La diseñadora inglesa, pionera de la moda eco-responsable, pide a la sociedad que se involucre y se una para reinventar los procesos creativos.
Stella McCartney fue la primera en combinar la belleza con lo orgánico, lo verde con el glamour, lo sostenible con lo deseable. La diseñadora inglesa, hija de dos monstruos sagrados –Paul, claro, y Linda McCartney–, se ha convertido ella misma en un icono, en una abanderada de la moda eco-responsable, en una creadora adelantada a su tiempo, protectora de la naturaleza y de los animales, valores que no ha dejado de defender y proclamar desde la fundación de su marca en 2001.
Madre de cuatro hijos, casada con el también diseñador Alasdhair Willis, esta mujer de 49 años, tan elegante como comprometida, no esperó a la crisis global del coronavirus para alertar al sector de la moda y animarlo a apagar el incendio que él mismo había creado. Ahora sigue insistiendo en que aún es posible cambiar las reglas y contaminar menos.
Mujerhoy. ¿Qué reflexiones le ha provocado esta crisis de salud sin precedentes que estamos viviendo?
Stella McCartney. Nos ha permitido parar y meditar sobre nuestra forma de trabajar. Sin embargo, me preocupa que esto no necesariamente haga que disminuyamos nuestra velocidad, una vez que las cosas vuelvan a la normalidad (los humanos son criaturas de hábitos). Pero espero que este episodio permita a las personas cambiar el estado de ánimo.
¿Cómo ha vivido los confinamientos?
Estuve confinada con mi esposo y nuestros cuatro hijos, afortunadamente en el campo y no en la ciudad. Pero las primeras semanas fueron realmente difíciles porque, en nuestra industria, nuestro espíritu creativo se nutre del trabajo en equipo y generalmente estoy rodeada en todo momento. La paradoja es que me sentí aún más conectada con mis colegas de todo el mundo, lo que realmente aprecio y quiero que continúe. Al comienzo del encierro, lanzamos Stellavision, una plataforma que nos permitió unirnos y compartir nuestra inspiración creativa. No poder seguir adelante con lo que habíamos planeado nos ha obligado a salir de los caminos trillados.
Fue una de las pioneras del desarrollo sostenible en la moda y siempre pide al sector que despierte. ¿Cree que esta crisis acelerará esta conciencia en la industria?
Este sector es una de las industrias más contaminantes del planeta y, por primera vez en la historia, realmente podemos medir el daño causado por la actividad humana: hemos visto, en este corto tiempo, cómo la naturaleza se recuperaba rápidamente. Así que sí, realmente espero que esto sea un punto de inflexión. Es el momento. Nuestro hogar está en llamas y debemos actuar. Sé que no va a suceder de la noche a la mañana, pero, tal vez, la gente se ponga a pensar realmente en su nivel de consumo y ahora compre menos, pero mejor. Porque el problema de los residuos es incontrolable: en la fast fashion, un camión de ropa es incinerado o enterrado cada segundo. Eso equivale a 100.000 millones de dólares en desperdicios innecesarios, cuando podrían reutilizarse e incluso convertirse en una atractiva oportunidad comercial.
Su madre, Linda McCartney, también fue una pionera del movimiento ecologista. ¿Se lo transmitió a usted?
¡Mi madre era una activista y se adelantó muchísimo a su tiempo! Ella era increíblemente moderna. También usaba la ropa para expresar quién era, y por eso creo que yo acabé dedicándome a la moda. Siempre he querido crear piezas que te hagan sentir mejor, que te permitan decir quién eres a través de lo que vistes. Mamá es un buen ejemplo. No dejó de ser quien era realmente por estar casada con un miembro de los Beatles. Tenía un lado rebelde y confiado, y era la mujer más cool del mundo. No se maquillaba, se cortaba el pelo y no se afeitaba las axilas. Podía llevar tanto prendas de Biba como de Yves Saint Laurent o ropa vieja. Ella mezcló todo de una manera femenina y ecléctica. En todos mis moodboards hay muchas fotos de ella…
A su padre, Paul McCartney, ¿también le afectan todas estas cuestiones ecológicas?
Sí, hablamos de eso todo el tiempo. Sabes, todo comenzó con mis padres, con su ética. Aprendí mucho de ellos mientras crecía. Eran vegetarianos y grandes defensores de los derechos globales y ambientales. Es algo que tengo fijado en mí.
¿Desde qué estado de ánimo ha afrontado sus próximas colecciones?
Trabajo de una manera muy diferente a la de muchos de mis colegas en esta industria. Ya había comenzado con mi temporada de primavera antes del inicio de la crisis. Y le decía a mi equipo: “No quiero comprar ninguna tela este año, solo trabajar con lo que tenemos en el almacén. ¿Podemos cortar las piezas existentes? ¿Crear piezas únicas?”. Ya estaba tratando de pensar de una manera diferente, porque lo que realmente quiero es reducir nuestra huella de carbono.
Desde julio de 2019, es la asesora especial de Bernard Arnault sobre desarrollo sostenible. ¿Cuál es su función exacta dentro de LVMH?
Mi objetivo es ayudar a Bernard Arnault siendo su asesora personal, así que eso es lo que voy a hacer: ser su asesora. Y sé que él está realmente preparado para esa conversación. Lo que hagamos juntos puede cambiar las reglas del juego.
Fuente: mujerhoy
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