Arte Belleza

El fotógrafo Alexander Yakovlev inmortaliza la belleza y la fuerza de los cuerpos en movimiento

Podemos quedarnos totalmante prendados por alguien en el momento en el que vemos como mueve sus manos u observamos como camina; la belleza atrayente del movimiento es algo milagroso.

La fuerza que transmiten algunos cuerpos en funcionamiento, hace que muten las anatomías ante nuestros ojos cuando muestran los músculos en tensión o las extremidades alargándose en poses involuntarias y danzas voluntarias que se convierten en la obsesión de Alexander Yakovlev.

Alexander Yakovlev es un fotógrafo ruso afincado en Moscú que inmortaliza la magia intangible del movimiento y le da un plus de dramatismo tratanto sus imágenes con la gama de grises que ofrecen el blanco y el negro.

Con una técnica alucinante, representa el dinamismo y el encanto del cuerpo humano con extrema precisión y materializa las trayectorias que dibujan los brazos y las piernas añadiendo elementos como harina.

Una «buena fotografía» es una definición muy ambigua. Para la mayoría de las personas, una «buena foto» es solo una opinión. Creo que una buena toma debe mostrar una emoción sincera, la esencia de la imagen de una persona, así como el mensaje del artista.

Alexander logra expresar simultáneamente la energía del movimiento y fijar el instante de un gesto, pero no es solo eso, tiene un gran ojo para los bailarines y la composición escénica, para atraparlos en el instante más expresivo y dinámico. 

La fotografía de Yakovlev nos da la oportunidad de apreciar el arte que crea el cuerpo humano en movimiento y la belleza natural del cuerpo en sí. 

Antes de convertirse en el fotógrafo que es, Alexander se licenció en Derecho tras ser rechazado por la Universidad de Bellas Artes y descubrió el mundo que hoy le apasiona trabajando como asistente de otros fotográfos de los que aprendió todas las técnicas que hoy emplea en sus capturas.

Yakovlev admite que fotografíar a bailarines es la manera de expresar su naturaleza y eso es algo verdaderamente único.

Amo a la gente y las historias reales. Mi tarea es traducir los conocimientos y las emociones que recibo en la vida real al lenguaje de la estética y la fotografía. No me permito dar consejos a principiantes, pero en mi opinión, cualquier trabajo requiere coraje.

Las imágenes de Alexander Yakovlev son una bocanada de aire que, paradójicamente, nos cortan la respiración.

Fuente: culturainquieta