Es evidente que nuestras vidas han mejorado gracias a las nuevas tecnologías. Ahora todo es más fácil, rápido e incluso divertido.
El problema se presenta cuando perdemos el equilibrio entre lo virtual y lo real. Según Enrique Echeburúa y Paz Corral (Adicción a las nuevas tecnologías y a las redes sociales en jóvenes: un nuevo reto; Adicciones, vol. 22, núm. 2, 2010, España) existe un alto porcentaje de adolescentes y adultos que, sienten un excesivo placer, ante el uso de nuevas tecnologías y redes sociales.
[mks_pullquote align=»left» width=»300″ size=»24″ bg_color=»#dd3333″ txt_color=»#ffffff»]Existe un alto porcentaje de adolescentes y adultos que, sienten un excesivo placer, ante el uso de nuevas tecnologías y redes sociales[/mks_pullquote]El hecho de enfrentarse ante una realidad diferente a la que viven y tener en su poder la posibilidad de crearse una identidad nueva, hace que los índices de adrenalina se disparen frente al ordenador o teléfono móvil, aunque también puede suceder que simplemente se utilice para abstraerse de la cotidianidad o como forma de continuar conectado con los amigos y reafirmar su identidad ante el grupo, en el caso de los adolescentes principalmente. En el momento en que su uso interfiera en la vida normal de manera clara, debemos comenzar a preocuparnos. Pero… ¿Cómo podemos identificar una adicción en este campo? ¿Cómo distinguir un problema de una simple distracción? Los cambios en el comportamiento que deben preocuparle son los siguientes:
- Pérdida de control y dependencia excesiva, dedica unos tiempos de conexión anormalmente altos, pierden la noción del tiempo
- Aislamiento, irritabilidad
- Bajo rendimiento en el trabajo o en la escuela
- Desinterés por otros temas
- Trastornos de la conducta, sedentarismo e incluso obesidad.
- Sentir una euforia y activación excesivas ante el ordenador o teléfono móvil.
- Perder horas de sueño
Las personas con dependencia a las TIC (Tecnologías, información, comunicación) buscan un alivio inmediato ante el malestar emocional que están viviendo (aburrimiento, soledad, ira, problemas en la familia o en el trabajo). Es justo ese placer el que les convierte en adictos a las redes sociales, con las TIC consiguen evadirse, entonces los problemas desaparecen y la angustia con ellos. Esta agradable sensación hará que cada vez el abuso sea mayor, y cuanto más grande sea más aumentará el aislamiento de la persona, la ansiedad, baja autoestima y pérdida de su capacidad de control.
Consejos para reducir la adicción a las redes sociales
En el caso de los adolescentes es más fácil crear una estrategia de prevención ante el peligro de que se convierta en adicto, el adulto deberá fomentar la relación con otras personas, potenciar otro tipo de aficiones (lectura, deporte, cine…), limitar el tiempo y uso de aparatos, ubicación de computadoras en lugares comunes (evitando el encierro del joven), estimular el diálogo en la propia familia… Crear una estrategia previa en el caso de los adultos es bastante complicado, solo funciona si es autoimpuesta, y esto solo sucederá si el afectado comprende que puede ser víctima de un serio problema.
Cuando ustedes tengan una sospecha muy clara de estar sufriendo esta nueva adicción lo más recomendable es acudir al especialista y recibir la terapia psicológica adecuada. La meta de la abstinencia no es planteable (aunque si será necesario acudir a ella en las primeras semanas de tratamiento hasta estabilizar al paciente) en un problema como este, habrá que centrarse en el control de la conducta y será necesario el aprendizaje de respuestas de afrontamiento ante situaciones de riesgo. Será necesario aprender a tener una conducta controlada ante los estímulos de riesgo.
Para ello el paciente en un principio podrá conectarse a la red bajo la supervisión de otro, y después a solas, controlando gradualmente su tiempo de conexión y llevar a cabo una serie de actividades como el de controlar las veces que entra a ver un correo o a una red social, evitar quitarse un minuto de sueño por estar on line…
Con este tipo de actividades lo que se intenta es que el paciente adquiera una mayor confianza en sí mismo, ahora se verá dueño de su tiempo y pensamientos, el control de su vida le vuelve a pertenecer. Al suceder esto el peligro de recaer será menos, y como en todas las adicciones, cuanto mayor tiempo pase más posibilidades de éxito hay en superar el problema. Un adicto a las TIC, como cualquier otro adicto, deberá evitar de por vida las situaciones de riesgo, identificarlas y afrontarlas racionalmente, como ya hemos comentado antes, el objetivo de la terapia en estos casos, siempre será el reaprendizaje de la conducta de una forma controlada.
Las nuevas tecnologías y redes sociales son algo verdaderamente maravilloso, no hay nada más bello que poder comunicarse con otro ser humano a miles de kilómetros de distancia y de una cultura diferente. El problema es que una excesiva búsqueda de la comodidad nos invade. Todo se vende congelado, precocinado, precalentado…usar y tirar, nos hemos convertido en personas demasiado cómodas, y claro, cualquier mínimo esfuerzo, nos produce casi una profunda depresión. El uso excesivo de las redes sociales nos puede conducir hacia un analfabetismo racional, además de facilitar la construcción de relaciones sociales no reales.
Si sigue albergando dudas sobre su relación con las TIC, hágase las siguientes preguntas:
- ¿Cuándo se levanta por las mañanas lo primero que hace es consultar su teléfono móvil?
- Comenta constantemente sus cambios de ánimo en la red?
- ¿Necesita hacer fotos de cualquier evento social al que acude y publicarlo casi inmediatamente?
- ¿Uno de los requisitos indispensables a la hora de reservar un hotel durante sus vacaciones es que tenga Wifi?
- Si usa usted el metro ¿Se convierte en una tragedia el hecho de que no haya conexión y el trayecto se convierte en un viaje insufrible?
- ¿Siente un nerviosismo y enfado creciente cuando, por cualquier motivo ajeno a usted, no puede conectarse a la red?
- En el caso de tener facebook y twitter… ¿Se siente muy desanimado si no recibe “likes” o “Retweets”?
- ¿Alguna vez ha preferido su vida virtual a su vida real?
- Si ha contestado afirmativa a la mayoría de las preguntas, es posible que usted esté sufriendo una adicción a las redes.
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