Una de las suites del hotel 1 Brooklyn
1 Hotel Brooklyn Bridge; desde 320€. El lujo (moderno) era esto. Y nuestro nuevo hotel favorito de Nueva York. Es el alojamiento del momento, ubicado dentro de un impresionante edificio de aires industriales en el barrio de Williamsburg con exclusivas habitaciones con vistas al puente de Brooklyn y a la Estatua de la Libertad.
Hamacas en medio de los dormitorios, una terraza con piscina y la filosofía farm to table de su restaurante The Osprey, así como las bebidas de su Lobby Lounge, lo posicionan como el lugar donde ver y ser visto (ya mismo) en Brooklyn.
Pedicabs del hotel The Mark
The Mark desde 700€. Lugar de encuentro durante la Semana de la Moda de NYC y la Gala del Met (está a 5 minutos andando de distancia) por su impecable ubicación en el Upper East Side. El chef Jean-Georges Vongerichten firma la carta de su restaurante homónimo y el servicio de habitaciones, sobrias y diseñadaspor Jacques Grange. Si el presupuesto te lo permite, reserva los 3.500m2 de su penthouse suite, la más cara de EE.UU.
Fachada de The Williamsburg Hotel
The Williamsburg Hotel; desde 200€. Es vecino de The Wythe y The William Vale, y como ellos, cuenta con una terraza con piscina que es la envidia del verano y la viva imagen de la demanda más hipster. Sabio es aprovecharse de su tuk-tuk, que te acercará a dónde tú pidas –siempre y cuando esté en los alrededores cercanos–, y de su desayuno, disponible hasta las 4 de la tarde.
Patio del alojamiento Urban Cowboy
Urban Cowboy ; desde 260€. Esto no es un hotel, es un hogar de inspiración western de tan sólo tres habitaciones. No aceptan a cualquier huésped, sino que apuestan por personajes del mundo del arte para asegurarse un ambiente bohemio, pensado para dejar volar la creatividad (y el networking).
Cada mañana ponen a tu disposición un desayuno (todo orgánico y de km 0) para que te prepares lo que te apetezca a tu gusto. Tú cocinas, pero de recoger se encargan ellos. Así como de prepararte un cóctel mientras escuchas un vinilo y te preparas para zambullirte en el jacuzzi de su patio trasero.
Habitación con vistas del hotel Boro/Beebe’s
Boro / Beebe’s; desde 160€. Hotel boutique ubicado en Long Island City, en el barrio de Dutch Kills. Ideal para explorar Queens. Cercano al MoMA’s, PS1 y The Noguchi Museum, cuenta también con Beebe’s, un restaurante de pizzas artesanales del chef Lou Tomczak, acompañadas de Negronis de grifo y cervezas locales.

Junior suite del hotel Gramercy Park
Gramercy Park Hotel; desde 420€. Céntrico pero escondido del ajetereo deManhattan. Terciopelo rojo y azul predominan sobre las que son unas de las habitaciones más deliciosas de la ciudad. Piezas de Basquiat, Warhol o Hirst velan sus paredes. Todos sus huéspedes cuentan con acceso al Gramercy Park(de uso exclusivo para los vecinos) y a su Rose Bar, el más selecto de Manhattan (tanto, que ni siquiera Paris Hilton ha podido entrar).
11 Howard; desde 279€. El barrio de Soho se jacta de este establecimiento diseñado por Space Copenhagen. Cuenta con un lobby que hace decoworking y The Blond, un club nocturno hecho a medida para los vips de la ciudad. Le Cocou, el restaurante que ha puesto de moda (otra vez) la tradición culinaria francesa, se aloja dentro de sus premisas.
Piscina del hotel McCarren
McCarren; desde 130€. Donde esté una piscina, que se quite todo lo demás. Por lo menos en Brooklyn. En este hotel, la tienen con agua salada y un rooftop bar
Terraza del hotel WestHouse
WestHouse; desde 300€. Muy cerca del Carnegie Hall y de Central Park, cubre los requisitos del estilo neoyorquino por antomasia por su tenue iluminación, coctelería clásica y estilo que refleja la sofisticación de los años veinte.
Innside New York NoMad ; desde 269€. En pleno barrio de Chelsea, desde aquí no hay más de tres minutos hasta llegar al Flatiron, diez a Times Square y veinte al Meatpacking.
Funcional, cómodo y contemporáneo, es perfecto para acercarse a la ciudad con privilegios: tanto si se viaja por placer como para si se viene por trabajo. Algunas suites tienen un pequeño extra: vistas al Empire State Building.
Habitación del hotel Freehand
Freehand; desde 235€. Después de Miami, Chicago y L.A., la cadena Freehand, conocida por saber aunar los precios bajos de un hostal con el diseño impecable de un hotel boutique, por fin se instala en Nueva York.
Equipo del restaurante The Four Horsemen
The Four Horsemen. Hagámosle una ola a Nick Curtola, chef de este pequeño y acogedor restaurante en Brooklyn, propiedad de James Murphy, de LCD Soundsystem.
Sus platos son sencillos y limpios, pero complejos en términos de sabor: con tapas pensadas para compartir de influencias mediterráneas y producto de temporada.Ningún plato va más allá de los seis ingredientes y sus vinos son el paraíso absoluto de los amantes de la naturaleza vinícola.
La mejor cocina coreana en Atoboy
Atoboy. El matrimonio compuesto por el chef Junghyun Park y Ellia Park está detrás del que es uno de nuestros restaurantes favoritos de la zona de NoMad por ensalzar la cocina coreana a base de tapas –como un espectacular pollo frito con mantequilla de cacahuete, un sublime steak tartar o su famoso huevo con erizo de mar,gim y palmitos– en un menú compuesto por tres platos (más un bol de arroz) por $42. Mejor precio por estos lares, imposible.

Una Pizza Napoletana
Una Pizza Napoletana. El perfeccionista maestro de las pizzas napolitanas (jura que las suyas son, incluso, mejores que las de Nápoles), Anthony Mangieri, vuelve de su exilio en San Francisco al Lower East Side en la que es ya la (re)apertura del año.
Diferentes de platos de Chinese Tudexo
Chinese Tuxedo. Abrió el año pasado y se ha posicionado como el mejor restaurante chino de Manhattan por saber aunar interiorismos de lujo en un antiguo teatro de dos pisos con una cocina de
Variedad de platos de Bessou
Bessou. Comfort food japonés con toques casuales de modernidad de la mano del chef Maiko Kyogoku. Su brunch es imprescindible.
Barra de White Gold Butchers
White Gold Butchers. En el Upper West Side. Su hit es el Chopped Cheese, una revisión del típico sándwich de las bodegas (ultramarinos) neoyorquinas con queso derretido, jalapeños y pepinillos.

Barra del restaurante japonés Shuko
Shuko. Sabores y técnica japonesa cerca de Union Square en un local que funciona de escaparate para el talento –y la formación en la tradición francesa– de los chefs Nick Kim y Jimmy Lau (ex Masa) con dos menús degustación diarios: Sushi Omakase y Sushi Kaiseki.
Detalles del restaurante Pilot
Pilot. Los hermanos y marineros Alex y Miles Pincus son los dueños de Grand Banks, Pilot y Island Oyster, bares de ostras a bordo de barcos históricos.
Merengue de maíz del restaurante Cosme
Cosme. Alta cocina contemporánea de inspiración mexicana del chef Enrique Olvera y Daniela Soto-Innes. Una joya del Flatiron District y uno de los restaurantes más afamados de la ciudad. Las carnitas de pato y el mousse de maíz son ya icónicos.
Spicy Village elabora sus fideos gruesos a mano
Spicy Village 68 Forsyth St. B. Su carta de estilo henán es extensa, pero date por satisfecho con su “gran bandeja de pollo picante” con anís estrellado y pimienta Sichuan y sus espectaculares fideos gruesos hechos a mano.
Fachada del restaurante Empire Diner
Empire Diner. Un clásico renovado de Chelsea de los años 70. Se encuentra bajo la batuta del chef John Delucie y cuenta con un interiorismo delicioso, idéntico a los diners de antaño pero con la delicadeza de la modernidad actual. Su cocina es clásica y americana, acorde a su decoración y origen.
Espacio del Café Dante
Dante. Uno de los mejores bares de aperitivos del mundo. Posee una gran carta de Negronis que incluye servicios tan originales como una fuente, varios grifos, Negronis blancos o con chocolate.
La buena coctelería en Attaboy
Attaboy 134 Eldridge St. Herencia del mítico coctelero Sasha Petraske. Aquí el bartender, como si de un médico de cabecera se tratase, prescribe a cada cliente un cócteladecuado a sus gustos. Suyo es también el moderno y afamado Penicillin, una mezcla de whiskey, miel, jengibre y limón.
Fachada de la cafetería subterránea Voyager
Voyager Espresso. Escondido en el metro de Fulton Street, este café de estética futurista diseñado por el estudio de arquitectura Only If domina con creces la técnica del perfecto expreso con granos de La Cabra (Dinamarca).
Cóctel de Raines Law Room
Raines Law Room. Su nombre es un homenaje a los hoteles que surgieron para saltarse la Ley Seca. Es un elegante local de espíritu clásico y su head bartender, Meaghan Dorman, está considerada una de las más importantes mixólogas de Norteamérica.
Comida rápida y buenos cócteles en PDT
PDT. El mejor speakeasy del mundo. Oculto tras una cabina telefónica dentro de una tienda de hot-dogs. Sus cócteles son de espíritu clásico y su carta de comida rápida, junto a la naturaleza muerta de su decoración, lo encumbran en el olimpo de la grandeza.
Los cócteles más rápidos de Nueva York en Amor y Amargo
Amor y Amargo. Todos los cócteles se preparan en menos de un minuto y están inspirados en potentes aperitivos. Su colección de amaros y bitters no tiene precedentes en el mundo.
Barcade, una auténtica sala de arcade
Barcade¡Que vivan los 80 y la salas de arcade! Desde Brooklyn, este espacio propone un “regreso al futuro” de la década de la marcianitis desde una perspectiva hipster y una más que amplia carta de cervezas artesanas.
Stanley’s Pharmacy. Es el farmacéutico de confianza del barrio, pero también sabe lo que es la fiesta, que celebra con las persianas (doradas) bajadas, una mesa de dj (ubicada al lado de su mostrador de medicinas) y una lista de invitados VIP. Para beber, zumos energizantes y revitalizantes, completamente naturales y sin gota de alcohol. Pero corre, que en breve cerrará al público y abrirá sólo bajo cita previa.
Sala de exposiciones del minúsculo Mmuseumm
Mmuseumm. Un nuevo modelo de museo –dentro de un antiguo ascensor de carga– que empieza a expandirse con una red de ubicaciones inesperadas. Explora el mundo moderno y la humanidad a través de un estilo denominado como “periodismo del objeto”.
La mejor selección de libros en McNally Jackson
McNally Jackson. Librería independiente de referencia en el Lower Manhattan.Su sección de revistas especializadas es exquisita y extensa y su selección de libros novedosa y de lo más actual. David Bowie vivía a la vuelta de la esquina.
Panorámica en Storm King Art Center
Storm King Art Center. Museo al aire libre en las afueras de la ciudad –a una hora–, con la colección más extensa de esculturas gigantes repartidas por sus 200 hectáreas.
Mural de François Morellet en la galería Dia;Chelsea
Dia:Chelsea. Escaparate de performances, lecturas, obras de arte y exposiciones de alta escala difíciles de encajar en otras galerías“al uso”. Además de Chelsea, cuenta con una sede en Beacon en una antigua fábrica de Nabisco.
The Tenement Museum
Tenement Museum. Museo urbano con réplicas de los hogares de inmigrantes(del siglo XIX al XI) que llegaron en búsqueda del sueño americano al Lower East Side
Frank’s Chop Shop. Barber shop al estilo clásico pero ceñido a los cánones del hip-hop –aquí se cortan el pelo raperos como Drake y Snoop Dogg– en el Lower East Village. Imprescindible cita previa, y si es con Mr. Bee, mejor que mejor.
Una parafarmacia como las de antes, C.O. Bigelow
C.O. Bigelow. Parafarmacia de antaño en el Greenwich Village, revalorizada a los tiempos actuales por saber escoger y discernir entre el aluvión de marcas que saturan el mercado. Cuentan con su propia línea de productos de belleza: todo un deleite a buen precio y con un packaging impecable.

El divertido uniforme de Glossier
Glossier. Es el último grito de la moda cosmética y viral (y de toda celebrity que se precie). Sus frascos son tan bonitos y sus precios tan asequibles que te darán ganas de arrasar con todo.
Compras por Mahanttan Vintage Clothing Show
Manhattan Vintage Clothing Show Feria de ropa de segunda mano en el Metropolitan Pavilion con más de 80 expositores (próxima edición: 19 y 20 de oct
Fuente: Traveler
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