Se ha encontrado un vínculo entre la deficiencia de vitamina D y la gravedad detectada en algunos enfermos por el coronavirus.
e acaba de publicar en el Journal of Alimentary Pharmacology and Therapeutics un estudio que sí demuestra la relación entre las patologías más graves del COVID-19 y la falta o carencia de vitamina D. Esta investigación, procedente de la facultad de medicina del Trinity College de Dublín, Irlanda, ha relacionado la alta prevalencia de la deficiencia de la vitamina D en los países del hemisferio norte con los mayores cuadros inflamatorios que ha producido en esos pacientes la enfermedad desarrollada por el contagio con el coronavirus.
El estudio subraya la alta mortalidad surgida en los países que están por encima de una latitud de 35 grados norte, entre los que se encuentra España, en comparación con una incidencia menor de la enfermedad, con patologías menos severas, en los países que están por debajo de ese meridiano.
El estudio, dirigido por el Dr. Eamon Laird y la Profesora Rose Anne Kenny, se ha basado en que los países del hemisferio norte reciben luz solar insuficiente para que sus habitantes obtengan los niveles adecuados de vitamina D en invierno y primavera.
La falta de luz solar en el hemisferio norte está relacionada con la carencia de vitamina D
Los casos más significativos en los que han centrado el estudio están referidos a la población de Australia y Nueva Zelanda, ambos situados en el hemisferio sur, donde la mortalidad provocada por el coronavirus es relativamente baja y afirman que eso no solo puede estar relacionado con la propagación de SARS-CoV-2.
SUECIA, NORUEGA Y FINLANDIA: LA EXCEPCIÓN
Curiosamente las tasas de mortalidad por COVID-19 han sido más bajas en los países nórdicos, y los autores del estudio hacen referencia a que en estos países, dado su bajo nivel de insolación anual, es de uso generalizado el consumo de suplementos de vitamina D durante todo el año.
La vitamina D interviene en la regulación y supresión de la respuesta inflamatoria de las citoquinas, que provocan graves consecuencias en el COVID-19 y se relacionan con el síndrome de dificultad respiratoria aguda.
En algunos países nórdicos se ha generalizado el uso de suplementos de vitamina D
Solo una línea de investigación
El estudio concluye con que, frente a estas evidencias relativas a unos territorios determinados en una situación geográfica muy concreta, se necesita ampliar el ámbito de esta investigación con casos más específicos y estadísticas sobre la analítica a personas que han desarrollado cuadros de diferente gravedad. Por el momento aconsejan a los gobiernos que, mientras se investiga más a fondo sobre esta vinculación de la vitamina D y la enfermedad del COVID-19, se intente asesorar a la población sobre la necesidad de que consuman algún tipo de suplemento de esta vitamina en los supuestos que pueda haber deficiencia en la dieta o falta de radiación solar suficiente para que se produzca su correcta metabolización.
El sol es la clave para la metabolizacion de la vitamina D
Fuente: www.sportlife.es
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