En España se recogieron el año pasado 33.335 gatos, según el estudio sobre abandono y adopción que la Fundación Affinity elabora anualmente en base a datos proporcionados por refugios, albergues y protectoras de todo el país.
Diez de ellos han sido bastante afortunados. Pueden decir que tienen un hogar (temporal) en Polineko, el nuevo café de gatos de Madrid que, desde su ubicación en La Latina, se ha propuesto el objetivo de encontrar un hogar definitivo a tantos como puedan.
“El tema de los neko café ya empezamos a valorarlo hace 10 años porque nuestro padre es chino y siempre nos ha interesado mucho la cultura asiática. Quisimos darle una vuelta y mezclarlo con la protección animal: los gatitos en vez de ser residentes aquí, como ocurre en los locales de Japón, que sean de tránsito, hasta que encuentren un hogar”, explica Melisa Cheung, una de los tres socios de Polineko.
Vela, Tayr; Koleos, Kangoo y Kadjar (más conocidos como los hermanos Renault porque nacieron en un motor); Fidelio, etc. Ojalá que en tu visita no puedas conocer a ninguno de ellos. No es que te deseemos ningún mal, es que eso significará que alguien les habrá dado ya una casa. A juzgar por los datos, hay muchas probabilidades de que así sea: 14 adopciones en dos meses, desde septiembre.
«Los gatos son muy especiales, cada uno tiene una personalidad muy suya. Tienen fama de que no son cariñosos, de que son traicioneros, de que son ariscos.»
“No son así. Los gatos son seres vivos que necesitan amor, atención y les encanta. A algunos más, a otros menos, pero como las personas”, matiza con conocimiento de causa Melisa, ATV (Asistente Técnico Veterinario) con más de 20 años de experiencia en el ámbito de la etología.
Además de romper mitos sobre el mal carácter de los felinos, Polineko también quiere concienciar sobre la importancia de la adopción, desterrar la opción de la compra de nuestras cabezas y acercar la labor de los refugios, ubicados a las afueras de Madrid, al centro de la ciudad.
“Los gatos no los elegimos nosotros, los albergues nos traen los que ellos consideran que necesitan estar aquí”, aclara Melisa.
“Lo único que pedimos es que a nivel veterinario vengan con todas sus pruebas, con sus vacunas, los que tienen más de cinco meses esterilizados; y que sean gatos que vayan a estar a gusto aquí: que sean sociables con personas y con gatos. Y nada más porque guapos son todos”. Razón no le falta.
Las asociaciones protectoras locales colaboran con la iniciativa
Ellas son las encargadas de gestionar las adopciones, no Polineko. “Si alguien me dice que quiere adoptar a un gato concreto, yo, en función de cómo vea que el gato interactúa con esa persona, llamo al albergue y le comento mi opinión. Pero es el albergue el que queda con esa persona, le hace la entrevista y le explica las normas”.
Si te gustan los gatos, ya lo sabrás: son ellos los que te eligen a ti.
Lugares como Polineko son útiles para contribuir al éxito de una adopción. “El motivo de abrir este café de gatos es que se adopte por feeling, no porque te haya gustado uno en una foto. Luego es uno de los motivos de las devoluciones”.
Puedes ir tantas veces como quieras. En este neko café se paga por el tiempo que pases allí, no por consumición. “La entrada son cuatro euros por media hora y se invita a la consumición que quieran; o seis euros por una hora. Si hay más consumiciones se abonan aparte”.
Y sí, quedarse embobado durante horas viendo cómo juegan los gatos es posible, pero no sólo de eso vive el ser humano.
Por eso, en Polineko comienzan a poner en marcha actividades: intercambio de idiomas o conciertos de guitarra de músicos locales los fines de semana. “A los gatos les encanta porque es todo música muy melódica, muy suavecita y se quedan hipnotizados”.
Así que ve, ve tantas veces como necesites, hasta que él o ella te encuentre y hasta que seas consciente, bien consciente, del paso que te dispones a dar.
“Hay que pensárselo bien porque estás llevando un miembro a la familia que va a estar 15 o 20 años contigo. No se puede plantear el lo cojo ahora y mañana lo dejo”.
Y siempre, siempre, recuerda que tú eres un invitado en su casa, así que cumple las normas: no alces la voz, no corras, no hagas movimientos bruscos con ellos, dales amor pero no les fuerces y, por supuesto, nada de molestarles cuando estén comiendo o durmiendo. Imagina que te lo hicieran a ti.
Fuente: www.traveler.es
casi 35000 de gatos solamente en las ciudades, que se pasa allá?