Según la nueva normativa ISO, los ingredientes naturales son ingredientes cosméticos obtenidos de plantas, algas, hongos, animales, microorganismos o minerales, incluidos los obtenidos por procesos físicos como el molido, el secado o la destilación, la fermentación natural u otros procedimientos de preparación (tradicionales inclusive) como la extracción con uso de solventes sin modificación química intencionada. Los ingredientes obtenidos de combustibles fósiles quedan excluidos.
El objetivo de la norma ISO-16128 es unificar criterios, terminología y clasificación de estos productos, ya que hasta ahora han sido entidades privadas (Ecocert, Soil Association, Cosmos…) las que han definido qué es un cosmético natural y qué no lo es, basándose en sus propias normas, lo que ha dado lugar a multitud de certificaciones y mucha confusión entre los consumidores. En las estanterías podíamos encontrar productos con la etiqueta de cosmética natural de lo más variado, ya que se podía certificar como natural tuviera un 1% o 100% de ingredientes naturales.
A pesar de todo, los sellos que otorgan estas entidades privadas se han convertido en un aval de seguridad para muchos y, de hecho, son más exigentes y restrictivos que la propia ISO-16128.
Eva Raya, co-creadora de Alice in Beautyland y cosmetóloga, explica que la norma era algo necesario pero que aún queda mucho por hacer: “establece que en ciertas partes del mundo se pueden considerar naturales ingredientes derivados de plantas que han sido modificadas genéticamente. Es algo que creemos no es acorde con la filosofía natural y/o ecológica y esperamos que se revise”, recalca.
En todo caso, lo mejor seguirá siendo mirar bien la lista de ingredientes del producto y evitar cualquier producto que incluya el sufijo -paraben (parabenos), los aceites minerales, los conocidos sodium laurel sulfate (SLS) y sodium lauren sulfate (SLES), los términos anilin y anilid que son colorantes sintéticos y el término paraffinum que representa las siliconas.
Natural, ecológico, vegano, ¿Es lo mismo?
No todos los cosméticos naturales son ecológicos. Para que un producto sea ecológico ha de haber sido elaborado a partir de cultivos ecológicos, preservando los recursos naturales, sin utilizar ningún tipo de químico y garantizando todo bienestar animal.
Por otro lado, la cosmética vegana es aquella que no utiliza ingredientes de origen animal, derivados o elaborados a partir de estos (lo que incluye la leche, jalea real, polen y perlas).
Salud
La mayoría de la gente que opta por adquirir cosmética natural en vez de la tradicional es por salud. Cada vez más estudios aseguran que el nivel de penetración de los productos que aplicamos en la piel es alto. No hay más que leer las etiquetas de los productos tradicionales: sulfatos, parabenos, siliconas… que muchos expertos relacionan ya con el desarrollo de reacciones alérgicas, dermatitis e incluso enfermedades como el cáncer. “La efectividad de los ingredientes naturales es muy alta, al contrario de lo que suele pensarse. Nuestro cuerpo reconoce y metaboliza mejor muchos compuestos naturales ya que disponen de cofactores que ayudan a su síntesis, a diferencia de los fabricados artificialmente de forma aislada”, recalca Eva Raya
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