[mks_dropcap style=»square» size=»52″ bg_color=»#dd3333″ txt_color=»#ffffff»]C[/mks_dropcap]ada vez que asistimos a una reunión o evento, tenemos una sola oportunidad que dura unos pocos segundos para causar esa primera buena impresión. Esto es fundamental para crear nuevas relaciones en nuestra vida personal y profesional; y en los negocios adquiere un protagonismo vital.
Tengamos muy presente que no tenemos control sobre nuestra marca personal, ya que no somos lo que decimos que somos, sino lo que los demás dicen de nosotros. Esa es nuestra marca personal. Puedes ser el mejor del mundo haciendo tu trabajo, pero si no logras llegar al público que te puede contratar, realmente no te sirve de nada.
Gestionar nuestra marca personal depende de cuidar cada detalle, desde tener en cuenta el vestir, respetando el código de vestimenta de acuerdo a la ocasión, horario y público que asiste a dicho evento, hasta los colores elegidos, la manera de conducirme, pararme, lo que digo, como lo digo, mi aseo personal, el perfume que llevo puesto, los accesorios, etc.
Especialmente tengamos en cuenta que estamos todo el tiempo comunicando personalmente y por las redes sociales qué muestra nuestra imagen online.
Cuidado con lo que mostramos y decimos. Todo el tiempo debes preguntarte si lo que publicaras es coherente con lo que quieres comunicar como profesional, emprendedora o empresaria.
Todo lo mencionado anteriormente es parte de los eslabones que lleva construir una marca personal de alto impacto. Esta construcción es un proceso que se da gradualmente con el compromiso y la acción de la persona interesada en obtener éxito. Y luego, de este proceso, la nueva marca debe ser mantenida en el tiempo, por ello es tan importante la coherencia que comunicamos entre lo que somos y lo que mostramos.
Si dicha coherencia no es real, tarde o temprano el «disfraz» caerá, ocasionando que también caiga nuestra buena reputación.
Es necesario cuidar la notoriedad y diferenciación que nos otorga una buena reputación en nuestra vida personal y profesional, ya que esto es lo que realmente vende. No se compra el producto o servicio, sino que compramos la confianza depositada en el profesional, emprendedor o empresario que comercializa los mismos. Y entonces, no sólo basta con saber que somos confiables, sino que los demás también lo crean y validen.
Por eso, pregúntate ¿cómo estas gestionando tu marca personal?
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