua y arrojaba al mar medio millón de toneladas de microfibra.
Como consecuencia a este contexto y a través de un cambio de paradigma en los métodos de producción y el modo de percibir a la indumentaria, se instaló como tendencia la moda sostenible, un concepto en el que se apuesta a una producción amable con el medio ambiente y a la reutilización de telas.
Todos los cambios culturales tienen su proceso. Pero cada vez mayor regularidad firmas nacionales e internacionales modifican sus estándares de diseño y producción por otros más ecológicos, que van por un camino distinto al que rige en el planeta de la moda rápida. Manos Andinas, una firma argentina que basa sus productos en telas autóctonas, es uno de los ejemplos de fabricación consciente.
“Trabajamos en pequeñas producciones por modelo. Los telares funcionan a menor velocidad que su capacidad industrial; esto nos permite poder trabajar con hilados preparados para el hacer manual. Obteniendo las ventajas de los dos modelos. Calidad industrial y calidez artesanal”, cuentan desde la firma, que nació en 2006 y lleva adelante la fabricación de sus productos en la provincia de Catamarca.
Las prendas de indumentaria y objetos de decoración que desarrolla la marca ubica a la fibra andina en el podio de la moda urbana a nivel internacional. Las fibras a través de las cuales llevan adelante su producción textil provienen de Los Andes argentinos: son de camélidos, particularmente de llama, y se caracterizan por ser telas ligeras y confortables.
Además, la fibra de llama es hipoalergénica y tiene la capacidad de regular la temperatura corporal. Este tipo de fibra requiere de un tratamiento especial para obtener suavidad al tacto, por lo tanto se lleva adelante un proceso de descerdado que consiste en eliminar las fibras más gruesas para mejorar el índice de confort final que otorgará la tela. Para llevar adelante este procedimiento, en Manos Andinas utilizan maquinaria especializada y tecnología de punta.
“El trabajo se realiza en conjunto con los habitantes de los pueblos que, hasta el momento, estuvieron fuera de los beneficios económicos del mercado de la moda. Respetamos el derecho de tener un trabajo digno y consideramos que dar valor en origen es fundamental para mantener intacta la esencia de los saberes ancestrales que originaron las técnicas que nos enaltecen hoy en día”, aseguran en Manos Andinas.
Las claves en el modelo de producción sustentable
No hay un solo modo de hacer sostenible un proceso de fabricación. Cada marca se va adaptando y modificando diversos hábitos con el fin de ofrecer un producto más amable con el planeta. Manos Andinas preserva su relación con la naturaleza a partir de la valorización de las fibras naturales, el recupero de desperdicio industrial para su reutilización y el trabajo destinado hacia las cooperativas que lo confeccionan.
Vía: parati.com
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