Todos los años las autoridades reportan miles de estas estafas relacionadas con la compra de vuelos, alojamientos y paquetes vacacionales, por lo que conviene mantener la calma y ser más cuidadosos a la hora de soltar un clic.
Esto no significa que todos los buenos precios de internet sean trampa, pero si seguimos una serie de pasos antes contratar un ofertón podremos detectar si hay gato encerrado o, por lo menos, estar más protegidos si nos engañan. Porque si caemos en algún fraude de este tipo, no todo está perdido: si hemos sido previsores podremos reaccionar a tiempo y disfrutar de nuestro merecido verano.
Fraudes comunes y cómo evitarlos
Descuentos del 50% o incluso del 70% o paquetes vacacionales a precios irrisorios (y en plena temporada alta) llaman la atención de cualquier internauta. Así que lo primero que debes hacer cuando creas que algo es demasiado bueno para ser verdad es desconfiar.
Los ciberdelincuentes arman trampas bastante creíbles, de apartamentos que realmente existen pero cuyas fotos han robado de otras páginas de alquiler. Es decir, que podemos encontrar el mismo piso anunciado en Airbnb y Mil Anuncios, solo que uno de ellos puede estar usurpando la identidad del inquilino real para pedirte dinero a cambio de nada.

Por eso, una de las escenas más habituales de estos timos es la de las víctimas llegando a este supuesto apartamento reservado que está ocupado por otros inquilinos y, cuando se le pregunta al dueño, éste se encoge de hombros y revela que no ha puesto ninguna oferta en dicha página
Se trata de un método de engaño sofisticado, puesto que el cliente se siente seguro al haber encontrado la oferta en una página web con protocolo https y al comprobar que el apartamento es real, vía Google Maps.
Pero ni mucho menos se trata de un fraude infalible, puesto que podemos descubrir la trampa por otros caminos, sospechemos o no. A día de hoy conviene ponerse la gorra de detective y hacer una pequeña búsqueda antes de reservar un alojamiento. Lo primero es comprobar un poco la oferta de la zona y, si vemos que el precio es sospechosamente atractivo, tocará investigar bien si todo está en orden.

El problema es que, muchas veces, el estafador envía un correo electrónico o un enlace que, a priori, parece de la plataforma real o de otro sitio de confianza. Estos mensajes tienen como objetivo engañar a la víctima mediante la petición de información confidencial, como contraseñas u otras direcciones de correo.
Así, no debemos sospechar solo de inquilinos que nos piden dinero por adelantado a determinada cuenta, sino también de correos sospechosos, puesto que de esta forma nos pueden introducir un malware que acceda al equipo para hacerse con información confidencial.
Cómo evitar estar indefenso ante una estafa
Una vez nos hayamos decidido por un determinado alojamiento o contrato vacacional, debemos hacer las cosas de forma correcta para luego tener las herramientas de defensa adecuadas ante una estafa.
También podemos comprobar si efectivamente la vivienda está registrada como alquiler turístico en la comunidad autónoma a la que viajemos.

A veces, los fraudes se producen por no haber leído bien la letra pequeña, es decir, las condiciones de la página o la empresa. Así, puede ocurrir que a pocos días del viaje veamos que el precio de nuestra reserva ha subido.
Esto es una pequeña trampa que puede ser denunciada, puesto que los precios establecidos por contratos no podrán ser revisados, salvo que lo diga de manera explícita en las condiciones.
Además, solo es justificable cuando varían el precio de las tasas e impuestos de algún servicio que hayamos contratado. Por supuesto, esta revisión de precios debe realizarse con antelación y, si se produce en los 20 días previos a la fecha del viaje, la situación puede denunciarse.

En definitiva, nos conviene disponer de todo tipo de información que apoye nuestra denuncia, desde justificantes bancarios a correos electrónicos, ya sea haciendo pantallazos o imprimiendo en papel. De esta manera, si nos engañan, podremos interponer una denuncia documentada ante la Policía Nacional.
Porque siempre es mejor prevenir que curar, pero si alguien nos intenta amargar las vacaciones, que al menos tengamos todas las de la ley para salvar nuestros preciados días de descanso.
Fuente: Traveler
Opinar