Crianza y maternidad Educación

5 tips para que los niños nos hagan caso cuando les pedimos algo

Le dices a tu hijo que levante los juguetes, pero no te hace caso; se lo vuelves a repetir, pero recibes la misma contestación nula; repites la orden mil y una veces, y nada. Tener que repetir las cosas para que los niños no nos hagan caso resulta desesperante para todos los padres. Pero, ¿y si resulta que no se lo estamos pidiendo bien o, al menos, que hay fórmulas o formulaciones de frases que resultan más efectivas?

La estrategia cuando los padres les pedimos algo a los niños

Hay una palabra que me gusta mucho utilizar cuando explico a los padres aspectos relacionados con la educación de los niños, se trata de la palabra estrategia. Los padres y madres que toman en serio la educación de sus hijos se convierten en verdaderos estrategas, conscientes de ello, tienen muy claro lo que quieren conseguir y trazan el mejor plan para llegar a la meta.

Esto implica saber en qué momento del desarrollo se encuentra su hijo para potenciar las habilidades y competencias propias de esa etapa, así como tener claro los valores y actitudes que quieren inculcarle, para ir transmitiéndolos con coherencia a través del ejemplo, y también con límites establecidos con buen criterio y comunicación de calidad.

En el ámbito de la comunicación la estrategia resulta clave: tener bien claro lo que quiero comunicar, el objetivo que quiero conseguir, y buscar la mejor forma de hacerlo, esto es, seleccionar bien el contenido y darle la mejor forma. Y esto también lo debemos aplicar a la forma en la que educamos a nuestros hijos.

Por ejemplo, cuando queremos conseguir que un niño recoja sus juguetes, que ordene su cuarto, que colabore en alguna tarea, que vaya incorporando alguna responsabilidad… o cualquier otro comportamiento que consideremos importante que aprenda a realizar e incorpore en su catálogo de conductas, es importante que pensemos bien cómo plantear la petición y/o las instrucciones para que lo lleve a cabo. Evidentemente dependerá de la edad del menor, tanto las conductas que queramos potenciar como la forma de hacerlo.

Estas cinco fórmulas o formulaciones para construir las frases con las que nos dirigimos a los niños pueden ser de gran utilidad. Las podemos usar para plantear nuestras peticiones cuando queremos que nuestros hijos o hijas nos hagan caso.

1. ¿Qué te parece si…?

Formular la petición en forma de pregunta hace que el otro (el niño) se sienta partícipe de la decisión de hacerlo, se siente tenido en cuenta y eso siempre funciona. Formular una petición en estos términos conlleva estar dispuestos en un momento dado a negociar, por ejemplo, el momento de realización de esa conducta. Por tanto, tendremos que usarla estratégicamente cuando nuestra petición a los niños tenga esos márgenes de negociación.

2. Me encantaría que…

Con este tipo de formulaciones para que los niños nos hagan caso hablamos en primera persona y desde nuestra emoción. Esto es garantía de éxito porque los pequeños empatizan con esa emoción y aceptan la petición. Obviamente es necesario que el niño tenga una edad igual o mayor de 7 años; es difícil que funcione antes.

3. Hacemos…

Utilizar el plural en una petición a nuestros hijos siempre es buena estrategia. El ‘nosotros’ genera espíritu de equipo y de colaboración. Es más fácil hacer algo juntos que solos, es más agradable y se llega más lejos.

4. Te ayudo a…

Esta formulación pone el acento en el niño: lo haces tú y yo te ayudo, pero la responsabilidad es tuya.

5. Sería buena idea…

Enfatiza un bien para todos en abstracto, no se hace la petición desde la autoridad, ni desde lo personal, sino desde la idea del bien compartido.

El principio de autoridad al dar órdenes a los niños

En general, cuando queremos que los niños nos hagan caso a alguna de nuestras peticiones suele ser infalible utilizar el plural para enfatizar que aquello que queremos conseguir es una meta compartida, que es bueno para todos.

También formular la petición como pregunta ayuda al otro a aceptar la propuesta. Son formas en definitiva, de plantear las tareas que nos ayudarán a tener éxito, a conseguir que el niño finalmente haga lo que nosotros queremos porque lo consideramos importante en su educación.

Dicho esto es importante señalar que además de estas estrategias que tienen en cuenta hacer partícipe al niño, trabajar en equipo, estar dispuestos a negociar y todo lo hasta aquí expuesto, los niños también necesita enfrentar e interiorizar lo que se llama principio de autoridad.

Esto supone recibir una orden directa y clara de ‘la autoridad’, que en el ámbito doméstico son los padres (o educadores principales). Serían formulaciones como: ‘levanta…’, ‘haz…’, ‘cuida…’, ‘pon….’, etc. Se trata básicamente de usar imperativos. Nuestra primera opción serán las formulaciones anteriormente expuestas porque transmiten un modelo parental muy deseable, el llamado democrático autorizativo, pero no está de más conjugarlo (de vez en cuando, también con estrategia) con peticiones basadas en el necesario principio de autoridad.