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Igualdad de género. Las enseñanzas de un CEO para combatir la discriminación

Mi nueva startup se llama Benjamin. No, no se trata de un nuevo producto de consumo o empresa de inteligencia artificial con un nombre familiar. Benjamin es mi hijo. Y solo cinco meses después, es el producto más sorprendente que he ayudado a lanzar. También es el que menos imaginé que fuera posible. Llegué a la mayoría de edad cuando el matrimonio gay era ilegal y la crianza de los hijos por parte de una pareja del mismo sexo era mal vista en la mayor parte del mundo.

Todavía tenemos un largo camino por recorrer en estos temas. Después de que una experiencia laboral temprana terminó con mi despido porque era homosexual, decidí comenzar mi propio negocio basado en los valores que me importan. En 2012, fundé Credly, una compañía tecnológica que ayuda a las organizaciones a tomar decisiones de capital humano basadas en habilidades y destrezas, en lugar de prejuicios y suposiciones erróneas.

Cuando mi marido, Andy, y yo decidimos ser padres, había muchos ojos en nosotros, pero ningún manual a seguir. Preguntas como «Con dos padres, ¿cuál de ustedes se quedará en casa después de que nazca el bebé?» (que para algunos se tradujo como «¿Cuál de ustedes es la madre?») nos hizo darnos cuenta de que cualquier plan que hiciéramos para el permiso parental ayudaría a educar y convertirse en un modelo para los demás. Vimos la oportunidad de ayudar a superar una conversación dominada por el arcaico libro de jugadas de licencia por maternidad, que ha perpetuado los prejuicios contra las mujeres en el lugar de trabajo.

Si bien el número de grandes empresas que ofrecen licencia de paternidad pagas está creciendo, solo el 9% de las firmas de Estados Unidos lo ofrecen a todos sus empleados. Aunque los nuevos padres elegibles para la licencia de paternidad paga utilizan cada vez más el beneficio, el 76% regresa al trabajo en menos de una semana y el 96% en menos de dos semanas. La mayoría toma menos tiempo de lo que permite su beneficio. Incluso como CEO, me preocupaba si mi decisión de tomar un permiso parental afectaría negativamente la percepción que alguien tiene de mí o su confianza en mi capacidad para seguir liderando.

Desde mi posición privilegiada, la experiencia me hizo ver lo difícil que es para millones de mujeres navegar esta decisión.

Las empresas deben fomentar culturas donde el permiso parental remunerado sea una expectativa para cada nuevo padre, independientemente del género. Con un número más igual de mujeres y hombres que tomen el beneficio, con el tiempo esto reducirá el miedo y el sesgo, ya que todos se beneficiarán y sentirán el impacto de manera más uniforme.

Los padres gays, especialmente los que ocupan puestos de dirección, deben liderar el camino y abogar por la licencia de paternidad remunerada. Obviamente, esto es más fácil decirlo que hacerlo. Cuando comencé mi carrera, había muy pocos líderes de negocios homosexuales que no escondieran su condición.

Si bien eso ha cambiado en algunas industrias, todavía hay muchas personas homosexuales que experimentan injusticias en el lugar de trabajo. Y lo admitan o no, los hombres heterosexuales también están influenciados por lo que los hombres homosexuales están haciendo. Cuando los hombres se sienten más seguros tomando el permiso parental, se reducirá el estigma relativo que las mujeres experimentan en el trabajo y esto conducirá a una mayor paridad de género en las oportunidades profesionales.

Fuente: www.lanacion.com.ar