En promedio, las mujeres menstruamos más de 2.500 días en el curso de toda nuestra vida. Es decir, pasamos el equivalente a casi siete años usando tampones, toallitas o copa menstruales. A pesar de que estos productos son esenciales para asegurar la higiene menstrual, sus costos presentan una barrera para muchas mujeres, en particular aquellas de sectores económicos más vulnerables.
En los últimos años, en el marco de un creciente movimiento por los derechos de las mujeres, empezaron a surgir campañas alrededor del mundo demandando la exención de impuestos a productos de cuidado menstrual. Argentina no es la excepción. En el último año se presentaron más de 11 proyectos de ley sobre el tema a nivel nacional, provincial y municipal. ¿Qué proponen éstas iniciativas y por qué son importantes en la lucha por la igualdad de género?
¿Cuánto cuesta menstruar?
Según datos compilados en 2017 por Economía Femini(s)ta, en Argentina las mujeres (y las personas transgénero y de género fluido) gastan un promedio de $1.628 al año en productos de cuidado menstrual como toallitas y tampones. Esto significa un gasto de hasta $65.000 en el período promedio de 40 años que menstrua una mujer.
“Estas barreras económicas hacen de un hecho biológico, un obstáculo para el ejercicio de los derechos en igualdad de condiciones”, dice Norma Durango, senadora nacional (PJ- La Pampa).
Estos costos que tienen que afrontar las mujeres mes a mes se suman a una significativa brecha salarial entre los hombres y las mujeres. Según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), las mujeres en el país cobran un 30% menos que los hombres por los mismos trabajos realizados. Esto significa que por cada peso que gana un hombre en el país, una mujer gana 70 centavos. A esto se le suma una mayor tasa de desocupación y pobreza entre las mujeres.
“La imposibilidad de gestionar de manera adecuada la menstruación es un factor de desigualdad más que se suma a la brecha salarial entre varones y mujeres, a la redistribución asimétrica del trabajo doméstico, entre otras inequidades de género que vivenciamos las mujeres en los distintos ámbitos”, dice Durango.
Las iniciativas para hacer los productos menstruales más accesibles
El 8 de marzo de 2017, en el marco del Paro Internacional de Mujeres, Economía Femini(s)ta lanzó la campaña #Menstruacción, a través de la cual juntó productos de gestión menstrual y los acercó a quienes no podían comprarlos.
“La falta de acceso a los productos de gestión menstrual aumenta las probabilidades de deserción escolar y ausentismo, infecciones y precarización económica”, explican desde la organización.
En el último año, la campaña estableció numerosos puntos de recolección de donación de productos menstruales en la Ciudad de Buenos Aires, el Gran Buenos Aires, Rosario, Salta y Santa Fé.
Otras de las demandas de la campaña incluyen la eliminación del IVA de los productos de gestión menstrual y la provisión gratuita de estos productos en distintas instituciones como escuelas, cárceles y hogares para personas en situación de calle.
“Los productos de cuidado menstrual deberían ser considerados de primera necesidad, ya que afectan el acceso a los derechos básicos de las personas que menstrúan”, dice Agostina Mileo, parte del equipo de Economía Femini(s)ta. “Cobrar impuestos sobre estos productos no se condice con la naturaleza de su uso obligatorio.”
Según registros de la AFIP, entre los productos exentos de IVA en el país se encuentran los jugos puros de fruta, los anillos de alianza matrimonial y las champañas destinadas a destilación.
Los proyectos de ley en Argentina
En el último año han surgido más de 11 proyectos de ley de alcance nacional y local que buscan eliminar el IVA a los productos menstruales y garantizar su provisión gratuita para mujeres en situaciones vulnerables. Estos proyectos fueron presentados a nivel nacional, en la Provincia de Buenos Aires, la Ciudad de Buenos Aires, Rosario, Viedma y Ushuaia.
“El proyecto de ley que presentamos crea el Programa Nacional de Promoción de la Salud Menstrual, con la finalidad de crear medidas que permitan a las personas gestionar su menstruación de una manera saludable”, explica Durango, una de las senadoras que presentó un proyecto a nivel nacional. “A su vez, para quienes no cuenten con los recursos económicos suficientes, se prevé la entrega gratuita de los elementos para la gestión menstrual”.
El proyecto presentado por Durango ingresó al Senado de la Nación el pasado 7 de junio y fue girado a las comisiones de Salud, de Educación y Cultura y de Presupuesto y Hacienda. Hasta el día de hoy no tuvo tratamiento en la comisión cabecera. Desde el Ministerio de Salud y Desarrollo Social explican que no existe actualmente un área trabajando sobre el tema, y que la ley debería primero aprobarse para luego identificar cuál sería el ministerio a cargo de implementar las reformas sugeridas.
En Rosario, un proyecto similar presentado con la firma de todos los bloques políticos que conforman el Consejo Municipal corrió la misma suerte.
“Fuimos la primer ciudad en el interior del país que presentó un proyecto sobre el tema. Pero lamentablemente no hemos conseguido que el gobierno de la ciudad lo sancione”, dice Norma López, concejala del municipio. “Si la legislación pasa, va a ser de un impacto muy importante en cuanto a la salud y la economía de las mujeres. Vamos a poder posibilitar el acceso a una buena mejor de vida”.
Qué soluciones encontraron otros países
Alrededor del mundo, 10 países implementaron leyes para disminuir o completamente eliminar los impuestos sobre productos de gestión menstrual, entre ellos Canadá, Kenya, Francia, Estados Unidos (9 estados del país), e India. En América Latina, el único país que eliminó los impuestos sobre toallitas y tampones fue Colombia, en noviembre de este año.
Asimismo, en 2017 Escocia se convirtió en el primer país en el mundo en entregar productos de higiene femenina gratuitamente a personas de bajos recursos. Según la organización Fare Share, que impulsó la iniciativa, dos tercios de las personas que se benefician de este programa habían tenido dificultades en acceder a productos menstruales en el pasado.
En algunos países en los cuales no ha habido avance legislativo en el tema, el sector privado ha jugado un importante rol en hacer más accesibles los productos menstruales. En Inglaterra, por ejemplo, Tesco, la cadena de supermercado más grande del país se comprometió a absorber el costo de los impuestos sobre estos productos y bajar el precio de más de 100 productos de higiene femenina. Desde el lanzamiento de la campaña de Tesco en 2017, varias cadenas de supermercado inglesas se sumaron a la iniciativa.
Fuente: redaccion.com.ar
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