Viajes y turismo

Guía «rapidita» de ciudad de México, 24 horas en el DF

Te darás cuenta, al verla desde la ventanilla del avión, de que las estadísticas no engañan: con 2.000 kilómetros cuadrados de extensión y 25 millones de habitantes, ciudad de México apabulla. ¿Cómo vas a conocerla entera en una escala de solo 24 horas?

La respuesta es fácil: no lo vas a hacer. Es imposible visitar la capital mexicana en un día, así que hazte ya a la idea de que no vas a poder y traza un itinerario calculado al milímetro para aprovechar cada uno de los segundos que tienes disponibles. ¿Preparados? Adelante.

El Zócalo, tu punto de partida
Palacio Bellas Artes Ciudad de México

A meros pasos está el Palacio Nacional, sede del gobierno; la Alameda y Bellas Artes, hogar de varios murales de Diego Rivera; y la Torre Latinoamericana, en su día el edificio más alto de América Latina.

Las calles por detrás del Zócalo son un hervidero de vida local en su entresijo de tiendas, que venden desde bombillas a maletas.

13:30. Siguiendo hacia el sur por el Paseo de la Reforma casi llegando al metro Hidalgo, está el Monumento a la Revolución, recuerdo del levantamiento contra la dictadura porfiriana en 1910.

El Monumento tiene un mirador en su parte superior con vistas hacia el Zócalo y el Paseo de la Reforma que merece la pena experimentar, además de un museo detallado sobre la Revolución Mexicana y la evolución de la política del país hasta nuestros días.

La Cervecería

14:30. Entra al Paseo de la Reforma, y respira hondo. Con sus flancos arbolados y sus plazas con estatuas (el Ángel de la Independencia y la Diana Cazadora, por ejemplo), parece mentira que esta sea una de las avenidas más transitadas de las Américas.

Vete caminando sin prisa, pero sin pausa, que el hambre apremia, y la calle Río Lerma, paralela a Reforma, llama con sus múltiples ofertas: tacos en La Chinampa, bife en el Quebracho, ceviche en La Cervecería… O también puedes cruzar Reforma, y probar con los mariscos de De Mar a Mar, los tacos al pastor de El Tizoncito o las flautas de papa de La Casa de Toño.

Pide el café para vaso de papel en un Cielito Querido (la versión mexicana de la sirena verde) y llévatelo puesto, que no hay tiempo que perder: los museos nos esperan.

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16:30. En la segunda ciudad del mundo con más museos (después de Londres), ¿cómo escoger? Difícil cometido, sin duda… Aquí te damos dos ideas, porque dejarlo solo en una es misión imposible.

Museo Nacional de Antropología México

Opción uno: mucha gente te dirá que si solo puedes visitar un museo en Ciudad de México, asegúrate que sea el Museo de Antropología.

Proponerte ver este museo entero podría resultar en que pierdas tu conexión en el aeropuerto, así que si te decides por este paseo por la historia de México (desde la llegada de los mexicas, pasando por el imperio azteca, la gloria de Tenochtitlán y el arribo español), escoge antes de entrar qué salas concretas quieres visitar. El resto lo tendrás que dejar para la próxima visita (que la habrá, la habrá).

Un consejo, si te decides por este museo, compra la entrada por internet porque las colas dan la vuelta a la manzana.

Museo Frida Kahlo
Opción dos: si lo tuyo es el surrealismo y la historia contemporánea, tras un viaje rápido en metro (o taxi, si prefieres ver la ciudad pasar) te espera Coyoacán, y en él, el Museo de Frida Kahlo.

La Casa Azul, como se la conoce popularmente, engaña por fuera, pero es fácil pasar varias horas explorando las antiguas habitaciones de Frida y Diego, y filosofar sobre la vida, la muerte y la revolución desde uno de los bancos del jardín.

20:00. En cuanto se ponga el sol, dirígete al barrio noctámbulo por antonomasia en el antiguo DF. La Condesa, que se levanta con más fuerza que nunca después del terremoto de septiembre de 2017, te recibe con los brazos abiertos y una “chela” (cerveza) bien fría. Atrévete con una cena diferente, como la pizza de chilaquiles de Perro Negro o una arrachera al ají en la Bodeguita del Medi

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Si te has quedado con más ganas del Centro Histórico, la leyenda gastronómica que es Café Tacuba te espera.

Si sus paredes pudiesen hablar, te contarían cotilleos de políticos y cantantes, o darían detalles de lo que Diego Rivera comió en su boda con su primera esposa. Pero como no pueden, concéntrate en degustar su menú tradicional mexicano, que te pedirá toda tu atención.

¿Demasiadas opciones? No te dejes apabullar: esta primera visita es solo para hacerte la boca agua. Ciudad de México tiene, como bien has visto, mucho más que ofrecer.

Café Tacuba

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