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El futuro de la humanidad son los mayores, no los niños, ¿por qué?

Humberto Maturana es un destacado biólogo y filosofo chileno que plantea la relevancia de hacernos cargo, como educadores, del futuro de la humanidad, ya que somos nosotros los adultos quienes impactamos e influimos en cómo serán los futuros adultos, hoy niños, niñas y jóvenes.

El filosofo reflexiona respecto a la naturaleza humana como seres biológicos y culturales, naturaleza en tanto seres que vivimos en el lenguaje, generando mundos en la coordinación de coordinaciones de acciones.

En una conferencia que se llevó a Cabo en la región de Biobío en Chile, Maturana conversó sobre la importancia de que los niños crezcan en un espacio que acoja, que escuche, en donde se diga la verdad y donde sus preguntas sean contestadas. “Sólo así el niño se transformará en una persona reflexiva y responsable”, afirma Humberto.

El futuro de la humanidad 

«El futuro de la humanidad no son los niños, somos los mayores, con quienes ellos, los niños, niñas y jóvenes se transforman en la convivencia”, dijo el filosofo en su presentación.

“Nosotros hoy somos el futuro de la humanidad. Los niños se transforman con nosotros. Van a reflexionar, van a mentir, van a decir la verdad, van a estar atentos a lo que ocurre o van a ser tiernos, si nosotros los mayores, con los que conviven, decimos la verdad, no hacemos trampa, o somos tiernos”, explicó.
También plantea que una de las cosas que surge del lenguaje es la conciencia. Y que existen dos preguntas fundamentales que los niños viven:

¿Mamá cómo se hace?, lo que revela que el niño quiere hacerlo bien. “Todos queremos hacer bien las cosas y por eso preguntamos”, agregó el biólogo.

Y la otra pregunta es la que le hace la mamá o el papá al niño:

¿Te das cuenta de lo que estás haciendo?. “Esa es una pregunta maravillosa, lleva la mirada sobre sí mismos. Abre el espacio a la reflexión” volvió a afirmar el biólogo.

Amar educa

Si se crea un espacio que acoge, que escucha, en el cual se dice la verdad y se responde a las preguntas, nos damos tiempo para estar allí con el niño o niña, con ese niño que se transformará en una persona reflexiva, responsable de si misma y que va a escoger desde sí.
Porque el acto de escoger es fundamental y constituye un acto de conciencia. El poder escoger lo que se hace, saber reconocer si uno quiere eso que escogió o no, si uno realmente hace lo que dice que quiere hacer o si quiere estar en donde está, son algunas de las cosas que uno se plantea cuando es una persona autónoma, y el filosofo habla de ello como lo más importante y fundamental para el desarrollo y crecimiento personal.

“Cuando decimos que amar educa», lo que decimos es que amar al otro es crear un espacio en el que lo acogemos, un espacio en el que lo dejamos aparecer, en el que escuchamos lo que dice sin negarlo desde un prejuicio, supuesto, o teoría, como una persona libre de reflexionar, preguntar, que es autónoma, que decide por sí misma». Dijo Humberto en la charla.

Por lo tanto lo que  el filosofo Maturana sostiene es que, el enseñar, como parte de la convivencia, es indicar, apuntar la mirada, guiar a la reflexión del niño o joven y saber que amar es educar, por que la educación nace desde el ejemplo.

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