Cuando vamos a hacer la compra, podemos encontrar los condimentos en distintos pasillos: los hay que están reposando en las estanterías de las salsas, mientras otros se mantienen refrigerados en la heladera. Sin embargo, una vez en casa, algunos de ellos no se guardan de la misma forma en la que los hemos encontrado al comprarlos. Sobre todo, una vez abiertos.
Para que nos quede claro cuál es el lugar adecuado donde debemos almacenar cada uno, hemos contado con la colaboración de Patricia López Legarrea, dietista-nutricionista e integrante de la Federación Española de Alimentos y Bebidas.
[mks_icon icon=»fa-heart» color=»#dd3333″ type=»fa»]Las salsas con huevo y lácteos siempre en frío: «Como regla general los condimentos que contienen frutos, vegetales y alimentos sensibles como leche, huevos y sus derivados, necesitan frío». Es el caso de la mayonesa: «Siempre debe guardarse en refrigeración», afirma la experta. Aunque cuando la compremos no esté en una nevera. Si la encontramos sin refrigerar es porque viene envasada al vacío y no hay riesgo de contaminación. En caso de ser casera, hay que consumirla en las siguientes 24 horas.
Lo mismo ocurre con otras salsas como el alioli, la salsa para la ensalada César o la salsa de yogur, que también contienen huevos y lácteos. Además, la experta recomienda «usar siempre cubiertos limpios para sacarlas de los tarros. De lo contrario, se pueden contaminar».
[mks_icon icon=»fa-heart» color=»#dd3333″ type=»fa»] El kétchup y la salsa barbacoa, también a la heladera. Pese a que muchos restaurantes ya se han pasado a los sobres individuales, aún quedan bares o comedores de hotel que dejan el kétchup al aire libre. En casa, en cambio, lo habitual es dejarlo en la nevera, en ocasiones durante un tiempo indefinidamente largo. Ni lo uno ni lo otro. «Se recomienda guardar en el refrigerador hasta un máximo de dos meses. Al ser salado, muchos piensan que no es necesario meterlo en la nevera, pero la cantidad de sal se ha reducido mucho en las recetas. Por precaución, mejor refrigerado», dice la experta.
Hay que seguir la misma norma con salsas parecidas al kétchup, como la barbacoa: una vez abierta, a la nevera. «Tiene una composición similar a la salsa de tomate. Por tanto, para conservar mejor su calidad debe estar en la nevera y no más de un mes y medio», continúa.
[mks_icon icon=»fa-heart» color=»#dd3333″ type=»fa»]Si se derrite la manteca, no te agobies: no te agobies si durante el desayuno la manteca se queda algún rato sobre la mesa: aunque pueda ablandarse e incluso llegar a derretirse, no le pasará nada durante un tiempo. «Puede pasar hasta una hora sin refrigerar sin que suponga un problema para la salud», indica la experta. La misma regla puede aplicarse sobre la manteca clarificada.
[mks_icon icon=»fa-heart» color=»#dd3333″ type=»fa»]Evita que le dé la luz directa a la botella de aceite de oliva: ocurre algo similar al caso de la caducidad del vinagre: «No existe una regulación sobre el tiempo máximo para su consumo», explicó Enrique Martínez Force, investigador y vicedirector del Instituto de la Grasa del CSIC. Para conservarlo en buen estado y que no se oxide ni se dañe habrá que comprobar que cerramos bien el tapón, no exponerlo a temperaturas elevadas y evitar que le dé la luz directamente. También podemos congelarlo si queremos conservarlo mas tiempo, para descongelarlo hay que tener paciencia y no usar calor.
[mks_icon icon=»fa-heart» color=»#dd3333″ type=»fa»]No todas las mostazas duran lo mismo: lo correcto es guardarla en la heladera, indica la dietista-nutricionista. El tiempo que nos dure dependerá del producto. En el caso de las que vienen en frasco, lo habitual es que, una vez abiertas, se conserven en buen estado durante unos tres meses. Sin embargo, las que vienen en botella de plástico, similar a la del kétchup, habrá que consumirlas en el siguiente mes a haberlas abierto.
[mks_icon icon=»fa-heart» color=»#dd3333″ type=»fa»] La miel cambia su textura en la heladera: resiste sin problemas en la despensa, siempre que se conserve en un lugar seco y relativamente fresco. «Si los refrigeramos, se alterará sobre todo su textura», indica la experta. Aun así, si le gusta comer miel fría sepa que, aunque tenga una consistencia distinta, puede guardarla en la heladera porque «seguirá sin haber riesgos para la salud por su consumo en dicho estado».
[mks_icon icon=»fa-heart» color=»#dd3333″ type=»fa»] No te dejes la salsa de soja sobre la mesa como en los restaurantes: aunque contiene bastante sal, que es un conservante natural, no te la juegues. De hecho, incluso los fabricantes recomiendan conservarlos en frío una vez abiertos. «Sobre todo si en la cocina hay una temperatura superior a 25ºC», dice la dietista-nutricionista
[mks_icon icon=»fa-heart» color=»#dd3333″ type=»fa»]El vinagre no caduca «Su elevado contenido en azúcar dificulta la aparición de patógenos. Por lo tanto, puede conservarse a temperatura ambiente». La legislación vigente (RD 1334/1999) señala que no hace falta indicar la fecha de caducidad al vinagre, ya que al ser un producto ácido se preserva a sí mismo. Aunque si notas cambios en su densidad, color o sabor, lo mejor es que no lo consumas.
[mks_icon icon=»fa-heart» color=»#dd3333″ type=»fa»]No le pasará nada a la mermelada por quedarse fuera de la nevera: con tanto condimento, su refrigerador ya empieza a parecer el camarote de los Hermanos Marx. Paradójicamente, todo un clásico de uno de los estantes de la puerta de la nevera, como lo es la mermelada, se puede conservar a la intemperie casi sin problemas: «Con la cantidad de azúcar que tiene es difícil que aparezcan patógenos incluso a temperatura ambiente», indica la experta. Aunque, una vez más, tenga en cuenta la temperatura de su cocina: si supera los 25ºC, mejor en la heladera.
Fuente: www.elpais.com
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