Es uno de los objetivos más perseguidos (casi por la totalidad de las dietas milagrosas). Con estos pequeños trucos vas a conseguir grandes resultados con pequeños cambios y sin afectar a tu salud.
Terminá de entrenar y esperá
Una estrategia que ayuda a movilizar las grasas, y resulta muy efectiva, es la de prolongar el tiempo que dejamos pasar desde que termina el entrenamiento hasta que ingerimos alimentos. Debemos dejar pasar al menos una hora. El período posterior al entrenamiento se caracteriza por un elevado consumo calórico sin actividad física, que es directamente proporcional a la intensidad del entrenamiento previo. Los ejercicios de fuerza multiarticulares o un HIIT, consiguen elevar el coste metabólico incluso durante varias horas tras la finalización del ejercicio, es un período donde no solo están bajas las reservas de glucógeno, sino que además existe un entorno metabólico y hormonal que favorece la quema de grasas. Aprovecha este entorno fisiológico favorable permitiendo que el organismo utilice los ácidos grasos como vía energética.
Para permitir que el organismo consuma grasas de reserva, no comas o ingieras bebidas azucaradas apenas termines (a no ser que tengas un mareo por hipoglucemia), y, si podés, intentá respetar los 60 minutos antes de ingerir nutrientes. No se te va a hacer difícil ya que inmediatamente después de una sesión de entrenamiento no se tiene sensación de hambre, eso sí, no te olvides de hidratarte bebiendo abundante agua.
Empezá con las frutas y verduras
Ya sabemos que debemos darle prioridad a las frutas y verduras, sin embargo, suelen ser las grandes olvidadas y comenzamos a comer con otros alimentos más sabrosos y calóricos.
Para obligarte a comer verduras o frutas tratá de que todas tus comidas comiencen con algún vegetal: fruta en el desayuno y ensaladas o platos de verdura en la comida y la cena. Al hacer esto, descenderá la sensación de hambre tras haber tomado la parte más saludable del menú, y comeremos menos con menos gula y saciedad.
Bajá el índice glucémico
Para evitar acumular grasa por el excedente de glucosa en sangre que se puede generar cuando consumimos alimentos de alto índice glucémico tenemos la solución de añadirle otros alimentos que consigan bajar este índice y provocar así una baja mas controlada de la glucosa en el torrente sanguíneo. En vez de ingerir el alimento solo, combinalo de forma inteligente:
- Añadí carne a tus platos de pasta y un poco de aceite de oliva.
- Cualquier aporte de fibra también desciende el índice glucémico.
- Comé frutas o yogures con frutos secos.
Sólo del plato
Parece una cuestión algo absurda, pero comer sobre un plato resulta más saludable que con la mesa llena de alimentos.
La comida expuesta sobre un plato, visualmente aporta una imagen clara de la cantidad de comida que vas a ingerir, sobre todo aspectos importantes como el pan. Comer con la barra de pan sobre la mesa o el queso entero, suele ser una tentación y es fácil que ingieras poco a poco grandes cantidades sin percibir realmente todo lo que llevas ingerido
- Podés calcular con mayor facilidad las cantidades y proporciones de los diferentes nutrientes, como por ejemplo la relación entre proteínas y carbohidratos.
- También te ayudará a beber el líquido necesario, no más.
- Resultará más práctico, ya que solo sacas lo realmente necesario sin ensuciar más platos.
- Es preferible un plato chico, ya que la visión de ver el recipiente lleno conseguirá ya el primer estímulo visual.
Perdé peso masticando
La sensación de saciedad es una respuesta del cerebro y cuando ingerimos alimentos, el mensaje puede llegar a tardar en llegar al cerebro hasta 20 minutos. Si comemos de forma rápida, nos habremos comido todo antes de que el mensaje llegue y nos avise de que ya es suficiente.
La única forma de conseguir una respuesta ajustada y que evite que sigamos comiendo de forma compulsiva es comer despacio y una forma de lograrlo eficaz, sencilla y beneficiosa es masticar bien los alimentos antes de tragarlos. Las recomendaciones dependerán de la textura y composición de los alimentos, pero a modo orientativo se recomienda más de 20 masticaciones por bocado, siendo lo ideal para elaborar un buen bolo alimenticio y percibir todo su sabor unas 40 masticaciones.
Probá contando cuantas veces masticás en tu próxima comida y vas a hacer consciencia de lo rápido que comes. Además de no disfrutar de la comida, podés estar engordando por comer de forma compulsiva.
Palta en la mesa
La palta es una fruta de alto contenido en grasa, pero grasa saludable y altamente beneficiosa ya que es monoinsaturada y mayormente perteneciente a las del grupo omega 9. Muy interesante para deportistas por su elevado contenido en vitamina E, poder antioxidante y sobre todo antiinflamatorio, además es muy rica en potasio, lo que ayuda a recuperarse del entrenamiento.
También produce saciedad y regula el tránsito intestinal. Es un alimento que debe estar presente en todo entrenamiento orientado a la pérdida de peso ya que es una grasa que ayuda a quemar grasa.
Fuente: Sport Life
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