No se dejen engañar por el título, no es solo una película para niños
Una a relación parental,que combina fantasía, drama y los miedos que no afronta y debe enfrentar Connor, cuya madre está muriendo a consecuencia de un cáncer.
El monstruo del título toma la forma de un árbol, cercano a su casa, que lo visitará siempre a la misma hora, le contará tres historias y esperará que el niño le relate la cuarta. En ella se debería develar la verdad que oculta Connor (Lewis MacDougall): qué es lo que permanece escondido en su peor pesadilla.
Un festín para psicoanalistas, pero también para cinéfilos que busquen un plato fuerte a la vez que emotivo y conmovedor.
Los personajes que rodean a Connor (su madre, Felicity Jones; su abuela, Sigourney Weaver; su padre, separado de su mamá) son como satélites a los que se conecta cuando entiende que por sí solo no puede más. No les contará del visitante y transitará sus pesadillas en soledad
La imaginación es la fuente de inspiración, pero también de salvación, sin llegar a evadirse de la realidad. Connor dibuja, lo hace muy bien, y el director utiliza el arte como vía de escape, dando pistas, dejando señales pero sin volverse explicativo. Nunca da una información de más, No subestima la inteligencia –ni la imaginación- del espectador.
Es un filme que trata sobre el dolor, el duelo, el paso de la niñez a la adolescencia… A algunos les podrá parecer muy fuerte e innecesaria cierta muestra del estado de la madre.
Como que nada en la vida viene fácil, que lo más dulce puede teñirse de amargura, y que todo en la vida se desarrolla y transforma con reglas que dependen de cada uno.
Liam Neeson le pone la voz al monstruo/árbol, y voz de la conciencia o no, es la guía que Connor necesita en un momento difícil de su corta existencia. Tal vez no sea un filme enteramente para chicos, pero sí para el niño que no nos abandona nunca.
Opinar