El sol es fundamental para la vida y proporciona beneficios reales. Sin embargo, debes hacer un uso escaso de la radiación ya que la radiación UV tiene efectos dañinos en la salud de la piel: para controlarlos y disfrutar mejor de los beneficios del sol, es particularmente crucial el uso de una protección solar con un alto índice de factor.
Síntomas
La cantidad justa de sol
El sol es fundamental para la vida. En pequeñas dosis, tienen un efecto beneficioso en:
- Estado de ánimo: El sol puede ser un remedio excelente para algunas formas de depresión estacional.
- Síntesis de vitamina D, que es indispensable para fijar el calcio en nuestros huesos. Para disfrutar de estos beneficios, son suficientes 15 minutos de exposición solar al día.
En dosis más altas, sin embargo, el sol puede ser muy peligroso y puede provocar a corto plazo:
- Quemaduras solares, también llamadas eritemas
- Fotodermatitis, como la erupción solar benigna (el 10% de la población adulta está afectada) y el acné, así como tipos más extraños de fotodermatitis como lupus y urticaria provocada por la luz
- Enfermedades pigmentarias como manchas, melasma (paño del embarazo) o vitiligo
- Fotoinmunosupresión (herpes labialis)
- Fotosensibilidad
También aparecen efectos dañinos a largo plazo:
- Aceleración en el envejecimiento de la piel, indicado por la aparición de manchas, un cutis amarillento, arrugas profundas y pérdida de densidad y elasticidad en la piel
- Fotocarcinogénesis (cáncer de piel)
Orígenes
UV: culpables
Los efectos dañinos del sol en la piel son provocados primeramente por la radiación UV: la radiación UVB (B de «bronceado») estimula el bronceado en particular, pero también es la causa principal de las quemaduras solares. La radiación UVA (A de «alergias solares» o «arrugas»), es más peligrosa porque no causa dolor y penetra más profundamente en la piel. Acelera el envejecimiento de la piel y puede provocar la intolerancia al sol, conocida normalmente como alergia solar y enfermedades pigmentarias (melasma, manchas). La radiación UVB y UVA pueden causar también alteraciones en el corazón de nuestras células y provocar daños en su ADN. Si este daño invisible se repite, pueden, a largo plazo, provocar el desarrollo de cánceres de piel.
Tratamientos
Protección por encima de todo
Hay reglas que hay que seguir bajo el sol:
- Busca la sombra y evita la exposición al sol durante las horas de más intensidad
- Aplica la cantidad suficiente de protección solar justo antes de la exposición. Repite la aplicación generosamente y con frecuencia, sobre todo después del baño, de haber transpirado o de secarte con la toalla.
- No expongas a los bebés ni a los niños al sol directamente
- Protégete a ti mismo y a los niños con un sombrero, gafas de sol y una camiseta
- Elige un nivel de protección adecuado para tu tipo de piel.
También es bueno saber: algunos alimentos ayudan a mejorar nuestra resistencia al sol. Ciertas moléculas naturales como los carotenos, la vitamina C que se encuentra en frutas y vegetales y la vitamina E contribuyen a suplir la protección solar cuando nos exponemos al sol.
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