Seguramente cada vez, con más frecuencia, escuchas hablar de la leche de almendras, y no sería raro que tengas miles de dudas, como porqué elegirla y cómo hacerla en casa.
La leche de almendras tiene la misma consistencia que la leche de vaca, pero no tiene gluten, ni lactosa ni colesterol, y es rica en vitaminas, minerales, antioxidantes y minerales esenciales como el potasio y el calcio.
Las propiedades de la leche de almendras
- Una de las características principales de la leche de almendras es que no posee gluten, lactosa, ni colesterol. Sin embargo, tiene la misma consistencia que la leche de vaca, por lo que se puede utilizar de la misma forma.
- Junto a esto, tiene un alto contenido de vitamina E, un antioxidante natural que ayuda a prevenir el cáncer y a retrasar los procesos de envejecimiento. También, provee de vitaminas D y A, proteínas, omega 6, zinc, calcio, hierro, magnesio y potasio.
- Comparte algunas propiedades con la leche de soja, pero tiene un contenido calórico aún más bajo. En comparación: una taza de leche de vaca entera tiene 140 calorías, una de leche de arroz 120 calorías, la leche de soja 80 calorías y la leche de almendras 40 calorías. Si no se le agrega azúcar a la leche de almendras, el contenido calórico es de 30 por taza.
- Tiene un alto nivel de fibra natural soluble e insoluble. De esta manera, protege la pared del intestino favoreciendo al colon, ayuda a regular la absorción de los azúcares y controla los niveles de colesterol.
7 formas en las que mejora la salud:
- Ayuda a las personas con niveles altos de colesterol y triglicéridos. Mejora los niveles del colesterol bueno (HDL) y reduce los de colesterol malo (LDL). Reduce los niveles de colesterol el doble que el consumo de aceite de oliva. Además, fortalece el corazón.
- Favorece la absorción de azúcares y grasas de los intestinos.
- Es fácil de digerir y es recomendable para todos los intolerables a la lactosa debido a que ayuda a hacer la digestión lo menos pesada posible.
- Es recomendable para tratar las diarreas y los vómitos. La leche de almendras, al tener un alto nivel de potasio, ayuda a recuperar el mineral perdido por enfermedades.
- La fibra de la leche de almendras protege la pared de los intestinos.
- En numerosos casos, las personas que padecen de gastritis o problemas gastrointestinales cambian su dieta y agregan leche de almendras porque regula las funciones gástricas.
- La vitamina B2 presente en la leche de almendras ayuda a que las uñas y el pelo se fortalezcan y que la piel tenga una mejor hidratación.
Cómo prepararla en casa
Necesitas una taza de almendras crudas, tres tazas de agua, sal y azúcar.
Pasos a seguir:
- Poner la taza de almendras crudas en remojo toda la noche o, como mínimo, ocho horas.
- Luego, escurrir las almendras y limpiarlas con agua fresca.
- Colocar las almendras y las tres tazas de agua en la licuadora.
- Licuar todo por unos 10 minutos. Es importante que se alterne la velocidad de la licuadora en el proceso. Por ejemplo: 3 minutos en la velocidad más suave, 3 minutos con la velocidad más alta y así sucesivamente.
- Finalmente, cuando la mezcla se convierta en un líquido blanco podes colocar azúcar o miel para endulzar y una pizca de sal.
- Luego, colar el contenido de la licuadora con una manta de cielo para asegurarte de obtener la leche sin ningún residuo.
Y listo, ¡ya está la leche de almendras! La clave para una buena leche de almendras es su color blanco y su textura, muy similar a la de la leche de vaca. Se le puede agregar al cereal y el café, tomar sola o, incluso, puedes utilizarla como ingrediente para algunas recetas muy nutritivas y deliciosas.
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